—Déjenme terminar esta llamada y estoy con ustedes, caballeros —aceptó Jin sonando casi protocolar. Se inclinó con las manos arriba y colocó la pistola en el suelo, para luego patearla en dirección al cabeza, que la tomó y pasó a uno de sus chicos—. 093, se han llevado al padrino. Confío en ti.

Terminó la llamada sin esperar respuesta y arrojó el teléfono con todas sus fuerzas al suelo hasta hacerlo añicos. Como si eso no fuera suficiente, le dio un pisotón. Dudaba que el aparato pudiera encenderse de nuevo o funcionara siquiera como fuente de repuestos. Sus captores lo miraron con cejas enarcadas, como sin comprender lo que acababa de ocurrir. Evidentemente no eran muy inteligentes.

Solo esperaba que Yoongi entendiera lo que acababa de decirle. No quiso pronunciar el nombre de Namjoon ni hacer evidente lo que comunicaba, por lo que no le quedó de otra más que llamarlo padrino. Después de todo, se suponía que su novio sería el padrino de bodas de Min; supuso que no era algo demasiado difícil de descifrar.

Con eso fuera del camino, no le quedó de otra más que obedecer. Levantó las manos de nuevo sobre la cabeza y se arrodilló en el suelo, permitiendo que los hombres lo amarraran sin oponer resistencia alguna. No valía la pena pelear si eso podría poner a Joon en peligro. Ya encontraría la forma de solucionar el problema una vez lo tuviera en frente. Era mejor esperar.

Su plan era averiguar a donde se lo llevarían, pero subestimó a los hombres que tenía a su alrededor. Pensó que serían lo suficientemente estúpidos para vendarle los ojos y meterlo a un auto, pero uno de ellos le pegó un paño a la boca y nariz y supo al instante que iban a dormirlo con cloroformo. Había tenido un entrenamiento para soportar eso, pero la verdad era que como mucho conseguiría despertar un poco antes que la persona promedio, pero no podría evitar dormirse.

Peleó como pudo contra las ganas de caer rendido, se mordió el labio hasta hacerse sangrar para intentar mantenerse despierto, pero al final cayó en brazos de sus secuestradores tras perder totalmente el conocimiento.

Así fue como acabó de la misma forma que Namjoon. Amarrado, inconsciente y metido como una bolsa de basura dentro del maletero de un Mercedes.

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Por lo menos cinco minutos antes de que el vehículo se detuviera, Seokjin recobró el sentido. Agradeció al diablo de Younghwan que no era claustrofóbico o encontrarse en el maletero lo habría sacado de quicio. Desde donde estaba le llegaban las voces de los secuestradores, pero no con el volumen suficiente para discernir qué decían con exactitud.

El automóvil frenó con violencia, lo que lo hizo golpearse el hombro contra una de las paredes del maletero, pero por su propio bien se obligó a contener un quejido. Tenía el sabor metálico de la sangre en la boca por haberse mordido los labios y pensó para sus adentros que esa había sido una idea muy estúpida.

Segundos después de quietud absoluta, el maletero volvió a abrirse y una linterna lo apuntó directamente en la cara.

—Está despierto —señaló uno de los tipos—, pónganle una venda sobre los ojos o algo. Ya saben lo que dijo el jefe.

Sin rechistar uno de ellos sacó un pañuelo de su bolsillo y cubrió sus ojos con un nudo muy fuerte, para luego ser sacado sin mucho cuidado del maletero y empujado a punta de pistola por algún lugar que no podía identificar. Seguramente estaba a oscuras, porque no podía percibir luz a través del pañuelo y por el olor a aceite y gasolina, podía adivinar que probablemente era un estacionamiento. La baja temperatura indicaba que era subterráneo.

Aunque no podía ver, podía guiarse por ciertas cosas. El eco de sus pasos, cuántos metros caminaban antes de que giraran por una esquina, cuántos grados tenía una curva, hacia qué lado giraban. No era información demasiado valiosa, pero le serviría para, al menos, encontrar una salida más rápidamente cuando la necesitara. Luego de caminar unos cincuenta metros entre giros y otras cosas, lo metieron a un cuarto y lo sentaron violentamente en una silla de metal. Supo su material por lo frío al tacto y por el golpe que se dio en el codo contra uno de los posa brazos.

OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}Where stories live. Discover now