—¿En ese estado tienes los huevos para amenazarme?
—Seamos honestos, soy mucho más rápido que tú con la pistola.
—Supongo que tienes razón.
En cuanto Jin lo vio tensar la mano para presionar el gatillo, el ex agente se movió como pudo hacia la izquierda, consiguiendo de ese modo evitar la bala, aunque le desgarró la piel del brazo. Sin embargo cuando él intento dispararle para acabar con él de una vez por todas... descubrió que ya no tenía balas.
Fue la primera vez en toda su carrera que palidecía ante la idea de haber perdido. No le importaba morir en lo absoluto, pero sin él, dudaba que Namjoon sobreviviera y si lo hacía, lo tendrían encerrado en algún lado para que Jeonghoon lo usara de juguete hasta aburrirse. El CEO sonrió burlonamente y avanzó hasta posicionar su arma justo entre los ojos de Seokjin.
Estuvo a punto de cerrar los ojos para aceptar su destino cuando vio al final del pasillo a Namjoon aparecer por una esquina cargando con una pistola. Quizás la había tomado de alguno de los guardias a los que mató minutos atrás, eso no importaba, pero que apareciera le daba muchísimo más miedo que su ausencia.
Tenía que distraer a Jeonghan. Era lo único que podía hacer en ese momento.
—Me he quedado sin balas. Ganaste —admitió Seokjin sonriendo y encogiéndose de hombros como si no le importara—. Ya que ambos sabemos cómo acabará esto, ¿por qué no me dejas hacerte una última petición?
Namjoon estaba aún a unos diez metros de distancia, avanzando muy despacio para evitar hacer ruido. Seokjin intentaba no mirar demasiado en su dirección por miedo a que eso despertara la curiosidad del CEO y lo hiciera voltear. Se alivió al darse cuenta de que al menos su novio parecía estar en una pieza, cosa que evidentemente no podía decir de sí mismo.
—¿Una última petición? —soltó Jeonghan con una risa. Sus ojos eran los de un asesino que estaba disfrutando demasiado con la situación.
—Sigue el juego a este moribundo, Jeonghan. Me debes algo por haberte salvado aquella vez.
El mayor lo consideró unos instantes.
Su novio estaba a cinco metros, distancia que hubiera sido suficiente para él pero con la que evidentemente no se sentía lo suficientemente seguro, pues siguió avanzando, cada vez más despacio y conteniendo la respiración. Sostenía la pistola con ambas manos, pero de todos modos temblaba horriblemente.
—Supongo que tienes razón, puedo hacerte un favor, no me causa problema, ¿qué quieres?
El hacker ya tenía a Jeonghan a punta de pistola. Le disparara donde le disparara, no fallaría. Pero había algo que lo estaba atormentando.
Aunque él mismo quería ponerle una bala en el pecho al CEO, no quería que Namjoon hiciera lo mismo. Que se ensuciara las manos con la sangre de ese desgraciado. Que viviera con la culpa de haber asesinado a alguien. Uno ya no volvía a ser el mismo después de una experiencia así y menos sin un entrenamiento previo. No quería hacerle eso. Que su Joon deje de ser su Joon por demonios que muy pocos podían controlar.
Cuando volvió a hablar, Seokjin miró sobre el hombro de Jeonghan, directo a los ojos del amor de su vida, quien lo había salvado en incontables ocasiones de mil formas distintas, a quien nunca terminaría de pagar todo lo que había hecho por él en apenas tres años. Kim Namjoon.
—Te pido que no dispares. No te hagas esto. Convertirse en asesino no es algo de lo que se pueda escapar —rogó con los ojos llorosos. Jeonghan enarcó una ceja, Namjoon abrió los ojos desmesuradamente—. Aceptaré lo que tenga que pasar. Pero por lo menos quiero salvar tu consciencia. Por favor.
ВЫ ЧИТАЕТЕ
OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}
Любовные романыDos años después de escapar de Noir y dedicarse a formar una vida normal y alejada de los riesgos del hacking y las misiones, la calma de Namjoon y Seokjin se ve interrumpida por lo que a simple vista parece ser un virus de computadora. || Segunda p...
Clave #27
Начните с самого начала
