★ V e i n t i c u a t r o ★

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«Ese momento cuando debes respirar profundo antes de hablar porque sabes que estás a muy poco de llorar...»

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Un par de horas después de haber llegado, aun con el cansancio de todo el día encima, cada uno de los chicos hizo lo mejor que pudo por ayudar y atender a Sanha. Los mayores se encargaron de poner en orden la casa que, a la hora del desayuno, habían dejado hecho un desastre; Moonbin a preparar la cena a Minhyuk mientras que Eunwoo se detuvo a cuidar al menor. Estaban en su habitación, descansando en la cama con los ojos cerrados pero escuchando lo que le comentaba Eunwoo para distraerlo. Sanha le pidió que le hablara sobre su último día, cómo había estado y si qué tenía pensado hacer de ese día en adelante. Agradecido, el visual respondió a cada pregunta mientras lo ayudaba deshacerse de la ropa pesada hasta quedar con una camiseta y los jeans; tiró los zapatos del menor a un lado, sin querer sintiendo el calor en sus pies cuando le quitó las medias: sus pies estaban rojos, vio el cuerpo tendido de su amigo en la cama y su rostro que denotaba estar demasiado cansado por ese día.

Continuó hablando a su pedido, pero trató de cambiar de tema porque no le parecía que fuese sano que siguieran charlando sobre trabajo cuando ya estaba saturado de él:

— ¿Y tú, Sanha? —preguntó—. ¿No tienes nada interesante para contarme?

El maknae pensó unos instantes, una leve sonrisa se dibujaba en su rostro. El visual estaba sentado a orillas de la cama, pasó cariño su mano por la frente del menor para comprobar que la fiebre ya estaba controlada. Acarició su cabello y de pronto lo tomó con un poco de fuerza, haciendo que el menor se asustara y riera:

— ¿Por qué eres salvaje de repente? —le reprochó—. ¡Ah, ya suéltame, hyung!

— ¡Yah! ¿Por qué sonríes de esa manera y no me cuentas nada? —Sanha se irguió y se recostó por la pila de almohadas, observó con el ceño fruncido a Eunwoo y se atrevió a sacarle la lengua en gesto de molestia.

— No te diré nada.

— Veo que ya estás bien —comentó—. Creo que te hice pensar en algo que te hizo sentir mejor —comentó al aire—. ¿No me piensas hablar de eso?

«¿Eso?», se preguntó el menor. La mirada del mayor era tan confusa en esos momentos que en su mente se pudo imaginar lo único por lo cual había esperado a que el día terminara: leer la carta de respuesta de Eunyoung.

— ¿E-eso? —preguntó, tratando de no sonar tan preocupado por lo que le pudiera insistir.

— No sé —se encogió de hombros—. Hace varios días que no hablamos mucho por nuestras actividades y te he notado con un cambiante estado de ánimo. ¿Ya todo está mejor?

— Sí —respondió, al pensar en todo lo ocurrido, no pudo evitar esbozar una sonrisa. Pareció acordarse de las palabras de aliento de Eunyoung con su última carta, fue aquello lo que lo impulsó a mejorar sus ánimos y levantarse de ese tropezón de hacía unos días.

— De vuelta has sonreído de esa manera —comentó Eunwoo entre suspiros—. Pero está bien, ¿qué más puedes decirme, algo interesante...?

— Uhm... Pasé mucho tiempo con Bin hyung —comentó—. Lo he escuchado nombrarte por lo menos dos veces cada diez minutos durante el tiempo que estuvimos juntos —aquello provocó una sonrisa en Eunwoo—. Te ha extrañado mucho, deberías ir y darle un abrazo.

Eunwoo le propinó un golpe juguetón y bajó la mirada, al pequeño le encantaba molestarlos como si fuera del propio fandom, Aroha, quienes emparejaban a muerte a ellos dos:

Quiero ser tu estrella © [YSH] [ASTRO]Where stories live. Discover now