ROJO III

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Cuando abro los ojos me encuentro en la cama de la enfermería. Todo a mi alrededor es blanco, todo menos una persona que está sentada en una silla a menos de un metro de mi. Es un chico joven, bastante palido, con el pelo corto y negro, con unos increibles ojos verdes y va vestido totalmente de negro.

-Tu... ¿qué ha pasado?¿Quien eres?

-Te desmayaste. Yo... soy Ulquiorra. Soujun me dijo que te vigilara hasta que te despertases.

Veo como se levanta con la clara intencion de marcharse y lo retengo por la mano. Sus ojos me miran algo soprendidos pero en cuanto le suelto la mano vuelve a como estaba antes. Es muy habil ocultando sus sentimientos.

-No tienes que marcharte.

-Pero ya has despertado.

-Ulquiorra yo... ¿puedo hacerte una pregunta?-él alza una ceja y lo veo de tomar asiento de nuevo.- ¿Es cierto que todos los que estais aquí estais muertos?

-No lo sé.

-¿Como que no lo sabes?

-Yo no recuerdo nada antes de el hotel así que no puedo saber si morí o no.

-¿Y el resto?

-Si. Con los que he hablado, murieron.

Suspiro asimilando la situacion. Estoy en un hotel lleno de gente muerta que espera a su destino y si no lo encuentro jamás saldré de aquí.

-¿Donde está el doctor?

-Es la hora de la comida. Estará en la cocina.

-¿Te... ha dicho algo?-Veo su confusión y como ladea un poco la cabeza.

-Que te vigilara por si empeorabas y de ser así que le avisara.

-Siempre tan amable.-Digo sonriendo y sintiendome fatal por lo que estuve apunto de hacerle, pero sobre todo por lo que llegué a hacerle.

-Tu nombre es Renji ¿verdad?-Me dice de repente.

-Si.

-No deberías volver a acostarte con Yyl.

Su advertencia me sorprende a la vez que su mirada. Sus ojos son de un verde profundo que me incomoda y atrae a la vez.

-¿Por qué?

-Si tu fueras mi destino no me gustaría que te lo follaras.

Sin más se levanta y sale de la enfermería dejandome con la boca desencajada. Así que es cierto. Todos los que estan aquí pueden ser mi destino. La imagen del rostro de Byakuya mirandome justo cuando me corría dentro de Yyl acude a mi mente y me siento mal por él. Yo soy el madero al que todos se quieren aferrar y ver que ya está ocupado supongo que no es plato de buen gusto para ninguno pero, ¿como puedo saber cual de todos ellos es mi destino?¿Y si solo se acercan para salir de aquí?

Al Doctor lo conocía, al igual que a su hija. Mi cabeza vuelve a dolerme cuando intento recordar su nombre así que lo dejo. Sé que he vuelto a soñar con esos días en en orfanato cuando me escapaba y jugabamos, cuando nos besamos. Dios, jamás volví a sentir ese ardor en mi pecho. Tal vez por eso he pasado por tantas camas y culos.

Me levanto y compruebo que solo tengo los pantalones que me quedan colgando de las caderas. Miro mis tatuajes, perderse por la cinturilla cuando escucho la puerta de abrirse. Al girarme veo entrar a Byakuya con ese traje tan ceñido de camarero y una bandeja en sus manos. Al verme despierto y depie se queda paralizado y puedo escuchar como el contenido de la bandeja tiembla. Casi puedo sentir como sus ojos recorren mi cuerpo deteniendose en mi bajo vientre y como siempre, el chulo que llevo dentro tiene que meter la pata.

Caprichos del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora