—Jeonghan y todos sus socios están encerrados por el NIS. Taehyung y Jimin volvieron de quién sabe dónde y los chicos siguen bien —resumió sin borrar su radiante sonrisa—. Al final todo salió bien.

—No todo —se lamentó Jin y suspiró—. Perdimos la grabación. Las únicas pruebas que tenemos son los códigos de red y lo ocurrido. Asumo que lo encerraron por secuestro o algo.

Volvió a fijarse en el menor. Namjoon sonreía. Había genuina felicidad pero al mismo tiempo travesura en su mirada. El mayor no pudo hacer más que enarcar una ceja, repentinamente confundido por su reacción.

—No es posible, ellos destruyeron el teléfono y-

—Lo grabé con esto —Namjoon sacó del bolsillo de sus jeans un bolígrafo plateado que se veía tan normal como cualquier otro—. Justo lo había guardado en mi bolsillo antes de que me secuestraran.

—¿Es ese bolígrafo con el que solías juguetear?

—¿Por qué pareces tan sorprendido? Yo también tengo cartas bajo la manga —dijo el hacker sin dejar de sonreír. Se veía muy orgulloso de sí mismo y la verdad, no era para menos. Había salvado la operación.

—Ahora mismo me estás provocando demasiado y lo único que te salva es que tengo las costillas rotas.

—Y que estamos en un hospital —agregó aún divertido.

—Eso es lo de menos.

Como llamado por el instinto, un médico ingresó al cuarto pero no se sorprendió tanto como Namjoon al ver a su paciente ya despierto. Para pesar de ambos, el menor tuvo que dejar el cuarto por un rato en lo que lo revisaban y luego volvió, cuando el galeno le estaba explicando al ex agente sobre todas sus heridas y el tiempo que necesitaría reposar.

Aunque estaba acostumbrado a ello, Seokjin no parecía ara nada contento de oír que tenía dos costillas rotas, agujeros de bala en las piernas, brazos y torso, además de un corte profundo en un costado que casi punzó su hígado. Era la última herida que Jeonghoon pudo hacerle antes de huir. Aparte de eso tenía un montón de raspones y la frente inflamada por los golpes en la cabeza.

Entre una cosa y otra, le explicó que tomaría al menos unos dos meses de reposo para que pudiera volver a su vida normal, pero un poco más para sanar completamente. Además no fue para nada sutil al recomendarle que fuera a un terapeuta una vez que se sintiera mejor físicamente. Aparentemente no era un secreto para nadie que estaba perdiendo sus canicas, pero no dijo nada al respecto.

Entonces el doctor le dio una noticia que no esperó oír.

—Hay algo más. No es importante, supongo, pero creo que es mejor que lo sepas ahora que después —explicó notándose algo tenso. Ninguno de los dos realmente sabía qué esperar—. ¿Me permites tu brazo derecho?

No dijo una sola palabra, Seokjin solo extendió el brazo que le pedía tras sentarse mejor en la cama y ambos observaron, aún en silencio, cómo el médico le quitaba la venda que cubría una herida casi a la altura del hombro. Una vez la piel estuvo al aire para que pudieran verla, notaron el por qué de la preocupación del doctor:

El tatuaje que lo marcaba como 092 tenía un corte, ya suturado, surcándole desde una esquina superior hasta una de las inferiores. Una vez que cicatrizara, el tatuaje permanecería para siempre tachado por aquella herida producida por un roce de bala.

—No sé cuál era el significado de tu tatuaje, pero una vez que sane la herida, ya quedará una marca en medio —siguió empezando a moverse para cambiarle las vendas, como si temiera que dejar el tatuaje a la vista pondría a Jin de malas, pero el rostro del ex agente estaba sereno—, siempre puedes volver a tatuarte encima, pero se terminará borrando y tendrás que hacerle mucho mantenimiento.

OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}Where stories live. Discover now