Chains Of Love- Ziam

Capitulo 28. Chains of love.

Pate 2. Bitter freedom.

¿Por qué tarda tanto?¨ Llevo veinte minutos esperándolo. Ya casi es hora de regresar a clases y me preocupa que no coma nada, como lo ha estado haciendo desde el regreso a clases. ¿Por qué digo desde el regreso a clases? Ha estado de esa manera desde que regreso de sus vacaciones. No me puedo explicar que es lo que tiene, pero al parecer algo murió dentro de él, porque ya no tiene ese brillo singular que me hizo enamorarme de él en un principio. Ya lo veo venir entre la multitud. Viene arrastrando los pies, su mirada perdida en algún punto de la cafetería. Siento como un escalofrió recorre mi cuerpo, me preocupa verlo de esa manera. Su cabello castaño sigue igual que siempre, pero sus ojos se ven tan secos internamente, como los de alguien que ya murió y su barba, ¡Por Dios! Se la ha dejado crecer un poco más de la cuenta, ya no es la sombra de barba que tenia, es una barba. Y eso no le queda para nada bien. Se sentó delante de mí, le sonrió amablemente, pero no consigo que me regrese el gesto.

-¿Cómo estas?- le pregunto, casi como un susurro.

-Bien- me responde secamente.

Observo que no trae nada de comer. Dejo salir un suspiro de derrota. Casi una semana sin comer e la escuela, muy mal. Le extiendo una manzana. Niega con la cabeza. Le acerco la ensalada y la aleja con su mano. ¿Ahora que puedo hacer? No soy su madre como para exigirle que coma algo. Ni ella podría, Liam es un adulto que sabe tomar sus decisiones.

-¡Niall!- grita alguien.

Levanto la cabeza buscando a la persona que me nombro. Ahí esta él. Siento como se me sonrojan las mejillas. Se empieza a acercar a nosotros. Nuestra historia es tan corta, lo conocí en ese viaje a Grecia. Unas noches después de encontrarme con Liam y su amigo, nos tratamos un rato y empezamos a salir, teníamos tantas cosas en común. Descubrí que estudia en mi escuela, alumno de intercambio. Un chico canadiense de cabello castaño y ojos color miel. ¿Tengo un patrón? Tal vez, pero me gusta como es, por dentro. Se sienta a mi lado y me sonríe. Observo que se empieza a inclinar para besarme y niego con la cabeza. Por alguna razón he notado que Liam se deprime más cuando me ve con él ¿Celos? No lo creo, pero hay algo que lo daña más de lo que debería. El timbre suena, es tan ruidoso que ya no me puedo concentrar en mis pensamientos. Veo como Liam se pone de pie y lo detengo.

-Hoy voy ir a comer a tu casa, tu mamá me invito ¿Me esperas?- le pregunto con los ojos de cachorro que sé que no resistirá.

El ladea la cabeza –Claro- su voz es igual de áspera y sin emociones.

Se aleja entre la multitud. Me siento tan desesperado por no saber que tiene, solo recuerdo el primer día que lo vi de regreso.

Caminaba por la escuela buscándolo entre los alumnos de medicina. Veía rostros que sabia que lo conocían y les preguntaba por él, pero nadie me decía nada, nadie lo había visto aun. Lo busque todo el día, pero no lo encontré. Al salir de la escuela me dirigí a su casa. Al llegar su mamá me recibió, me dijo que el estaba en su habitación, que no quería salir de ahí. Subí los escalones y entre en su habitación. Lo encontré sentado en el suelo, con una corbata amarrada a una pata de la cama. Solo llevaba puesta una camisa blanca y unos bóxers del mismo color. Esto era lo más raro que haya visto en toda mi vida. Me acerque a él y lo tome de un hombro. Levanto la cabeza, animado y me observo expectante, yo no era la persona que él esperaba ver. Lo se, vi como sus ojos se apagaban y bajaba la mirada. Me senté junto a Liam y le acaricie la oreja, no estoy muy seguro si hice algo mal. Se aparto de mí violentamente con los ojos vidriosos.

-¿Qué tienes?- le pregunto, la angustia se podía notar visiblemente en mi voz.

-Nada- me respondió usando un tono seco. Un tono que yo no le conocía, un tono al que ya me acostumbre desde ese día. Por más horrendo que sea.