Cap. 26| "Si no nos hubiésemos separado"

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**Narra Amelia**
El teléfono de Meredith sonó cuando estábamos en el restaurante. Era Derek, y por lo que se veía no tenía buenas noticias, la cara de Mer se tornó en preocupación.
-¿Qué sucede? -preguntó Maggie.
Meredith cortó el teléfono. No sabía cómo decir lo que sucedía.
-Debemos ir al hospital -dijo Meredith.
-Mer ¿qué ocurre? -dije preocupada.
-Es Owen -dijo.
Sé que intentó explicarme qué pasaba pero yo no pude escuchar nada. Mi mente se bloqueó y entré en shock, tan solo pensar que a Owen le había ocurrido algo me mataba por dentro.
Meredith condució hacía el hospital y yo no dije ni una sola palabra. Maggie intentaba darme agua para que mi presión no se disparara, pero yo no respondía.
Al llegar al hospital vi a Richard Webber, corrí hacía él y hablé por primera vez en minutos:
-¿Qué le pasó -dije con la voz quebrada en llanto y desesperación.
-Lo apuñalaron, Amy -dijo Richard.
Comencé a sollozar y a gritar:
-¡Quiero verlo! -decía.
Meredith me sostenía junto a Maggie.
-Lo están operando, por favor, Amy tranquila -decía Webber.
-¡Amelia! -decía Meredith- tranquila, por favor, tranquila.
-¿Quién le hizo esto? -pregunte tratando de tranquilizarme.
-La persona que lo hizo ya está vigilada -respondió Webber- ¿por qué no esperan por allí? -dijo señalando unos sillones.
-Quiero entrar Richard, necesito ver qué le están haciendo -dije.
-No entrarás a esa operación Amelia, Owen es tu pareja. No puedes dar opiniones médicas teniendo tanto vínculo -aconsejó Webber.
-Ven Amy -dijo Maggie- esperemos sentadas.
-Traeré agua -dijo Meredith.
Estaba muy asustada, Owen estaba sufriendo y peleando por no morir desangrado. Pensar que horas antes no quería separarme de él, y qué loco, es como si hubiera sabido lo que iba a suceder luego. Mi hermoso Owen, estaba desesperada por saber de él, quería verlo, sentirlo cerca y no podía. No quería comer ni tomar nada, mi estómago estaba totalmente inapetente.
Paso una hora y media y nadie salía a dar noticias de Owen:
-¿Qué hay de Sara? -preguntó Meredith al verme caminar de un lado a otro de la sala de espera.
-Ya me comuniqué con su niñera, la recogerá y la traerá aquí conmigo -dije llevando mis manos hacía mi nuca.
-¿Crees que es buena idea traerla? -pregunto Maggie.
-No lo sé -admití entre ojos llorosos- pero es su papá, y tiene todo el derecho del mundo a permanecer aquí con él.
-Amy, ven, debes sentarte -insistió Maggie.
Caminé hacía ellas y me senté, apoyé mi cabeza en el hombro de Maggie y comencé a lloriquear.
-¿Por qué tardan tanto? -pregunté.
-Tranquila hermana -dijo Meredith acariciando mi cabeza.
Cuando dije esto, Bailey y Webber vinieron hacía nuestro encuentro.
-¿Por qué están los dos? ¿Qué pasó? -dije en un tono desesperado.
-Amelia Owen salió bien de la operación -dijo Bailey.
Las lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas y no paraban de salir. Maggie y Mer me abrazaron.
-Estará en la UCI para prevenir -dijo Webber sonriendo.
-Amelia, Owen es muy valiente -dijo Bailey- ahora solo hay que tener paciencia.
-Y en cuanto a quien lo apuñaló, las autoridades policiales ya están avisadas -dijo Richard.
-¿Puedo verlo? -pregunté secando mis lágrimas.
-Ve -dijo Bailey- no queremos mucho amontonamiento de gente, así que por ahora solo permitiremos que pases tu.
Asentí con la cabeza y miré a Meredith y Maggie.
-Ve -dijo Meredith con una sonrisa.
-Si viene Sara la llevaremos contigo -dijo Maggie.
Hice una pequeña sonrisa y comencé a caminar junto a Webber hacía la UCI.
-Es aquí -dijo abriendo la puerta de la habitación donde se encontraba Owen.
Suspiré, me moría de miedo y me dolía tener que ver a Owen así.
-Te dejaré a solas con él -dijo Webber palmeandome la espalda.
Entré a la habitación y lo vi, cerré la puerta para no sentir ruidos de afuera. Se veía tan hermoso como siempre, solo que ahora tenía un par de cables conectados a su cuerpo y un respirador.
Comencé a caminar hacía su cama y acaricié su cabeza, las lágrimas comenzaron a desprenderse de mí otra vez. Me moría por verlo así.
-Mi amor -dije entre llanto.
Sabía que él no me escucharía, estaba totalmente dormido y bajo anestesia.
-¿Por eso no podíamos separarnos hoy en la mañana? -me acerqué más a él y susurré en su oído mientras lloraba.
Lo único que se escuchaba era el ruido del monitor de signos vitales estables.
-Debería haberte llevado a la prueba del vestido como decías -hice una pequeña sonrisa entre lágrimas- de haberlo hecho, estarías riendo como siempre, y no herido.
Besé su frente y acaricié su cabello.
-Te pido por favor que sigas estable -mi voz volvía a quebrarse- no puedes dejarme. No puedes dejar a tu hijita. Seremos una familia ahora ¿recuerdas? -no paraba de llorar- tienes que verme con el vestido blanco y yo muero por verte de traje.
Tomé su mano y la besé.
-Yo quiero tener hijos contigo -dije- sé que te dije que me daba miedo, pero lo deseo con todo mi corazón -sonreí y más lágrimas caían de mis ojos- yo sé que tu lo quieres también.
Volví a sonreir al verlo, era tan perfecto.
-Eres tan hermoso -seguí diciendo- no podría vivir sin ver tu hermoso rostro -besé su mejilla.
Tocaron la puerta de la habitación y rápidamente comencé a limpiar mis lágrimas. Al abrir, era Maggie con Sara de su mano.
-Mi niña -dije abrazándola.
Pude notar el miedo de Sara, se aferró a mí y temblaba.
-¿Él está ahí adentro? -dijo escondiendo su cabeza en mi pecho.
-Si, él está ahí.
-¿Y hay mucha sangre? -preguntó mirándome a los ojos y una pequeña lágrima salió de sus ojos.
-Tiene un poco de cables y tubos -dije acariciando su cabello para darle tranquilidad- pero no se ve nada.
Sara permanecía inmóvil, no sabía cómo reaccionar.
-Mira -dije tomándola de la mano- entremos juntas, y si sientes que te da mucha impresión salimos - mi voz comenzó a quebrarse pero no quería llorar frente a Sara.
-Está bien -dijo Sara.
Sonreí a Maggie en señal de gracias y volví a entrar con Sara a la habitación. Al verlo, Sara apretó fuerte mi mano.
-Tranquila -dije besando su cabeza.
Caminamos hasta la cama, Sara tenía miedo y no se separaba de mí.
-Owen -dije- mira quién está aquí -sonreí y una lágrima volvió a deslizarse sobre mi mejilla.
Nos sentamos con Sara en un pequeño sillón al lado de la cama donde Owen se encontraba. La senté sobre mi regazo y la abracé.
-Es muy triste verlo tan dormido -dijo Sara señalando a Owen.
Besé su cabeza y agarré sus manos.
-Ahora estaría diciendo que no tenemos que tener miedo -dijo Sara riendo entre lágrimas.
-Eso es verdad -dije abrazándola aún más- tu papá es la persona más buena y valiente del mundo -dije sonriendo.
-Ojalá despierte pronto -respondió Sara- no me gusta verlo así.
-¿No quieres acercarte a darle un beso? -propuse.
Sara me miró y sonrió.
-Me da miedo -dijo avergonzada.
-Él lo sentirá, y aunque no despierte lo hará sentir muy bien -insistí.
Sara se paró y me tomó de la mano, quedando las dos junto a Owen. Sara extendió su otra mano y la llevó hasta la frente de Owen.
-Su frente arrugada sigue ahí -dijo riendo.
-Así es -sonreí al escuchar a Sara. Aún en las situaciones más fuertes ella conservaba su magia.
-Papá siempre dice que las arrugas de su frente son porque en el ejército no había sombra, entonces ellos tenían que fruncir mucho el ceño porque el sol les daba en su cara -Sara decía mientras acariciaba la frente de Owen.
-Oh -respondí- eso es curioso.
-Pero yo le digo que es mentira, su frente está así porque él no sonreía -Sara siguió diciendo.
-Tiene una sonrisa muy linda, como tu -besé la mejilla de Sara.
-Tu debes besarlo mucho -dijo Sara y me avergoncé- desde que te conoció sonríe más, y eso es muy divertido.
-Oh -respondí con mis mejillas rojas de vergüenza- yo creo que tu también lo haces sonreir mucho.
Sara sonrió y miró a su papá:
-Papi tienes que despertar, prometo no enojarme más porque no puedes llevarme al parque. Pero tienes que despertar, ahora somos dos las personas que te están esperando -Sara besó la mejilla de su papá.
Intenté no llorar al escucharla, Sara era pequeña y a la vez grande, su cabello rubio caía sobre sus hombros y sus ojos grises brillaban como nunca. Esta era mi familia ahora, y no podía estar más enamorada de ellos.
-Además, tienes que casarte con Amy -continuó diciendo Sara- tienes que tener una luna de miel, tienes que vivir un cuento de hadas. Como las películas de princesas que a ti no te gustan -rió Sara al terminar de decir eso.
Sara estaba a mi cuidado ahora, no tenía a nadie más. Así que volvimos a la casa de Owen para darle un baño y su cena.
-Cepíllate los dientes pequeña -dije a Sara sonriendo.
Volví hacía la cocina, donde la niñera de Sara esperaba:
-Escucha, llámame si necesitas algo, por favor -comencé a decirle a la niñera- una vez que esté dormida, ya puedes acostarte. Mañana en la mañana volveré y la llevaré a la escuela.
-Señora Shepherd -respondió- yo la llevaré a la escuela, no se preocupe, usted quédese tranquila cuidando al señor Hunt.
-¿Segura? -pregunté.
-Sí -sonrió la niñera- yo llevaré a Sara al colegio y luego la recogeré y la llevaré con usted, ¿le parece?
-Sería grandioso -dije.
La voz de Sara se escuchó, ya se encontraba en su pieza:
-¿Amy? -dijo.
Fui hacía ella y sonreí al encontrarla parada ahí, en pijama y descalza:
-¿Cepillaste bien tus dientes? -pregunté besando su mejilla.
-Si lo hice -respondió Sara.
Se metió en su cama y la tapé, recostó su cabeza en la almohada y sonrió:
-¿Va a estar todo bien? -preguntó con voz preocupada.
-Si mi princesa -respondí acariciando su cabello.
-Dale un beso de buenas noches a mi papá, él se sentirá mejor con eso -dijo Sara.
-¿Tu dices? -dije riendo.
-¡Si! tus besos de buenas noches hacen sentir mejor.
-Mañana luego del colegio irás al hospital ¿si? -dije a Sara.
-Está bien -dijo Sara un poco seria.
-Mi vida, prometo que el día se pasará rápido y volveremos a estar juntos los tres -intenté animarla.
-Ojalá papá despierte -dijo Sara acurrucándose para dormir.
Acaricié su cabeza y la besé.
-Buenas noches Sara -dije sonriéndole.
-Descansa Amy -respondió.
-¿Puedes recordar que te amo? -pregunté y mi voz se quebró un poco.
-Lo haré -sonrió Sara- yo también te amo.
Besé otra vez su cabeza y dejé la luz de su mesa de noche encendida como a ella le gustaba. Salí de la habitación y cerré la puerta.
-Te dejé el uniforme de Sara en su cómoda -comuniqué a la niñera- si necesitas algo por favor, llamame y vendré enseguida -sonreí.
Conducí al hospital, por suerte había tenido tiempo para darme una ducha y me sentía más despierta, aunque no había comido nada en horas y eso me hacía estar un poco débil.
Cuando llegué a la habitación de Owen, todo seguía igual, dejé mi bolso en un mueble y me senté a su lado, recordé que debía darle su beso de buenas noches, así que lo hice, llevando mis labios a su frente, dejando un pequeño y tibio beso en ella
Apoyé mi cabeza en su cama, llevando mi mano a uno de sus brazos para acariciarlo, y así me quedé dormida junto a él.

❃Only freaking superheroes❃| Omelia {ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ}Onde histórias criam vida. Descubra agora