—Lo estoy, pero nada de qué preocuparse.
Ignorando sus palabras, Namjoon se puso de pie para ir a apagar la laptop y luego las luces. Tras asegurarse de echarle el cerrojo a la puerta volvió a la cama y se metió bajo las mantas junto a Jin, quien no tardó en abrazarlo por detrás antes de eventualmente quedarse dormido minutos después, mientras él permanecía allí, con los ojos abiertos, sin poder evitar pensar en las cosas que inevitablemente llegarían.
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Una vez terminado el incómodo desayuno, Namjoon volvió corriendo a la habitación para seguir con su trabajo o distraerse con otras cosas, mientras que Jin y el resto eran convocados a una de las salas de Jeonghan para discutir asuntos más importantes. Durante el desayuno intentó reconocer al esposo de su madre entre los asociados, pero rápidamente se dio cuenta de que era una idea inútil: no tenía ni idea de cómo se veía y ya había olvidado su nombre.
El tiempo pasó volando, faltaba apenas una hora para el almuerzo cuando unos golpecitos a la puerta hicieron que cerrara la laptop de sopetón. Se sintió un poco ridículo, pues seguramente era una de las mucamas, pero igual prefería no arriesgarse; ¿qué le garantizaba que Jeonghan no usaba a sus empleados como espías?
—Adelante —permitió tras aclararse la garganta. La puerta se abrió antes de que terminara la palabra por la persona que menos quería ver: Jeonghoon.
El joven iba vestido como si acabara de volver de una salida de tiendas. Pantalones de mezclilla ajustados y una camiseta blanca de cuello en V, junto a unos zapatos deportivos que parecían bastante nuevos. No estaba peinado como usualmente, parecía ser que había arreglado sus cabellos con los dedos para darse un aspecto despreocupado. El menor ingresó y cerró tras de sí, apoyando su cuerpo contra la puerta en pose casual.
La situación no tenía nada de casual y era consciente de ello.
—¿Qué haces todo el día aquí encerrado? ¿No te aburres? —interrogó el menor sin moverse de su posición. Parecía taladrarlo con los ojos.
—No soy un hombre de negocios, así que me quedo aquí a ver netflix o distraerme con lo que sea —mintió Namjoon sin problemas, quizás porque no era del todo mentira—. Mientras Junseo trabaja, yo me relajo.
—¿No te molesta eso? ¿Ser como la esposa hogareña que constantemente vive esperando por su marido?
—Jun no es mi esposo, Jeonghoon.
—Y menos mal, porque si lo fuera sería mucho más difícil seducirte —explicó esbozando una sonrisa pícara—. Se nota que eres alguien que cuando se compromete lo toma muy en serio y si estuvieran casados, me ignorarías aunque tuvieras tentación.
El chico acababa de confesarle sus intenciones así nada más, como si fuera lo más normal y simple del mundo. Aquello hizo que se preocupara un poco por la juventud actual, ¿acaso todos los chicos de su edad eran así? ¿Tan faltos de vergüenza? Estaba diciendo que quería seducir a un hombre en una relación. Un hombre al que, claramente, no conocía en lo más mínimo. Ni siquiera sabía su nombre real.
—Voy a ser claro contigo —dijo Namjoon apartando el aparato que tenía sobre las piernas para sentarse en el borde de la cama y fijarse en él—, no estoy interesado en ti. Y no lo estaré. Mi relación es una de las mejores cosas en mi vida y no pienso abandonar a Ji-Junseo, ¿está claro?
—¿Cómo puedes rechazar algo que nunca has intentado?
—No necesito intentar nada para darme cuenta de que no me atraes, Jeonghoon.
—Tan crueeeel —se quejó como un niño pequeño, pretendiendo estar herido—. Pero puedo hacerte cambiar de opinión, ¿sabes?
El chico empezó a avanzar hacia la cama con paso decidido. Namjoon ya sabía perfectamente lo que se venía, pero también sabía que no dejaría que ocurriera. En cuanto Jeonghoon intentó empujarlo del hombro, la mente del mayor se llenó de recuerdos de cosas que Jin le había enseñado y en un solo movimiento aplicó una llave al chico y lo puso boca abajo en la cama, evitando de ese modo que pudiera escapar.
—Creo que yo también puedo hacerte cambiar de opinión, Jeonghoon.
—Lo creas o no, esto es bastante excitante.
Aquella respuesta no le sorprendía.
La puerta volvió a abrirse, pero esta vez quien ingresó fue Seokjin, que permaneció perplejo en el umbral, observando la escena como si le costara comprenderla. Al cabo de lo que pareció una eternidad, el mayor soltó una larga carcajada que hizo que se doblara sobre sí mismo sosteniéndose el vientre. Hasta le lloraron los ojos por la intensidad de sus risas.
—Minjae, eres todo un caso —dijo secándose las lágrimas con la manga de la camisa—. Ya suelta al chico antes de que lo lastimes y su padre se entere.
Como recién notando la fuerza que había estado aplicando al menor, Namjoon lo dejó ir de golpe y en respuesta, Jeonghoon soltó un gruñido por el dolor. Había sido casi un reflejo el atacarlo así y aunque se asustaba un poco, no se arrepentía en lo más mínimo.
—Ahora largo de nuestra habitación antes de que te enseñe lo que es dolor de verdad, Jeonghoon —ordenó Jin sin perder el tono agradable en su voz. Eso solo lo hacía más terrorífico.
—Seguiremos hablando luego, Minjae-ssi.
Intentando no mostrarse tan asustado, Jeonghoon abandonó el cuarto.
—¿Estás bien? ¿Te hizo algo?
—Jin, acabas de ver que lo tenía en una llave y me preguntas si me hizo algo.
—Qué sé yo, quizás estabas enseñándole llaves de lucha —bromeó Seokjin.
—Sí, porque yo soy un experto.
—Aparentemente lo eres.
Namjoon rodó los ojos, entre divertido e incrédulo.
—No lo sé, solo sé que se acercó tras decir que me haría cambiar de opinión sobre si me atrae o no. Supuse que intentaría besarme y reaccioné por reflejo.
—La llave era buena, pero si Jeonghoon hubiera sido un experto te hubiera golpeado con las piernas, tenías que posicionarte sobre él para inmovilizarlo completamente —enseñó el mayor acercándose para atraerlo de los pantalones—. Pero estoy orgulloso de ti, ese chico tiene que aprender a respetar.
—Estuve bien, ¿no? —quiso confirmar Namjoon sintiéndose sonrojar.
—Increíblemente bien, amor.
Después de una sesión larga y de pausas muy cortas para darse besos y más besos, (pues no se animaban a más en aquella condenada casa), bajaron al comedor para el almuerzo y notaron, con cierto alivio, que el hijo de Jeonghan no estaba presente. Suponía que no quería tentar a la suerte y volver a cruzar caminos con Seokjin, al menos por ese día. Podría estar tranquilo algunas horas.
Pero la tranquilidad, al igual que las risas, no duraron lo suficiente. Tras informar al NIS de un negocio bastante feo, los temores de Namjoon se hicieron realidad.
Eran las tres de la mañana cuando Jeonghan despertó a todos a gritos y ordenó que fueran a la biblioteca inmediatamente. Seokjin se guardó un cuchillo en el zapato y Namjoon deseó estar en otra parte.
Entonces, un disparo.
ANDA SEDANG MEMBACA
OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}
CintaDos años después de escapar de Noir y dedicarse a formar una vida normal y alejada de los riesgos del hacking y las misiones, la calma de Namjoon y Seokjin se ve interrumpida por lo que a simple vista parece ser un virus de computadora. || Segunda p...
Clave #20
Mula dari awal
