Capítulo 11: papel

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La próxima media hora, la presentadora había desviado la atención de todo el mundo en el trono de Jairo. Los primeros cinco minutos mantuve mi cabeza agachada, pero después, poco a poco empecé a contemplar mí alrededor. Melanie no dejaba de mirarse sus uñas y de vez en cuando acariciaba su pelo. Por otro lado, escuché algún que otro suspiro de Carla, dándome a entender que estaba aburrida. En frente de mí tenía el otro bando de pretendientas de Jairo, las cuales la mayoría tenían la mano levantada para comentar la cita que acababan de ver de su tronista.

Mientras escuché de fondo sus voces de pito, miré a Axel. Tenía su cabeza apoyada en su barbilla, observando a las pretendientas de Jairo. Aunque algo me decía que el único motivo de qué lo estaba haciendo, es por qué no quería mirar hacía aquí. Sus ojos verdes estaban sin vida y no tenían esa sonrisa que me había acostumbrado a ver en su rostro.

Max tenía razón cuando me dijo que habría días que desearía salir corriendo, pero esta vez no de miedo, si no por qué no soportaba ver a Axel así. Los siguientes minutos intenté buscar su mirada y recordé una película preciosa, que se llamaba La vida es bella. El protagonista de esa película desea que su amada la observe, pero ella no se percata de su presencia. Así que él, con todas sus fuerzas, se repite constantemente “mírame, por favor”, hasta que ella volteó su rostro a su dirección y ambos se miraron.

Y así estaba yo los próximos minutos. Repitiendo en mí mente una y otra vez que me mirase, aunque solo fuera un segundo. Pero hasta que la presentadora no decidió volver al trono de Axel y comentar sus últimas citas, no levantó la mirada del suelo.

-Venga, Axel.- La presentadora pegó un bote en su sillón plateado y sonrió con energía a mi tronista.- ¿Dónde está esa sonrisa que tienes siempre en la cara?- Axel se rió un poco con la pregunta retórica de Anna y observé como Jairo le daba una palmada en la espalda.- A ver, ¿qué te parece si vemos alguna de tus citas? Me han dicho que has tenido una cita sin testigos de quince minutos.

Antes que a Axel le dé tiempo de contestar, los televisores de plató se encendieron y aparecí yo, entrando en el interior de la colchoneta. Las primeras escenas son las de siempre: salimos Axel y yo por separados, yo esperándole y él llegando a la cita. Además, con la canción Darte mi vida, de Amaya Montero de fondo, me produjo una son risa estúpida a la hora de ver nuestra cita.

Resumen la cita en dos minutos, y en conclusión había salido Axel diciendo que yo soy diferente a las demás, y mis palabras sobre que Axel es como mi segunda oportunidad. Mirándolo desde fuera y sin saber la historia que hay detrás, parecía que lo dijera como si en el amor me hubieran hecho daño, cosa que es incierta. Porque la única culpable de que mis historias de amor hayan sido pésimas ha sido por mi cobardía.

Axel y yo salimos despidiéndonos de el cámara y luego, una nueva escena, salgo yo encima de Axel, acariciándole el pelo. Genial, esa escena la cogieron a tiempo. Sale nuestros globales en colectivo y finalmente, los globales individuales. Primero salgo yo. Noté mi sonrisa de estúpida en la pantalla y ahora en mis mejillas.

-No sé cuando lo besaré, eso nunca se sabe. Los besos surgen, no se buscan.

Seguidamente, salió Axel, también con una enorme sonrisa.

-No sé porque no ha querido besarme. Quizá tengo algo en los dientes y nadie me lo ha dicho.- Axel enseñó sus dientes, poniendo una mueca que hizo reír a medio plató.- Yo solo digo qué, el día de mañana, los roles se van a cambiar y yo seré quién le dirá que no quiero sus besos.

-No sé si soy una rival fuerte para mis contrincantes.- Dije mientras me acariciaba mi pelo.- Que cada uno juzgue lo que su mente le permita.

-Ahora mismo sería imposible hacer un ranking. Estaba esperando que llegase una chica que me rompiera los esquemas y por fin, ha llegado.

El diario de una pretendientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora