Chandler Riggs imagine: Panic attack

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La luz de las cámaras.
Las voces de miles de personas gritando su nombre a coro.
Tu mano apretando la suya.
Y aquella sensación de asfixia que te embargaba cada segundo.

El camino hacia el backstage se te hacía eterno mientras te ibas hundiendo más y más en el mar de gente que llenaba el lugar, expulsando todo el aire que retenían tus pulmones de golpe.
Justo cuando estabas al borde del colapso, Chandler volteó a verte.

Nunca le habías comentado acerca de tus ataques de pánico, ya que sentías que no había necesidad de hacerlo. No ocurrían con frecuencia, ya que procurabas evitar sitios con mucha gente. Además, te sentías lo bastante segura con él a tu lado. Pero hoy no.

Te dedicó una sonrisa alentadora. Hoy era una de las pocas veces que accedías a acompañarlo a sus firmas de autógrafos. Veía nervios en tus ojos, pero no sabía que en realidad te estabas muriendo por dentro. Le devolviste una pequeña sonrisa, no te gustaba preocuparlo.

Un par de metros antes de llegar a la puerta, apretaste fuertemente su mano. Tu respiración agitada se podía escuchar por encima de las gritos de la gente. No podrías aguantar por más tiempo. Una lágrima cayó de tu ojo derecho. Sentías como tu garganta se cerraba, tus costillas se contraían y te aplastaban los pulmones. Tu corazón iba a salirse de tu pecho y un ineludible sentimiento de ansiedad y pánico tomaron todos tus sentidos, haciéndote sufrir terribles temblores y escalofríos.

- ¿____?- Escuchaste preguntar por encima del ruido ensordecedor.
Ya no había manera de ocultarlo. Te había visto y estabas en tu peor momento como para intentar disimular que todo estaba bien.
Una expresión preocupada se adueñó de su rostro y aceleró el paso, literalmente arrastrándote hasta la puerta del backstage.

Entraste tu primero y él cerró la puerta tras él.
Había una enorme diferencia ahora que estaban del otro lado. Había un silencio absoluto que solamente era roto por tu respiración entrecortada y tus sollozos.
- ¿_____? ¿Qué tienes?- preguntó Chandler, tomando tus manos suavemente y llevándote a sentar en un sillón rojo que había junto a la pared.
- No puedo respirar- Respondiste de manera entrecortada mientras te sentabas.
Inmediatamente, corrió a abrir una ventana cercana para que entrara el aire.
La falta de oxígeno empezó a causar estragos en tu cuerpo, provocando que tu vista se empezara a nublar y que no reaccionaras.
- ¿¡____!? ¡Hey! ¡____! ¡¿Qué te pasa?!- gritaba Chandler. Estaba realmente asustado. Era la primera vez que te ponías mal enfrente de él y se sentía inútil al no saber como ayudarte.

Desabotonó algunos botones de tu camisa para aflojarla y facilitar tu respiración. Empezó a darte pequeños golpecitos en tu mano con la esperanza de hacerte reaccionar.
Por suerte conseguiste seguir despierta, aunque el pánico seguía impidiéndote recobrar el aire que necesitabas. Tus mejillas estaban enrojecidas por el esfuerzo y un río de lágrimas corría por ellas.

Pensando rápido, se hincó frente a ti para estar a tu altura. Una de sus manos se posó en tu espalda haciendo círculos.
- ____, mírame.- Con su mano libre tomó suavemente tu rostro, obligándote a mirarle. - Tienes que respirar. Necesito que hagas eso por mi.
Negaste con la cabeza. "No puedo".
- Sí, si puedes.- Tomó una de tus manos y la puso sobre su pecho. - Copiame, ¿ok?
Inhaló y exhaló profundamente. Sentiste como su pecho subía y bajaba con un ritmo lento y tranquilo.

Tuviste que hacer un esfuerzo enorme, pero después de varios minutos conseguiste regular tu respiración. Una vez que te calmaste, Chandler se sentó al lado tuyo y rodeó tu cintura con sus brazos.
- ¿Ya estás mejor?- preguntó.
- Sí.
- Me alegro.- Dijo mientras te daba un corto beso en la frente. - No vuelvas a asustarme así de nuevo, pensé que algo andaba realmente mal contigo.
- Lo siento.- bajaste la cabeza. - Debí habértelo dicho antes.
- ¿Qué fue todo eso?
Suspiraste.
- Sufro de ataques de pánico. Por eso evito ir a eventos como éstos. Me llenan de ansiedad que va subiendo de tono hasta...bueno, esto.
- ¿Por qué no me lo dijsite?
- No son tan frecuentes. Creí que podría manejarlo.
- La próxima vez que te sientas así dímelo. Quiero ayudarte.
- Ya lo hiciste. Lograste ayudarme a calmarme.
- ¿Y si no hubiera sabido cómo?
- Chandler... Lo importante es que supiste como hacerlo. Perdóname por no haberte hablado de esto antes, pero, a decir verdad, manejaste bastante bien la situación.
Chandler suspiró y se quedó en silencio.
- Solo me alegro de que estés bien.- dijo después de un rato.

En ese momento, tocaron a la puerta.
- ¿Señor Riggs? Sus fans lo esperan.- Era uno de los managers del evento.
Chandler me miró y después miró hacia la puerta.
- No saldré.
- ¿Qué?- Se escuchó al otro lado.
- Saldrá en un minuto.- Te apresuraste a gritar.

Te giraste hacia él.
- Debes ir. Te están esperando.
- No puedo dejarte aquí así.
- Voy a estar bien. Anda, te esperan.
- ¿Y si te pasa algo?
- Entonces iré a buscarte y a decirte.
- Promételo.- dijo seriamente.
Pasaste tu mano entre su cabello. Era una muestra de afecto entre los dos.
- Lo prometo.

Sonrió ligeramente y se levantó del sillón. Soltó tu mano y caminó lentamente hacia la puerta.
- ¿Segura que estarás bien?- Se detuvo a preguntar por última vez.
Pusiste los ojos en blanco y reiste.
- No te preocupes por mi, ya me calmé.
- De acuerdo. Recuerda la promesa.- se despidió mandándote un beso con la mano y corriendo a reunirse con sus fans en el escenario.

Imaginas de Chandler Riggs y Carl Grimes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora