8. Una foto, un problema

1.6K 202 36
                                    

Lawrence & Serena

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Lawrence & Serena

Arrugué la nota que habían deslizado dentro del casillero sin comprender el afán por emparejarnos, para luego desecharlo en una bolsa. Me sentía en Marte cuando mi cuerpo estaba en Tierra. Si tras la reunión en casa de Gertrude apenas y habíamos intercambiado palabras, no tenía sentido que nos molestaran. Además, Evanston seguía comportándose de la misma manera en que solía hacerlo previo a ese día: me odiaba. Por eso, sus orbes caramelo irradiaban ira cuando se cruzaba con las mías celestes. Me ignoraba, como si fuera la última persona en el mundo con la que quisiera conversar.

Entonces, ¿por qué los demás pensaban que existía algo entre nosotros?

Silencié mis pensamientos al darme cuenta de que no encontraría respuesta, cogiendo una caja pequeña del casillero en la que California había guardado las cartas escritas por quienes querían ocupar un lugar como mensajeros. Tomé una carta del montón asegurándome de ser cautelosa para que nadie más asociara a Dalimoe conmigo.

—¡Serena! —Miré en dirección a quien había gritado, dejando caer la nota.

Fui rápida al recoger el pedazo de papel sin que Olivia lo notara cuando llegó a mi lado. Y resoplé de alivio cuando la noté distraída en su móvil.

—¿Qué significa esto?

Extendió su teléfono en mi dirección, frunciendo el ceño al mismo tiempo que yo. Solo entonces reparé en que le había tomado una foto a una de las libretas con la que Evanston iba a clases. En la portada estaba escrito nuestros nombres encerrados en un corazón. Observé a Gertrude, quien parecía fascinada y, al mismo tiempo, sorprendida. ¿Qué significa todo esto?, rezongó mi subconsciente.

—Entonces, ¿es cierto? —Volvió a cuestionar Gertrude, cada vez más ilusionada.

—Por supuesto que no —se adelantó a responder Evanston. Me congelé.

Era la primera vez después de varios días en los que me dirigía la palabra (al menos indirectamente), y no me sorprendí cuando le quitó el aparato a Olivia para deshacerse de cualquier rastro de la fotografía. Solo entonces recordé lo que me había revelado en la fiesta... ¿Acaso a él le gustaba ella? Tendría sentido si fuera así. Porque eso explicaría su forma de actuar desinteresada frente a los demás o su poco entusiasmo al entablar una conversación con alguien del sexto opuesto. ¡Ya lo tienes!, exclamó mi corazón, sacándome de onda. Ella es la solución al problema, resaltó, palabra por palabra. Y alcé la mirada para analizar a ambos. Hacían una bonita pareja, pero ¿qué tan buena idea era hacer la de Cupido?

—... ¿Podemos hablar?

—¿Conmigo? —Me sorprendió su sinceridad, pero más que se dirigiera a mí—. ¿He hecho algo mal?

—Lo sabrás si vienes conmigo, Jules.

Miré a Gertrude en busca de una excusa porque, aunque fuera ilógico, esta comenzaba a creer que entre ambos se entretejía una historia de amor cuando no era así. A mí aún me gustaba Heartbreaker. —Como necesitan tiempo a solas, iré a clases. ¿Los veo en la salida?

Una melodía para un corazón roto [CCR #1] ©Where stories live. Discover now