Capitulo 18.

51 4 0
                                    

A veces en la vida no se sabe apreciar lo que tiene hasta que se pierde, eso no me paso a mí, perdí lo que tenía y ni así me pude dar cuenta de lo terrible que eso había sido, muy pronto me iba a enterar.

Me levante de un salto, era tarde, como las 10 de la noche, mi teléfono sonaba como el infierno y yo solo quería seguir durmiendo para olvidar lo que había pasado en la tarde con Marco, deje que pasara la llamada, pero dos segundos después mi teléfono sonaba de nuevo ¡Dios mío!, como pude alcance el teléfono que estaba en la mesa de estar a un lado de mi cama, "El" se leía en la pantalla, no sabía que me esperaba, ya no quería seguir llorando, pero aun así conteste.

—     Hola Sebas. — Dije sin muchas ganas.

—     Hola pequeña, ¿estás bien?

—     Mejor no se puede. — Mentí.

—     Te escucho rara Isa ¿Qué sucede?

—     No pasa nada, estaba dormida y me has despertado.

—      ¡Huy! Lo siento no pensé que estuvieras dormida tan temprano.

—     Son las 10 de la noche y mañana tengo colegio Sebastian.

—     Oh... vaya, entiendo, ¿te marco mañana entonces? 

—     No, no disculpa, no es que quiera colgar, es solo que estoy medio dormida aun, perdón, ¿Ocupabas algo?

—     ¿Tengo que ocupar algo para llamar a mi hermosa novia? — Dijo, mi cara dibujo una sonrisa, lo cual me hiso sentir el ser más despreciable del mundo, amaba a Sebastian se los juro, pero no sé qué estaba pasándome con Marco.

—     No, claro que no ¿Cómo ha ido tu día? — Trate de relajar la situación y conversar un rato, eso seguro que me distraería de los pensamientos tan suicidas que había tenido todo el día.

—     De maravilla, hoy una chica, bastante hermosa tengo que decirte, me ha hecho el hombre más feliz de esta tierra.

—     Vaya, maldita mocosa, como se atreve a hacer feliz a mi propio novio, que se busque el suyo, bastante me costó inventar el mío y que se me cumpliera tal como lo había pedido. — Pensé que esto iba a ser divertido, que me daría una carcajada como pago, pero lo que recibí a cambio de mi chiste fue un espantoso silencio. — ¿Te perdí?

—     ¿Qué?

—     ¿Qué ocurre?

—     Nada. ¿Cómo fue tu día? — Mentir o no, obviamente no podía contarle lo de Marco ¿Cómo? No quería arruinar esto, estábamos tan bien, ¿de verdad estaba siendo tan asquerosa con mis sentimientos?  

—     Bastante extraño. — Conteste, no había mentido, sí que lo había sido.

—     Te comprendo, ¿te dije que todo iba a mejorar cierto?

—     Sí, me lo dijiste.

—     Y así va a ser, te lo prometo.

—     Gracias, tu eres tan...

—     ¿Perfecto?

—     Claramente sabe describirse señor Sebastian.

—     Es que eso me lo dicen seguido señorita.

—     ¡Vaya! Sí que tengo unos cuantos traseros que patear.

—     Estas loca mujer, ¿Qué te parece si mañana paso por ti al colegio y por fin me presentas a esa amiga tuya? La que añora tanto conocerme.

—     ¿Seguro?

—     Más que un banco.

—     ¿Qué?

—     Isabella ¿Dónde está tu sentido del humor?

—     No coordinado con el tuyo, creo que es porque eres tan viejo.

—     ¡NO PUEDE SER! ¿mi propia novia me ha llamado viejo? Qué asco.

—     ¡NO PUEDE SER! Tu novia es una sabionda, que maravilla.

—     Me encantas. — Guarde silencio, no pude reaccionar.

—     Oye, ¿Seguro quieres ir a mi colegio? No tienes que seguir mis porquerías, no quiero que te sientas obligado a ello.

—     Escúchame Isabella, ahora eres mi novia, quiero ser parte de tu vida en todos los aspectos, y por hacerte feliz yo socializaría hasta con tu amigo el bendito enamorado, y si ellos ya me conocen como tu novio desde hace 100 años, pues voy a ser tu novio de hace 100 años.

—     Estas tan loco.

—     Solo estoy loco por ti.

—     ¿Por qué? — Salió de mi boca sin pensarlo, siempre me sucedía y siempre me iba a suceder.

—     Por qué TÚ eres PERFECTA.          

—     Me encantas. — Dije por fin.

—     Me estaba preocupando de que no lo dijeras. — Estuvimos en silencio como por 10 minutos, solo escuchando la respiración del otro, esto realmente me tranquilizaba, hasta que el hablo de nuevo. — Bueno pequeña, ahora si te dejo para que duermas, ya es tarde. — Mire el reloj 12:48 ¿Pero cómo? — Mañana será un buen día para nosotros, ya quiero verte, sueña conmigo, buenas noches.

—     Gracias, por todo, de verdad, descansa, te quiero, te veo mañana.

Colgué, mañana seguro sería un buen día, mis ojos empezaron a cerrarse, mi boca tenia dibujada una sonrisa por la conversación con Sebastian, mi corazón comenzaba a llorar al volver a recordar a Marco, ya no lo sentí, me dormí profundamente.    

¡GRACIAS POR LEER!

-ITZAYANA LOPEZ.


You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 15, 2015 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

¿Como llega el amor?Where stories live. Discover now