Capítulo 9: quiero más

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Axel y yo nos despedimos de la cámara con nuestras manos, y por primera vez, estamos completamente solos. La gente de producción ha salido por la puerta que conduce al interior de la cafetería y ha cerrado las puertas para que tengamos intimidad. Por un momento, me siento más aliviada al no tener una cámara delante, pero al tener a Axel delante de mí y estar los dos solos, hace que mi corazón se acelere.

-Ahora que estamos solos, dime la verdad.- La petición de Axel hace que mis cejas se alcen, sorprendida.- ¿Qué piensas de mí?

-Antes ya me has preguntado eso.

-Lo sé, pero estaba el cámara delante.

-¿Piensas que estaba fingiendo delante de la cámara?

-Sé que te importa lo que piensen los demás de ti, y eso me preocupa.- Axel coge mi mano y las entrelaza con suavidad.- No quiero que finjas ser alguien que no eres por miedo a no caerle bien a todo el mundo.

-¿De verdad piensas eso de mí?

-No lo pienso, Carol. Solo quiero asegurarme que esa posibilidad quede descartada.

-Pues descártala.- Mi tono de voz es seco.- No me importa lo que piensen los demás, lo que me molesta es que me juzguen sin saber toda la historia. Por eso he actuado de esa forma en plató.

-No te estoy hablando de plató. Te estoy hablando de la futura actitud que puedas tener en frente de las cámaras.

-Pues si Maya o los ganchos me atacan como lo han hecho hoy, con toda la educación que me ha enseñado mi madre, le pondré los puntos sobre las íes.

-Yo si fuera tú dejaría de fijarme en los ganchos o en Maya.

-Pero si son ellos que no han dejado de criticarme.

-Pues no les des juego a que te critiquen. A Maya le gusta picar a la gente, porque su teoría es que cuando una persona se encuentra en su límite, se muestra tal y cómo es. Por eso actúa así contigo y con todas mis pretendientas, para ver como reaccionáis y que yo vea como actuáis según se dé la situación.

-¿Eso lo has deducido tú?- Axel asiente con su cabeza y yo me río.- Pues yo creo que lo hace por otra cosa…

-¿Así?- Ahora Axel parece más relajado, natural.- ¿Y qué otra cosa es?

-Le gustas.

-¿Qué?

-Maya no aguanta verte con ninguna de nosotras, y por eso nos ridiculiza delante de ti y de todo el mundo.- Mis palabras provocan que por la boca de Axel surja una carcajada parecida a la que he escuchado en Maya, cuando nos hemos cruzado en los pasillos de la cadena de televisión.- ¿Puedo saber qué te hace gracia?

-Tu teoría. Es absurda.

-No lo es.

-Sí, sí que lo es. Es más, tengo un argumento muy bueno para anular tu teoría y que te rías conmigo.

-Déjame que lo dude.

-Vamos a hacer una cosa.- Axel me coge por la cintura y me sube encima de su regazo, haciendo que esta vez, sea la primera vez que esté tan cerca de él.- Si mi teoría elimina la tuya, me das un beso.

Ante esa petición vacilo. Dudo por el simple hecho que Axel tiene su preciosa sonrisa que muestra esa seguridad tan fulminante para mis ojos. Pero por otro lado, estoy tan segura de lo que he visto esta mañana en plató, que acepto el trato de Axel. Él me sonríe con una malicia dulce, y deshace mi coleta, dejando que todos mis mechones caigan por encima de mis hombros mientras comienza a hablar.

-A Maya le gustan las chicas.

-¿Qué?

-Lo que oyes: tiene novia. O al menos tenía, no lo sé con seguridad. Es muy discreta con su vida amorosa.

El diario de una pretendientaWhere stories live. Discover now