AZUL I

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El sonido de las bombas a mi alrededor es ensordecedor. Siento como la tierra se me pega a la piel gracias a la sangre que mana de mis heridas y al sudor. El corazón me late a mil y siento como las manos me tiemblan agarrando mi fusil. Ni siquiera debería estar aquí. Yo simplemente me alisté para misiones humanitarias, no para ir en primera linea de fuego pero, mi maldita punteria tuvo que destacar y llamar la atención de los altos mandos.

-Hey chico.-Escucho a mi lado y veo a mi sargento sosteniendo un cigarrillo entre sus labios.

-Señor.

-¿Sabes usar eso?-Me dice señalando el fusil.

-Por supuesto señor.

-Bien, entonces ven conmigo.

Caminamos por la zanja que cavaron algunos compañaeros hace varias semanas. La gran mayoría están muertos y el olor de sus cadaveres putrefactos nos llega desde la enorme plaza que se extiende entre el enemigo y nosotros. Cuando llegamos a una zona segura, veo como hay varios mandos alrededor de una mesa. Tan solo quedan cinco y la gran mayoría, como el sargento que me ha traido, han ascendido recientemente al morir el anterior mando.

-¿Como te llamas?

-Coyote Stark, señor.

-Un nombre raro pero fuerte. Yo soy el sargento Kyoraku Shunsui.-Veo como me sonríe y me parece increible que lo haga tan sinceramente rodeados de tanta muerte.

-¿Este es el franco?-Yo me sorprendo al escuchar ese termino.

-Claro. ¿Acaso dudabais que lo trajera?

-Perdone señor pero...

-Tu eres ahora el cabo Coyote Stark, francotirador. ¿Entiendes?-Me dice susurrando. Es obvio que estan desesperados pero si lo miro por el lado bueno, acabo de ascender.

-¿Este es el franco?-Dice otro hombre.-¿Cuantos años tienes chaval?

-Diecisiete.

-¿Di...? ¡Kyoraku! ¿Como se te ocurrre traer a un niño para esto?

-No es un niño. Es un hombre. Seguro que ya se ha follado a un par de tias por lo menos ¿no es así chaval?

Yo a penas puedo seguir la conversación pero por la mirada del sargento le sigo la corriente a pesar de no ser cierto. Aun no he conocido lo que es estar con una mujer aunque, no creo que lo haga nunca. No son esos precisamente mis gustos pero claro, en el ejercito no puedes ir contando que tu orientación sexual no es la de la mayoría.

-Que sepa follar no significa que sepa disparar.-Dice otro de los hombres. Yo me siento ofendido por sus palabras pero no me da tiempo de hablar.

-¿Que te apuestas a que mi chico tiene mejor puntería que tu?

-Una botella de ese sake que dices que es tan bueno y tan caro.

-Hecho.-Dice volviendose hacia mi.- Chico, no me dejes en mal lugar.

El hombre se acerca a mi mirandome con una sonrisa de suficiencia que me molesta tremendamente. Saca su arma y la revisa comprobando que está lista para disparar.

-Y bien pimpollito. ¿Cual será el objetivo?

Yo miro serio a nuestro alrededor y sonrío cuando localizo un blanco perfecto.

-¿Que tal el reloj de la torre?

Veo como todos miran hacia el reloj de la torre que hay medio derruida a unos quinientos metros. Luego veo como el hombre arruga el entrecejo y bufa molesto.

Caprichos del DestinoWhere stories live. Discover now