Lo terminaron atando a la silla con mucha fuerza y cuidado y luego abandonaron el cuarto. Aún no podía ver nada y algo le decía que intentar gritar sería inútil. Escupió algo de la sangre que tenía en la boca y esperó, ansioso, a que ocurriera algo. Dudaba muchísimo que solo lo dejaran así, encerrado en un cuarto por siempre. Volvió a concentrar todos sus sentidos.
Oyó unos pasos afuera. Alguien se acercaba.
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Recobró el conocimiento solo para sentirse aún más desorientado. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que se encontraba en una habitación pequeña y cuadrada de paredes de cemento pintadas de blanco, amarrado a una silla de metal. Le dolía la nuca como el demonio donde aquel tipo lo había golpeado; realmente no entendía la necesidad de hacerle tanto daño solo para dejarlo inconsciente.
Necesitó unos segundos para que la vista se le aclarara y la luz del fluorescente dejara de lastimarle en los ojos. Estaba completamente solo, pero era consciente de que eso no se mantendría de ese modo por demasiado tiempo. Un escaneo rápido determinó que aparte de la nunca no tenía ninguna herida y que la silla estaba soldada al piso de tal forma que no podría dejarse caer a un costado para tratar de soltarse o huir.
Estaba totalmente indefenso y desarmado en aquel cuarto. Cualquiera podría entrar y dispararle en la cabeza y él no podría hacer nada para tratar de evitarlo. En conclusión estaba básicamente muerto. Quizás estaba siendo pesimista, pero dudaba demasiado que alguien viniera a rescatarlo. No sentía que hubiera forma de que lo hallaran en donde sea que se encontraba.
Su único consuelo era que había una gran probabilidad de que Seokjin estuviera a salvo. Aunque conociéndolo, el muy idiota iría a rescatarlo sin pensar en las consecuencias para sí mismo.
Toda la situación era una puñeta. Amarrado y seguramente a punto de morir por culpa de unos agentes del gobierno lo suficientemente incompetentes para hacer su trabajo por ellos mismos. Eso sin mencionar que no habían perdido el tiempo en intentar chantajearlo para que no pudiera negarse. Cuando se lo pensaba así hasta parecía que en la historia no existía un lado bueno o malo. Todos tenían su oscuridad.
Él solo quería vivir tranquilo junto a su hermano menor y su novio en un maldito apartamento y dejar atrás todo aquel mundo. Pero no. A Namjoon todo le pasa.
Miró hacia el techo y soltó un suspiro. Si salía con vida le arrojaría a Daeil la laptop en la cabeza y no volvería a meterse en un lío así en su vida. Si tenía que ir a prisión lo haría, pero nunca más se arriesgaría por gente que evidentemente no planeaba protegerlo de nada. A veces se preguntaba si alguno de esos agentes era consciente de que Namjoon era un civil y no un soldado.
Claro, por supuesto que no negaba que era un civil un poco desviado por todo el asunto del hacking, pero aun así; en cuanto a habilidades físicas era peor que un niño pequeño. Una vez años atrás había tirado algo de cerámica mientras espiaba a Jin y a Jaeha, con un demonio, ¿en serio pensaban que sería apto para esto?
La única puerta del cuarto se abrió y Lee Jeonghan ingresó. Estaba vestido elegante, pero no llevaba la chaqueta puesta y tenía las mangas de la camisa remangadas. Llevaba nada más una o dos horas desde la última vez que lo vio y hasta parecía verlo rejuvenecido. Como si todo el estrés de las semanas que pasaron se hubiera evaporado en cuestión de minutos. Estaba perfectamente peinado y le sonreía satisfecho.
—Buenas tardes, Minjae —saludó rodeándolo lentamente, como si Namjoon fuera su presa—. O mejor dicho, Kim Namjoon.
—Ya sabes quién soy.
—Sí, y también tu estúpido novio, Kim Seokjin o 092 —dijo el CEO como si escupiera las palabras al rostro de Namjoon—. Debo admitir que no pensé que serían agentes encubierto. Los veía como potenciales traidores, pero no así.
—Bueno, tú tampoco parecías un psicópata a primera vista, ¿sabes? —interrogó Namjoon decidiendo que morderse la lengua no serviría de nada. Jeonghan haría lo que quisiera de todos modos.
—No soy un psicópata, señor Kim. Soy un visionario —corrigió el mayor inclinándose frente a él y posando las manos sobre las rodillas de Namjoon—. Alguien que cuando pidió poco le dieron nada y cuando pidió mucho le dieron la espalda. Alguien que se hartó de pedir y empezó a tomar sin pedir permiso.
—No eres más que un simple criminal.
Jeonghan se rió un poco. Levantó una de sus manos y sostuvo el rostro de Namjoon por la mandíbula, presionando sus dedos sobre el hueso sin piedad. Podía sentir las uñas del hombre clavarse en su piel y el dolor casi lo hace cerrar los ojos. Tenía al CEO en las narices. Casi podía oler la rabia del hombre en su cuerpo.
—Al final lo que yo sea o no, no tiene importancia —sentenció inclinándose aún más,esta vez para susurrarle al oído—. Lo que importa es la razón por la queestamos aquí. Y esa es que tú, Kim Namjoon, vas a contarme algunos secretos.
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OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}
RomanceDos años después de escapar de Noir y dedicarse a formar una vida normal y alejada de los riesgos del hacking y las misiones, la calma de Namjoon y Seokjin se ve interrumpida por lo que a simple vista parece ser un virus de computadora. || Segunda p...
Clave #24
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