Capitulo 26. Cage opens

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Los escalofríos recorrían su cuerpo, agrietando su piel y dejando quebrado lo poco que quedaba. Gracias a la alimentación que recibía, su masa muscular no disminuía, a simple vista, podía ser el mismo chico que llego a esa mansión, pero no lo era. Las cicatrices delataban su estado y su espirito, se transformo en un cristal que cae al suelo. ¿Cuánto había pasado? Una semana, dos… Tal vez un mes, o llevaba la cuenta, pero para que hacerlo, después de tiempo se dio cuenta que gran parte de su vida seria de esa manera. Nunca lo vieron desmoronarse, nadie se dio cuenta. Ahora, mientras los clientes de su padre abusaban de él, ya no oponía resistencia, sus ojos se perdían en el inmenso espacio sin ningún rumbo o destino. Cada noche visitaba a Zayn en sus sueños. Sentía su tibia piel, escuchaba su risa, probaba sus labios, sentía su intimidad y por ultimo despertaba con lágrimas surcándole las mejillas. La realidad se estaba transformando en una tortura y la tortura se estaba volviendo vida. Con desesperación necesitaba atención y afecto, llevaba varios días balanceándose sobre la cuerda de la cordura. No quería terminar loco, y si no fuera por sus cursos de psicología tal vez ya lo estaría.

Liam se estiro en la cama, extendió todas sus extremidades lo más que pudo. Observo el techo blanco, ese techo que observaba cada vez que entraba un invitado a su cuarto. Giro su rostro con asco, observo la pared blanca. Ese mismo punto que encontraba en las noches antes de dormirse. Se estremeció y bajo su vista al suelo. Madera con gotas de sangre. Manchas que se producían cada vez que su padre entraba a castigarlo. Una lágrima amenazo por salir, pero no lo logro. Todo en ese maldito espacio confinado le producía soledad, dolor y tristeza. Se puso de pie y camino medio metro. Era la única distancia que podía recorrer con la cadena amarrada a su cuello. Su bóxer blancos estaban impecables, cada día la señora que se encargaba de atenderlo se los cambia para que los clientes no vieran los otros. Desgarrados, manchados de sangre y con las pistas de la visita anterior de alguien. Todo eso lo sabían entre ellos, pero pareciera que no les importaba, ni siquiera lo mencionaban.

Había noches donde pensaba en las esposas de esos hombres, en sus pequeños que los esperaban en casa. Se preguntaba una y otra vez si ellos estarían consientes del trabajo de su familiar. Si tenían conocimiento al hecho que ese hombre que llevaba el pan a su casa abusa sexualmente de un joven que no se puede defender, que ahora no se puede defender. Lo intentaba al principio, pero sus músculos le empezaban a fallar y eso significaba una tortura por su padre, eso seguro. No existían más opciones. Ser una mascota era lo que sería toda su vida. Su futuro con Zayn se había desaparecido desde el instante que le tomaron esa foto. Las pesadillas despiertas no se comparaban con las sombras tortuosas de la noche. Imaginarse al moreno mirando la foto con asco, despreciándolo por completo, entregándole su cuerpo a otro. Esas eran las cosas que lo mantenían sumergido en depresión, sus demonios particulares. Pero no tenía alternativa. Ya no, nunca la recuperaría. Bajo sus manos para acariciar los huesos de su cintura, uno de los lugares que más le gustaba tocar al azabache. Por unos segundos, y solo por unos segundos podía permitirse sentir a Zayn físicamente, aunque no estuviera ahí.

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Despertó entre las cobijas. Olfateo la sudadera que estaba entrelazada en sus brazos. El olor a Liam se desvaneció días atrás y ese único consuelo nocturno ya no existía. Se levanto de la cama y se adentro en el baño. ¨Que asco¨ pensó el ojimarron al ver su reflejo. Era solo un destejió de lo que alguna vez fue. Las ojeras surcando sus ojos, la ropa arrugada y sucia. La barba no le crecía y se mantenía aseado gracias a la ayuda de Louis. Todas las noches antes de ponerse a llorar para después quedarse dormido, su amigo lo acobijaba, le regalaba palabras de aliento y se retiraba. No estaba seguro desde cuando Louis vivía en la mansión para no alejarse de él. No recordaba la última vez que vio a Harry, siempre llegaba con muchos papeles, le daba un dulce beso a Louis y se retiraba del lugar para poder seguir con sus asuntos. Al castaño no le molestaba ver a su novio tan apurado, no le habían dicho, pero conservaba la esperanza que aun siguieran con las búsqueda de Liam.

Chains Of Love- ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora