Chandler Riggs imagine: Braids

712 55 2
                                    

- ¿Puedo hacerte trenzitas?
- ¿Qué?
_____ solía hacer varias preguntas, pero nunca había escuchado esa.

- ¿Trenzitas?
- Bueno, puede ser una o varias. Depende de si te gusta o no. ¿Puedo?
- Ehm...no lo sé. ¿Por qué quieres hacerme trenzitas?
- Anda, te verías muy lindo. Además,tu cabello es muy suave, quiero ver si podría aguantar un buen peinado.
- Yo me peino todos los dias.
- Pero no es un buen peinado.- Se levantó de la única silla que había en mi habitación y se sentó a mi lado en la cama, haciéndome despegar la mirada del celular. Me suplicaba con la mirada y una sonrisa que haría que hicieras lo que fuera, aunque fuera en contra de tu voluntad.
- Porfa. ¿Me dejarías?

Se supone que deberíamos de hacer cosas divertidas e interesantes. Somos pareja, deberíamos hacer cosas de pareja. Ultimamente solo la invitaba a la casa para no sentirme solo, y más que nada por rutina. Al final del día solo acabábamos igual, ella sentada en la silla con su celular y yo acostado en la cama con el mío. Estábamos a punto de caer en la rutina hasta que decidió hablar.

Nunca había podido decirle que no desde que la conocí. Ni cuando empezamos a salir. Menos ahora, que tenemos una relación oficial.
Adiós a mi licencia de hombría y masculinidad, al menos la perderé por una buena causa.

- De acuerdo.- dije, soltando un bufido mientras me levantaba, quedando sentado frente a ella.
Dio una pequeña exclamación de alegría y se puso manos a la obra.
Mientras me rodeaba para quedar de espaldas a mi, me divertía con su expresión. Era felicidad pura. Como si fuera a explotar en un montón de confetti. Tal vez eso fue lo que me atrajo de ella, esa alegría suya tan característica.

Sentí sus manos juguetear con mi cabello, buscando una buena sección para separar y hacer la trenza.
Un rato después, por fin se decidió a hacerla en una parte un poco más arriba de la nuca.
- Avísame si te jalo mucho.- advirtió.

Para sorpresa mía, acabó bastante rápido. Nunca había tenido tanto contacto con mujeres, así que nunca me imaginaba la dificultad, la agilidad y la práctica que tienen que tener para hacerse peinados que, a simple vista para un hombre como yo, parecen bastante complicados.
Aparte de ágil, ____ era muy cuidadosa. Tuvo bastante precaución para no jalarme tan fuerte de los cabellos. Aunque, si me hubiese jalado, me habría aguantado y la hubiera dejado seguir. Ah, las cosas que hago por amor.
Tuve flashbacks de mi infancia de cuando mi mamá me peinaba para ir al colegio. Siempre me lo relamía con una capa de gel extra fuerte, lo cual me hacia ver bastante ñoño. Pero, igualmente, lo hacia con cariño.
Al sentir las manos de _____ en mi cabello no pude evitar cerrar los ojos y entrar en un ligero estado de relajación.

- Ya está.- Sonrió. - ¡Awww, que bonito te ves!
Levanté el celular y me vi reflejado en la pantalla. Lucía una linda trenza a un costado, sostenida por ella, que me miraba con una sonrisa complacida.
- ¿Te gusta?- preguntó emocionada.
- Está bonita.- respondí, sonriendole.- Ahora soy más hermosa que tú.
- Eres toda un diva.
- Oye, ¿quien se ofreció a convertirme en diva?
Ambos reímos.

- No lo entiendo. ¿Por que estabas tan emocionada por hacer esto? Debes de hacerlo contigo misma y con tus amigas.- pregunté una vez que nos calmamos.
- Bueno, como sabes no tengo hermanas y mi mamá está ocupada todo el día. De hecho, hace muy poco tiempo aprendí a hacer trenzas por mi cuenta. Fue a puro proceso de prueba y error. Cuando por fin encontré la manera, sabia que no tendría a ningún otro sujeto de prueba más que yo misma, y pues no es lo mismo. Por eso supe que tenía que aprovechar la oportunidad hoy. Sólo fue para práctica, si quieres puedes deshacertela ahora.

Rápidamente me giré para quedar de espaldas nuevamente hacia ella.
- ¿Que haces?- preguntó.
- Hazme todas las que quieras.
Me miró confundida por mi reacción.
- Si necesitas alguien con quien practicar, por mi no hay problema. Haces que me relaje de algún modo, y además me veo bellísima.
_____ rió por el comentario y empezó a separar otro mechón de cabello para una nueva trenza.

- Gracias Chan. De verdad no sabes lo que significa para mi.
- No hay de que. Pero a cambio, quiero que me enseñes a hacer trenzas para que yo pueda peinarte a tí.
- Trato hecho.

 

Imaginas de Chandler Riggs y Carl Grimes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora