Capítulo#10: El viaje.

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Lo miro un poco asqueada, pero quizás sea cierto lo que dice. Amo el chocolate, y no voy a dejar de comerlo porque parece un escarabajo. Pongo como unos seis o siete escarabajos de chocolate y cinco malvaviscos con forma de ojo; es como si tuvieran pulso. Tomo un sándwich con lechuga, jamón y queso, él defecto del sándwich es que tiene brazos y piernas de pan. Sin embargo pongo un plato con dos sándwiches en mi bandeja. Tomo un pequeño plato de lo que parece ser spaghetti, pero en realidad son lombrices hechas de pasta que no dejan de moverse; lo que se supone que es carne molida, tiene aspecto de ser cerebro.

Como dijo Alexander, sabe mejor de lo que se ve. Por sus palabras, no me dejo intimidar por el aspecto de la comida, tengo hambre, y voy a comer. Pongo en mi bandeja el plato con lombrices de pasta. Junto al plato de pasta hay sangre, y casi me pongo contenta, pero debe ser salsa de tomate.

Unto un poco de “salsa de tomate” en mi “spaghetti”. Pienso que ya tengo mucha comida en mi bandeja, tomo un tenedor, y voy detrás de Alexander mientras me habla.

—Ya verás que te gustará la comida. De hecho sabe mejor que la comida normal— él se sienta en una mesa vacía y yo me siento frente a él, con Diana a mi lado.

—Vamos, prueba tu “pasta”— me alienta Diana.

Estoy apunto de meter a mi boca un bocado de “spaghetti” con “carne molida”, pero me distraigo cuando gritan mi nombre. Busco con la mirada de donde provino el sonido, y vino de la cocinera, que me hace un ademán con la mano para que vaya hacia allá.

—Ya vuelvo. Cuiden que el sándwich no salga corriendo— digo y me levanto.

Voy de nuevo hacia el área de comida. La cocinera me mira sonriente, luego me ofrece un vaso con una bebida roja. No había pensado en algo para beber.

—Todos tienen vino, pero sólo para ti, conseguí sangre— dice, mostrando sus muy blancos dientes.

Tomo el vaso con sangre, y aunque lo quiera, no sé si debería hacerlo.

—Gracias— digo con una sonrisa—. No era necesario.

—No te preocupes ,querida. Cada vez que quieras, puedes venir a pedir un vaso repleto de sangre— dice, ella casi parece feliz.

—Gracias, pero, ¿por qué haces esto por mí?— digo, y siento que estoy rechazando la sangre, aunque no es así.

—Por supuesto, sé que eres vampiro, pero también sé que serías incapaz de hacernos daño, puedo verlo en tus ojos— dice, ella está en lo cierto. Mientras habla, su suave cabello rojo cae a un lado de su cara—. Y la mejor forma de mantenerte sana como vampiro que eres, es bebiendo sangre. Como cocinera, quiero que todos los que prueben mi comida, están sanos— dice orgullosa de sí misma.

—Gracias, de nuevo.

Le dedico una última sonrisa y voy de vuelta con Alexander y Diana. Alexander casi termina su comida, pero Diana apenas comienza a comer. Dejo el vaso repleto de sangre sobre la mesa y meto a mi boca un bocado de “spaghetti”. Siento las miradas ansiosas de Alexander y Diana mientras mastico mi comida.

—Admite que te gusta— dice Diana.

—De hecho, está rico— digo con la boca llena, y meto más comida a mi boca.

Dos minutos más tarde ya Alexander acabó de comer, pero Diana apenas terminó su arroz chino, con camarones que se mueven. Yo acabo de terminar mi “spaghetti”. Le doy una mordida a uno de mis sándwiches.

—Alexa— dice Alexander—, sé que debí decirte esto antes, pero lo que ocupó el lugar de la carne molida en tu “pasta”, en realidad si era cerebro.

Beautiful MonsterWhere stories live. Discover now