Capitulo 6. setting the rules

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-Espero que no le molestara el hecho de limpiar su casa-.

-¿Tu limpiaste toda la casa?- pregunto el azabache.

-Asi es amo. Todo sea por la comodidad mi señor- respondió el castaño.

¨No es necesario que realices todas estas acciones. No entiendes que no quiero ser tu amo¨ se repetía internamente el ojimarron. Entraron en la cocina de la mansión, la cual ya no era desconocida para el castaño.

-¿Qué quieres de desayunar Liam?- pregunto el azabache mientras encendía la estufa.

-No es necesario amo- aunque por dentro sabia que era mentira. El no comer en tres días traía a su estomago famélico y molesto.

-¿Te gusta el huevo como desayuno o prefieres los ¨hot cakes¨?- pregunto, ignorando la respuesta del ojimiel.

-Yo, esto no es… hot cakes estarían bien amo- no tenia sentido discutir con alguien que ignora tus respuestas, sin mencionar el hecho de que su interior le pedía a gritos algo de alimento.

Mientras el joven de piel bronceada preparaba el desayuno solo intercambiaron un par de palabras ¨si¨, ¨no¨, ¨con mermelada¨. Al terminar de preparar el alimento le extendió el plato al castaño, el cual lo recibió y con el se sentó en el suelo. La escena no podía ser más contradictoria. La ternura que sintió Zayn al ver al muchacho sentado en el suelo le conmovía su corazón, sin ignorar la rabia de que el joven no entendiera su trato como iguales.

-Aquí esta la mesa Liam- señalándole el mueble.

-La generosidad del amo es buena, pero una mascota no comparte mesa con su dueño- respondió por lo bajo.

El ojimiel estaba acabando con la paciencia del azabache, quien en verdad, no tenía mucha de ella y menos por las reacciones del castaño.

-Liam…-.

-Si amo-.

-¿Cuáles son esas reglas de las que hablas?- soltó de golpe el ojimarron.

-Pues mire amo…- hizo una pausa acomodando las palabras en su cabeza. No había pensado en esas reglas en años. Aquellos recuerdos eran dolorosos para el ojimiel, recordar los pedazos mas tristes de su infancia –Son muy sencillas: no puedo protestar a las ordenes, eso quiere decir que si usted dice ¨es una orden¨ no puedo desobedecer. Tengo que complacer al amo en todo lo que guste, y la principal es que no somos iguales- el castaño resistió la necesidad e llorar. No podía creer que esas palabras salieran de sus propios labios.

-Esas son tus reglas- exclamo el azabache mientras se sentaba en la mesa –esta es mi casa y mis reglas son diferentes-.

¨¿Me esta tomando el pelo? No puede ser en serio¨ los ojos de Liam se abrieron a mas no poder.

-Primero, siéntate en la mesa. Por favor- no quería darle órdenes, solo sugerencias.

El ojimiel se levanto del suelo con su plato y tomo asiento enfrente de su dueño.

-La correa no es necesaria, puedes tener tu propio cuarto, no es necesario que hagas cosas como limpiar la casa y sobre todo no me llames amo. Mi nombre es Zayn-.

El ojimiel movió su cabeza en señal de negativas –Muchas gracias por lo de no tener que limpiar amo. Pero otras cosas no pueden ser cambiadas. No puedo tener mi propio cuarto, tengo que estar con usted. La correa es una de las marcas para distinguir a una mascota. Y lo de amo… usted es mi amo, eso no esta a discusión-.

Cada vez que Zayn pensaba que las cosas mejorarían se daba cuenta que no era asi. La idea de ser ¨amo¨ de una persona no es de su agrado y no lo sería nunca. No quería discutir. A lo largo del desayuno tuvo victorias y perdidas, Liam ya no usaría la correa pero si el collar, logro convencerlo de no dormir en el suelo si no que dormiría en el sillón del cuarto de su amo. Ese tierno rostro le producía una alegría que no tenia descripción, no podía evitar sentirse de esa manera, su mente no estaba clara. La emociones de felicidad se mezclaban con la impotencia y la amargura del momento. Ser amo y mascota no son roles humanos.

-Liam voy a hacer una llamada-.

El ojimiel asintió mientras terminaba de comer. El azabache se dirigió a la sala, pulso llamada rápida y espero mientras sonaba el otro celular.

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Ya que no tenía que trabajar ese día, se dedico a limpiar su casa. Tanto tiempo sin ningún día libre le era exhaustivo, pero no era molesto para él. Aparte de ser su trabajo, sentía la necesidad de cuidar de Zayn, él y su padrino, era lo único que le quedaba en el mundo al azabache. Aunque Louis no puede presumir de tener más. Cuando su madre murió sus hermanas se fueron a vivir con su padre, él por su parte, decidió iniciar su propia vida lejos de todos los demás. Una decisión complicada para alguien de su edad, claro, a sus veintidós años ya no era un crio.

El celular empezó a sonar en la sala, el castaño lo escucho mientras preparaba la comida. Dejo la estufa y corrió a atender.

-Diga-.

-Louis. Soy yo, Zayn-.

-Zayn ¿Cómo estas?- la llamada si que era inesperada.

-Estoy bien Louis, escucha- hizo una pequeña pausa para pensar como lo diría –Sé que te dije que no vinieras en todo el fin de semana pero te necesito-.

-Esta bien, mañana estaré en tu casa ¿Te paso algo?- pregunto preocupado el ojiazul.

Pudo escuchar claramente como el ojimarron soltaba un suspiro del otro lado de la línea –A mi no-.

Después de esa respuesta colgó la llamada.

-¿Qué hiciste ahora Zayn?- se pregunto a si mismo el castaño.

Chains Of Love- ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora