Cap. 17| "El futuro intimida"

362 30 2
                                    

**Narra Owen**
Sara ya había sido dada de alta así que regresamos a casa. Ese día no asistiría a trabajar porque quería ver como Sara se sentía así que designé todos mis casos y pacientes a April Kepner.
-¿Qué quieres que hagamos? -pregunté a Sara.
-¿Ir al parque? -sugirió encogiendose de hombros.
-Arizona dijo que debías hacer actividades tranquilas -reí- y tu solo quieres columpiarte y jugar a la pelota.
-¡No! hagamos algo más tranquilo -Sara se entusiasmó- preparamos unas galletas y las llevamos al parque para merendar.
-Suena bien -respondí- pero estaremos sentados en el suelo, nada de correr.
-Si papá, por favor -Sara sonrió emocionada.
Preparamos galletas con la receta de la mamá de Sara, la había conservado todos estos años porque siguiendo los pasos las galletas quedaban muy sabrosas.
-Llevate abrigo Sara - le recordé.
-Ya lo tengo en la mochila -dijo Sara señalando su mochila y sonriendo.
La pequeña Sara llevaba puesto un jean, zapatillas y un suéter rojo que resaltaba sus ojos. Se había recogido su cabello rubio y algunos pelos le quedaban alborotados dándole un aspecto de despeinada, verla era muy dulce.
Llegamos al parque, colocamos una manta en el piso y nos sentamos sobre ella.
-Hacía mucho no hacíamos esto -le dije a Sara acariciando su nuca.
-Es muy divertido -sonrió.
-¿Te sientes bien? -pregunté como todo padre protector.
-Si papá -protestó- lo llevas preguntado ya seis veces en el día.
-Es que te amo mucho -besé su cabeza y la tiré en la manta para hacerle cosquillas.
Sara reía, no había sonido más hermoso que su risa. Nos detuvimos porque una pelota se acercó hacía nosotros y un niño de unos tres años venía tras ella.
-Hey, toma -dije extendiendo la pelota.
Al irse el niño, Sara se incorporó en la manta.
-¿Has pensado en tener más bebés? -Sara preguntó.
Me quedé helado ante la pregunta y no sabía que responder.
-Yo... -vacilé.
-¿Con Amelia? -preguntó.
-Si lo he pensado -respondí con miedo a que Sara pudiera enojarse.
Pero para mí sorpresa, siguió la conversación tranquila y sin enojo:
-¿Y Amelia?
-Ella también lo ha pensado algunas veces.
-¿Y a ti te gustaría? -Sara frunció su ceño porque el sol daba justo en su cara.
-Me siento intimidado -bromeé.
-Vamos pa, no voy a enojarme por lo que respondas -rió.
-Me encantaría Sara -respondí sonriendo apenado- siempre lo he querido.
-Oh -Sara sonrió.
-¿Y a ti te gustaría tener hermanos? -pregunté.
-Si me lo hubieses preguntado antes de que yo conociera a Amy te diría que no, pero, ustedes dos serían buenos papás -respondió Sara con total tranquilidad.
La miraba y sonreía porque no podía creer que respondiera tal cosa.
-Y me gustaría sentirme mayor, y poder cuidar a mi hermano o hermana -sonrió Sara- aunque me daría un poco de celos dejar de ser tu única hija.
-¿Por qué? -pregunté.
-Porque siempre fuimos tu y yo -sonrió- no tengo ningún recuerdo de mamá porque era muy pequeña cuando murió, entonces lo único que sé y recuerdo es que siempre estuviste tu solo para mí.
-Pueden venir todos los bebés del mundo y yo los amaré, pero tu tienes un lugar especial en mi corazón y lo sabes -le di un beso en su mejilla.
-Deberías casarte con Amelia -sugirió Sara.
Comencé a reirme y mucho al escuchar su sugerencia.
-Si te casas con Amelia pasaría más tiempo con nosotros y sería como una mamá para mí -encogió sus hombros- además no la extrañarías nunca porque viviría contigo.
-Me encantaría, pero es una propuesta muy difícil, Amelia capaz no lo desea -respondí.
-¿Y si se lo preguntas? -sugirió.
-A veces creo que tu eres el adulto Sara, y yo el niño -la abracé.
-No, porque si yo soy el adulto tu no podrías protegerme como lo haces siempre -me abrazó.
-En una semana es el cumpleaños de Amelia -empecé a contarle a Sara- y quiero sorprenderla -sonreí- necesito tu ayuda.
-Me encantaría ayudarte -Sara sonrió.

**Narra Amelia**
-Amy, ¿vienes con nosotras? -preguntó Meredith señalando a Maggie también.
-No ahora, iré a la casa de Owen a ver cómo está Sara -respondí tomando mi bolso.
-Mmm -dijo Maggie- esa maternidad te afecta mucho.
-Por favor -respondí- solo quiero ver cómo está Sara.
-Amelia -Meredith insistió.
-Okay, estoy experimentando algo así como amor maternal -sonreí- no puedo evitarlo.
-Me encanta esta Amelia -respondió Maggie- aunque la Amelia soltera era un poco más divertida.
-Sigo siendo divertida -fruncí el ceño.
Me dirigí a la casa de Owen, toqué la puerta y me recibió con un cálido abrazo. No lo había visto en todo el día y lo había extrañado demasiado.
-Qué lindo es abrazarte -exclamé.
Owen me dio un beso en mi mejilla y luego en mi cuello, sonreí cuando lo hizo y temblé ante el roce de su barba con mi piel.
-No me hagas eso -dije alejandome de él y riendo.
-Es que te vuelves irresistible -Owen susurró- hueles muy rico -sonrió.
-¿Dónde está la pequeña superhéroe? -pregunté buscando a Sara con mi mirada.
-Está dormida -respondió Owen- ve a verla.
Me dirigí hasta la habitación de Sara y la luz de su mesa de noche se encontraba prendida. Tenía su pijama de flores y estaba durmiendo de costado con una mano bajo la almohada. Sonreí al verla y me acerqué a su cama, arrodillándome para quedar a la altura de esta.
Acaricié su cabello y le di un pequeño beso en su mano. Debe haberlo sentido porque abrió sus ojos y sonrió.
-Estás aquí -dijo con voz dormida.
-Te extrañaba -respondí acariciando su mano- y quise darte un beso de buenas noches.
-Yo también te extrañé, hicimos galletas y tu no estabas -dijo Sara.
-Oh, ¡muero por probarlas! -sonreí.
Sara me miraba con sus ojos chiquitos de sueño, sonreía y parecía que había tenido un día agotador.
-Buenas noches hermosa -besé su mejilla.
-Buenas noches Amy -respondió sonriendo y cerrando sus ojos.
Owen se encontraba junto a la puerta viendonos, apagué la luz de la habitación de Sara y fuimos al living.
-¿Owen le diste la medicina que le recetó Arizona? -pregunté al recordarlo.
-Si -sonrió acercándose a mí y rodeándome de la cintura.
-No lo olvides, la necesita -dije seria.
-Me encanta que te preocupes por ella -Owen me dio un pequeño beso en la frente.
-Lamento no haber venido antes -respondí rodeando con mis brazos su cuello- es que tuve mucho trabajo.
-Estás hermosa-Owen me miraba sonriendo.
-Necesitaba besar a alguien en el ascensor hoy -mordí mi labio.
-¿Y lo hiciste? -preguntó Owen sonriendo.
-No, pero estaba pensando en hacerlo ahora -respondí sonriendo.
Y al decir esto, lo bese despacio.
-Quédate a dormir conmigo -Owen interrumpió el beso.
-¿Tu crees? -pregunté- pero... ¿que hay de Sara?
-Amy -Owen sonrió- deja de pensar que a Sara le molestaras, te ama y amará verte despertar aquí con nosotros mañana.
Owen tenía razón, a Sara no le molestaba que pasara tiempo en su casa, ya había sucedido antes y había reaccionado bien.
Nos acostamos en la cama de Owen, era una noche fría en Seattle y comenzaba a llover.
-Hubiese sido difícil conseguir taxi si te ibas -Owen dijo tapándose- por eso hiciste bien en aceptar quedarte.
-No me hice rogar mucho tampoco -fruncí el ceño y también me acosté.
-Por Dios eres tan hermosa -Owen sonrió- no puedo dejar de decirlo.
Le di un pequeño beso a Owen.
-Oh, lo olvidaba -recordé- hoy fui a pediatría y Lucy ya no estaba.
-¿No estaba? -preguntó decepcionado.
-Fue dada de alta por Arizona y Kepner, sus padres se la llevaron de vuelta a casa -sonreí apenada.
-Voy a extrañar ir a visitarla, pero es un comienzo feliz para ella, en su casa y estará protegida y amada por sus papás -Owen sonrió.
-Creo que me encariño rápido con los niños -dije sonriendo.
-Y ellos contigo -Owen me llevó junto a él para permanecer abrazados.
-Owen... -recosté mi cabeza en su pecho.
-¿Qué pasa?
-El otro día... cuando admití que tener niños era un peligro -dije nerviosa- ¿me perdonas? yo sé que tu lo deseas mucho.
-Amy -besó mi cabeza- no podría enojarme por eso, tal vez a veces me cuesta entenderlo, pero no estoy enojado contigo.
-Te prometo que... -empecé a decir.
-Tenemos mucho tiempo juntos, y voy a esperarte, no podemos tomar una decisión tan importante como es la de tener un hijo si no lo deseas.
-Lo deseo Owen -respondí sonriendo- pero aún sigo teniendo miedo.
-Y te entiendo, entiendo todo lo que sufriste, un dolor así... no se olvida ni se cura fácil -acariciaba mi espalda.
Hablando y hablando, nos quedamos dormidos, así como estábamos, abrazados y yo sintiendo su corazón latir.

❃Only freaking superheroes❃| Omelia {ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ}Where stories live. Discover now