-Toma un poco de agua. Te irá bien.- Alcé mi cabeza y vi como Lucía me extendía una botella de agua mientras se sentaba a mi lado.
La acepté y le di un par de tragos. Desde donde nos encontrábamos podía escuchar como Anna intentaba razonar con Axel, aunque él no contestaba la mayoría de veces. Aunque sí que escuché como diferentes personas daban su opinión como los ganchos, las pretendientas de Axel y Jordan, e incluso el otro tronista. Nunca llegué a saber sus opiniones porque solo escuchaba sus voces, debido a que me encontraba dentro de la nave donde se grababa el programa, pero por el set que había detrás de cámaras.
Lucía y yo estábamos sentadas en sillas que estaban libres por detrás del plató. Mi coordinadora como siempre sostenía su carpeta donde lo apuntaba todo, pero en esos momentos solo estaba pendiente de mí y me estaba extendiendo un nuevo paquete de clínex. Efectivamente, estaba llorando. No podía retener toda la rabia, la impotencia y tristeza que sentía. No quería estar aquí, pero tampoco quería irme.
No estaba lista para decir adiós.
-Pienso que cuando te tranquilices, deberías de entrar y hablar con Axel.
-No creo que sea buena idea.- Le susurré a Lucía, por suerte mi micrófono estaba desconectado y nadie podía escuchar esa conversación.- Ya le has escuchado. Él no quiere saber nada de mí.
-Eso no es cierto, Carol. Pero tienes que entender la reacción de Axel, al igual que él ha comprendido tu enfado por su cita con Erika.
-Él no ha entendido nada. Si lo entendiese no haría nada de lo que está haciendo.
-Creo que las cosas son mucho más sencillas, solo tienes que verlo desde otro punto de vista. Él ha dicho que no te detendría si te marchabas, pero que él no iba a echarte. Y después de lo que has hecho, Carol, no sé como Axel todavía se está conteniendo de esa forma.
Me quedé callada, pensativa. Por una parte, Lucía tenía razón. Era impresionante como Axel se había contenido cuando ella había hecho ese baile sensual a Jordan, otro chico que no era él. Axel también se había dado cuenta de las miradas de complicidad con Leo, y solo había soltado un par de comentarios respecto a eso, cuando otras veces la ha liado mucho más por mucho menos. Sin duda, él estaba intentando que está locura funcionase, y yo solo estaba echándolo todo a perder.
Me limpié las últimas lágrimas que desprendieron mis ojos, me soné mi nariz y bebí un poco
más de agua. Lucía se percató que estaba lista para seguir sus consejos y que quería volver a entrar en plató. Mi coordinadora se lo comentó a Anna por walkie-talkie, y la presentadora presentó mi entrada.
-¿Estás mejor, Carolina?- Asentí con mi cabeza mientras entraba a plató, pero ni siquiera me acerqué al centro. Me quedé a un metro de las escaleras de la grada, dándole la espalda a los tronistas. No me atrevía a mirar a la cara a Axel.- Veo que te lo has pensado mejor y realmente, no te quieres ir.
-Si fuera por mí, me iría ahora mismo, pero no puedo.- Noté como mi voz se rompía en esa última frase. Era como si un montón de cristales creasen grietas en cada palabra que saliera de mi garganta.
-¿Qué es lo que te retiene aquí?
-Axel.- Dije mientras me mordía mi labio superior, estaba intentado tragarme las lágrimas. En ese instante, me percaté que Leo me estaba mirando con tristeza. No sé si esa tristeza se debía a que le estaba fallando a él o que no le gustaba verme así.- Siento que lo estoy haciendo todo mal, cuando lo único que hago es hacer lo que siento.
-¿Y qué sientes, Carolina?- La presentadora me hablaba con su dulce voz, como si fuera esa vocecita que todos tenemos en nuestra cabeza que quiere sacarnos nuestros verdaderos sentimientos.- Creo que es importante que ahora más que nunca, digas que es lo que sientes, no solo por Axel, sino en general.
