Capitulo 14.

82 7 0
                                    

 Me encontraba en mi alcoba pensando si hacerme un sándwich o un cereal para comer, mi madre había llamado más temprano  para avisarme que ella y papa iban a visitar a mi tía Helena y que lo más probable era que se quedaran a dormir allá porque vivía muy lejos y no querían manejar por la carretera de noche, lo cual por una parte me parecía perfecto, porque tendría la casa para mí y mi música a todo volumen, pero por otra era fatal porque ¿Quién me iba a alimentar?, eran cerca de las cinco de la tarde y yo aún pensaba si se me atojaba más el sándwich o el cereal cuando oí el timbre, el cual me exalto tanto que caí de la cama, y un poco confundida y de mal humor grite. — ¡YA VOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOY! — Cuando el timbre volvió a sonar, baje corriendo las gradas y mire por la rejilla, era Marco.

— Hola, pasa. — Dije con una sonrisa en el rostro, ya les había dicho que Marco era mi mejor amigo y acá entre nos lo que más admiraba de él es que no era como los típicos chicos que toda su vida vivían enamorados de su mejor amiga pero nunca se lo decían por miedo a arruinar la amistad o porque esta no sintiera lo mismo, él era diferente, muy directo, en cuanto empezó a sentir cosas por mí me lo hizo saber, no les voy a negar que me saco un poco de onda, hasta llegue a pensar que nuestra amistad se iba a terminar, pero no fue así, él supo respetar mis sentimientos y seguimos siendo los mejores amigos del mundo y aunque a veces se ponía insoportable con el tema, yo le quería demasiado.

— Gracias enana. — Sonreí, siempre me  había llamado así y aunque no me gustaba para nada por alguna razón cuando él lo decía sonaba increíble.

— ¿Eres un tonto sabes? — Dije mientras cerraba la puerta.

— Bueno, pero después de que te diga lo que he venido a contarte,  le vas a querer hacer un altar a este tonto, por que he logrado que te pongan el examen de mate mañana, fue muy difícil pero ya sabes que ni siquiera los maestros se pueden resistir a mi encanto. — Dijo mientras metía las manos en sus bolsillos y me ofrecía una sonrisa de lado.

— ¿DE VERDAD? ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!, eres el mejor del mundo. — Dije mientras lo abrazaba y besaba su mejilla un millón de veces.

— Ya lo sé, ya lo sé, oye dime que hizo tu madre de comer, ¡me muero de hambre Isabella!, por cierto ¿dónde está? ¿Porque no ha salido? ¡Señora ya llegue soy Marco! — Dijo gritando por toda la sala y entrando a la cocina.

— ¡Cállate! ¿Haces muchas preguntas sabes?, mama no está, fue con papa a casa de la tía Helena y se van a quedar a dormir allá…

— Mmm… eso quiere decir que hoy…

— ¿Que hoy qué?

— Ya sabes Isa, que hoy nos toca.

— Marco por dios. — Dije rodando mis ojos aunque riéndome por lo mal que eso sonaba y por el tono sensual que él había intentado usar.

—     *Soltó una pequeña carcajada* Isabella sabes que hablo de ver películas, ni que tuvieras tanta suerte para tener todo esto para ti sola. — Dijo mientras recorría con sus manos todo su cuerpo pretendiendo hacerlo sensualmente, no pude evitar soltar una carcajada, pero no pude evitar observarlo bien, quiero decir observarlo más que como amigo, Marco era un chico apuestísimo, cualquiera mataría por estar con él, y debo reconocerlo, si no estuviera tan jodidamente estúpida hasta yo lo haría, pero me había preocupado mucho por inventar mi historia perfecta que no tenía tiempo para pensar en él, era alto pero no tanto como Sebastian, su piel era de un bronceado ardiente, sus ojos ¡WOW! sus ojos eran de un café tan claro como la miel que te derretías en ellos, nada que ver a los cielos que mirabas en los de Sebastian, su cabello era castaño como el tronco de un roble ondulado y corto, si… realmente era atractivo, pero yo tenía a alguien ya en mi mente desde hace mucho, alguien que la vida me había permitido conocer y se llamaba Sebastian.

Reaccione cuando uno de sus dedos toco mi frente. — Isabella ¿sigues ahí?, mira yo sé que estoy divino, pero no te pierdas tanto. — Dijo mientras reía fuertemente pero a la vez se sonrojo un poco.

— Eres un tarado.

— Como sea, oye ya que tu mama no está ¿por qué no vamos a comprar algo para comer?, después pasamos a mi casa por Harry Potter y nos dedicamos la tarde entera a aprender parsel, ¿qué te parece?

— Me parece perfecta tu idea, ¿pero y mi examen?

— Isabella no creo que te preocupe un simple examen, es pan comido para ti, aunque digas que eres una cabeza hueca resulta que eres más inteligente que Jimmy Neutrón.

— *Solté una carcajada* Estas del asco Marco. — Dije mientras tomaba las llaves de mi casa de la mesita del café. — Quiero un sándwich de pizza, por aquí hay una cafetería donde venden unos deliciosos ¿Vamos si?

— ¿Cómo negarme cuando me pones esa cara de perro?

— ¡YO NO PONGO CARA DE PERRO TONTO! — Dije fingiendo indignación.

— Si tienes razón enana, lo siento, tú ya la tienes así — Dijo mientras se atacaba de la risa y me arrastraba con el hasta que no pudimos más, salimos de la casa y lo lleve directo a la cafetería en donde había estado con Sebastian.

—     Buenas tarde, bienvenidos a Antara, ¿que desean tomar?

La cajera dijo esto en modo automático, después puso sus ojos en Marco, sabía lo que pensaba, este tenía que ser su día de suerte, dos chicos guapísimos parados frente a ella en un solo día, su alegría calla un poco después de mirarme a mí, frunció el ceño mientras su vista viajaba de Marco hacia mi constantemente, así es querida esos dos chicos guapos son míos, dije para mí misma, aunque sonriendo por fuera.

— Bueno yo quiero un sándwich de pizza con extra queso y un frappe por favor, ¿y tú guapo?

— Emm… no se hay tantas cosas que no sé qué llevar, ¿pide algo por mi si?

— De acuerdo difícil, para él un sándwich de albóndigas con salsa picante y un frappe sin crema batida por favor. — Dije sin mirar el menú, Marco me observaba con esa mirada que solo él me daba cuando lo sorprendía.

— Aun no me creo que me conozcas tanto enana. — Dijo mientras me jalaba hacia él y me daba un beso en la cabeza,  la cajera lucia molesta y yo me sonroje ante el contacto de Marco.       

— Con mucho gusto en un momento les llevan sus pedidos, y pagan al final al mesero, gracias por su preferencia, ¡Y VUELVAN CUANDO QUIERAN! — Dijo mientras me miraba con cara de pocos amigos para después batir sus pestañas en la cara de Marco, maldita ingenua ¡ES MIO!

— Oh por cierto es para llevar todo. — Dije cuando estábamos a punto de ir a sentarnos, esta rodo los ojos y asintió.

— Entonces, tiene que pagar aquí en caja. — Dijo sin dejar de mírame mal.

—     Oh sí no hay problema. — Dijo Marco mientras sacaba dinero de su cartera y se lo daba, ella se lo comía vivo, y yo no puedo negarles que sentía un poco de celos, siempre sucedía esto cuando salía con él, todas lo miraban como si fuera un monumento, y yo me enfadaba tanto, porque ósea él era MI mejor amigo y no quería compartirlo con nadie.

Las cosas estuvieron listas 20 minutos después y nos dirigimos a la puerta, salimos y justo cuando íbamos a cruzar la calle me dio por voltear al café, puedo juro por la vida misma que el que iba entrando era Sebastian, me mataba la curiosidad pero no podía ir a enfrentarlo con Marco como acompañante.

Recogimos las películas de la casa de Marco y aviso que llegaría un poco tarde, llegamos  a mi casa pusimos el primer DVD y nos sentamos en la sala a comer.

Paso el tiempo súper rápido, íbamos en la 3 parte de la saga y Marco como siempre se había quedado dormido, aunque esta vez en mis piernas, ya no las sentía y para colmo me estaba haciendo pipi.

— ¡Marco muévete un poco que me hago! — Dije empujándolo mientras me paraba, pero él ni reacciono, siguió roncando como oso, me dirigía al baño casi volando cuando el timbre sonó, lo cual me pareció sumamente extraño porque eran ya cerca de las 11:30 de la noche y mis padres no llegaban hoy a dormir, además si fueran ellos no se tomarían la molestia de tocar, me asome por la mirilla y casi me muero cuando descubrí quien era…          

¡GRACIAS POR LEER!

-ITZAYANA LOPEZ

¿Como llega el amor?Where stories live. Discover now