Capitulo 17.

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Pero algo extraño sucede, justo cuando creo que ya se ha acabado todo siento unos brazos rodeándome, yo aguanto la respiración y unas manos suaves borran las lágrimas que se van dibujando en mis mejillas,  abro los ojos lentamente y lloro con más fuerza porque él está ahí, cumplió su palabra y no se fue, me toma del rostro y me sonríe, claro que yo estoy no perpleja si no lo que le sigue.

—     Muchas gracias por ser honesta conmigo, de verdad no sabes cómo cambia todas los cosas el que tu hayas decidido contarme la verdad Isabella, tengo que irme ahora mismo, pero que sepas que no estoy ni cerca de estar molesto contigo, para que no vayas a empezar a alucinar, me encantas y ahora todo va a ser mejor te lo aseguro. — Me dio un beso en la frente y salió corriendo, mientras yo me quedaba en mi asiento súper confundidisima, sin saber si estar tranquila o no.

Decidí no preocuparme hasta que él se comunicara conmigo y ver como estaba tomando las cosas, así que camine al parque porque no quería estar sola en mi casa, cuando estaba por la esquina pude ver a Marco sentado bajo mi árbol, y si no lo conociera perfectamente podría jurar que estaba llorando, claro me quedo cuando me acerque que no lo conozco tan bien como pienso, porque el sí está llorando y lo note solo cuando me pare frente a él y esquivo mi mirada.

—     ¿Qué haces aquí Isabella?

—     ¿Tú que haces aquí? Este es mi árbol Marco. — Dije tratando de sonar graciosa, pero el para nada se lo tomo de esa manera.

—     Este no es tu árbol, no seas ridícula Isabella, esto es un parque público, ya madura. — Ok esto está súper extraño, Marco nunca me hablaría así, tengo que saber ya o ya que es lo que le sucede.

—     Oye cállate, ¿qué te sucede? ¿andas en tus días? Si es así dímelo y mejor me marcho, una mujer en sus días es un tormento, pero un hombre en sus días es como un huracán. — Sé que quiso con todas sus ganas seguir molesto por cualquier causa que tuviera, pero no lo logro y se dejó llevar profundamente por el ataque de risa que lo invadió.

—     No puedo creer que logres esto, de verdad, yo estoy muy, muy, molesto contigo, y tú solo llegas me dices 3 palabras y todo se me olvida.

—     Eres un idiota ¿y porque rayos estas molesto conmigo? Te lo juro que creo que estas en tus días.

—     No es eso Isa, es solo… es complicado.

—     Complicado no es una respuesta que puedas usar conmigo y lo sabes.

—     Ya sé, lo que no se es como explicártelo, te vas a reír de mí, vas a querer dejarme de hablar o alguna de esas estúpidas decisiones que toman las chicas cuando les suceden cosas como estas.

—     Marco eres mi mejor amigo, puedes decirme cualquier cosa que se te pase por la cabeza y yo jamás te dejaría de hablar, no puedo prometer nada acerca de no reírme de ti, pero no puedes culparme por eso.

—     ¿Quién es la idiota ahora?, ya enserio Isabella te diste tu misma la respuesta ¿no logras entenderlo de verdad?.

—     Ni un poco.

—     Soy tu mejor amigo Isabella y eso es lo que me molesta tanto ¿estas feliz? — Dice mientras pone la cabeza entre sus piernas y se cubre con las manos, ¿Por qué Dios? ¿porque tengo que ser yo la perra que hace sufrir a mi mejor amigo?, si fuera cualquier otra chica la desgarraría y le arrancaría los ojos de sus cuencas, pero soy yo por quien sufre y no sé qué es lo que tengo que hacer para hacerme pagar a mí misma.

—      Marco, yo…

—     Olvídalo, sabes, antes podía soportar nuestra amistad, porque a pesar de que tú siempre me lo negabas pensaba que en el fondo estabas tan enamorada de mi como yo de ti, pero te vi con él esa noche y me di cuenta que estaba muy equivocado, de que siempre me dijiste la verdad, que no sientes nada por mí y eso me está matando, de verdad que me está haciendo pedazos, pero te quiero tanto que no puedo hacer nada para alejarte de ese tipo, porque creo que eres feliz con él, lo noto en tu cara cada segundo del día, cuando te desconectas del mundo y te pones a pensar en él, sé que lo haces porque tu mirada cambia, y yo quisiera que fuera a mí a quien miraras de esa manera, pero no es así, Isa estoy hablando mucho y solo hay una cosa que quiero decirte.

—     ¿Cuál es? — Digo ya con las lágrimas amenazando mis ojos, soy la peor persona del mundo y justamente él es quien tiene que hacérmelo ver, saben creo que algún pueblito que esté pasando por un problema de sequía puede contratarme para llenarles un rio porque parece que llorar es mi misión en la vida.

—     Escucha, esto es solo por mí, soy muy egoísta, pero te juro que es la primera vez que lo soy cuando el asunto central eres tú, Isa ya no podemos seguir siendo amigos, te quiero y eso ya lo sabes, pero me conoces y no soy el tipo de chicos que se hacen los mártires por que el amor de su vida no les corresponde, quiero olvidarte Isabella, quiero enamorarme de alguien que me corresponda y no lo voy a lograr si sigo teniéndote cerca, lo siento.

—     No me hagas esto por favor Marco. — Es lo único que alcanzo a decir cuando las lágrimas caen de mis ojos a manantiales, y sé que soy injusta con él, pero no quiero que se aleje de mí, no quiero que busque a alguien más, no quiero que me olvide, no quiero que me deje de amar, lo quiero para mi… ya no sé qué más decir.

 ¡GRACIAS POR LEER!

ITZAYANA LOPEZ.

¿Como llega el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora