Capítulo #8: Sirenas.

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Me pregunto cómo a Verónica, puede agradarle Gustavo. Él parece ser una persona fría y arrogante, y de hecho, estoy segura de que lo es. Veo a Verónica caminar hasta a mi, ya que fue ignorada por Gustavo una vez que Zayn se acercó.

—¿Te gusta este lugar? A mí me encanta— mi pequeña hermana me dice emocionada.

Miro hacia todos lados, buscando algo bueno que halagar del lugar. Pero sólo veo un bosque oscuro que apenas se puede distinguir por la tenue luz de la luna y las estrellas.

—Es un lugar muy bonito, y las casa sobres lo árboles son hermosas— digo algo fascinada. El bosque sería un lugar hermoso si estuviera puesto baja la luz del día en lugar de parecerse a un bosque de una película de terror.

 Verónica sonríe. A ella sí parece gustarle este bosque, por más terrorífico que sea. Siempre me han gustado las películas de miedo, pero no me gustaría vivirlas. De repente, recuerdo que siempre quise ver a un Hada, y supongo que a Verónica también le gustaría ver una. Me agacho a la altura de Verónica, pisando mi vestido y mi túnica con mis rodillas.

—¿Te gustaría ver un Hada?— le pregunto.

Ella sonríe.

—Prefiero ver una Sirena.

Esperaba que aceptara mi propuesta de ver a un Hada, y creí que si no la aceptaba, me diría que quería ver a una especia de monstruo raro. Al menos no creo que una Sirena sea raro. Suspiro.

—Veamos que puedo lograr— le guiño el ojo y me levanto.

Camino hacia Zayn, quien aún habla sin expresión en el rostro con Gustavo. Me detengo detrás de Zayn, y Lucas me lanza una sonrisa maliciosa. Zayn se gira, mirándome a los ojos.

—Zayn, ¿dónde viven las Sirenas?— pregunto en voz baja, para que Gustavo no pueda oírme.

 Zayn frunce el ceño.

  —¿Por qué la pregunta?

 Dejo escapar un suspiro.

—Mi hermana, Verónica, quiere ver una Sirena.

 Zayn parece decidir si decirme o no, luego dice:

—Iré con ustedes. Si una Sirena las ahoga a ambas, los Vampiros me matarían antes de que pueda regresar a Magwitch, vamos.

Él se aleja caminando hacia Verónica, y antes de que pueda ir con ellos, la mano de Gustavo en mi brazo me detiene.

 —Espero poder beber tu sangre antes de que la Sirena te ahogue— él susurra en mi oído.

 Gustavo suelta el agarre en mi mano y me guiña el ojo antes de ir con Vivienne. Me giro y busco a Zayn y Verónica, y los veo conversando animadamente, Zayn ríe de vez en cuando y Verónica le habla fascinada; me acerco a ellos.

 Le hago un seña a Verónica para que tome mi mano, y ella lo hace. Zayn se aleja caminando y nosotras vamos de la mano detrás de él. Cuando estamos lejos del Valle— y lejos de la vista de todos—, Zayn abre un portal con unas palabras de lo que parece ser Francés y un agujero negro aparece en el suelo.

—¿En serio? ¿Nos quieres hacer caer de nuevo?— digo.

 Zayn sólo me mira con expresión seria.

—No haría caer a una niña de nueve o diez años— él lo dice como si fuera lo más estúpido, y de hecho, lo es.

Suspiro.

 —Está bien.

Suelto la mano de Verónica y salto en el agujero en el suelo. Caigo sobre un árbol, pero no hay ramas que me rasguñen, es un árbol con hojas blancas y brillantes, tan suaves que parecen de algodón. Las ramas del árbol son de color turquesa.

Beautiful MonsterWhere stories live. Discover now