Volvió a ser consciente del espacio y el tiempo al mismo tiempo que Jimin encendió las luces en el apartamento. Un trueno sonó en la lejanía y todo se iluminó, dejando ver que el supuesto desastre que su novio esperaba encontrar no existía. Todo estaba en su lugar, excepto quizás por algunas batas de hospital o zapatos, pero nada que realmente se pudiera considerar desorden.
Se quitó la chaqueta y la dejó en el perchero junto a la entrada, para meterse y comenzar a observar todo. Si era totalmente honesto, era justo lo que se había esperado de Park. Todo perfectamente ordenado y limpio, pero en su mayor parte, inutilizado. Después de todo, no es que el enfermero pasara mucho tiempo allí. Si no le había pedido aún para que se mudara con él era porque le parecía un poco incómodo que tuviera que vivir junto a él, su hermano y la pareja de su hermano.
Sería como estar casados y tener que vivir juntos con los suegros. Mala idea.
Jimin torció un poco las manos, evidentemente incómodo, y tomó la mano de Taehyung para guiarlo hasta la única habitación del apartamento. El lugar en general era lo suficientemente grande para una persona, probablemente incómodo para dos. El cuarto estaba tan inutilizado como el resto de la estancia, pero la diferencia era que el armario estaba abierto y revuelto, mientras que la cama había sido puesta muy rápido y sin mucho cuidado. Había prendas en el suelo también.
Tomó asiento al borde de la cama mientras inspeccionaba todo, fijándose en algunos cuadros que colgaban de la pared, pequeñas pinturas que seguramente había conseguido en una tienda o una venta de garaje. El enfermero permaneció junto a la puerta, removiéndose incómodo como sin saber muy bien qué hacer.
—¿Por qué estás tan nervioso? —interrogó Taehyung cerrando la perilla del tanque de oxígeno y quitándose la cánula. Jimin observó la acción casi horrorizado.
—Pues porque nunca antes hemos salido con la mera intención de... tú sabes —admitió poniéndose colorado. Unos segundos después, avanzó hasta Tae—. ¿Por qué te quitas la cánula? Sabes que sin ella-
—No me matará estar sin ella un rato, sabes que con mi nuevo tratamiento puedo estar sin el tanque por una hora seguida —cuestionó Taehyung sacudiendo la cabeza. No usar el tanque no lo perjudicaba, pero al principio siempre lo mareaba un poco.
—Sí, pero eso no quiere decir que-
—Jimin, necesito a mi novio ahora, no a mi enfermero.
El susodicho cerró la boca al instante y respiró muy hondo con los ojos cerrados antes de recomponerse y arrodillarse frente a él. Sus pequeñas manos envolvieron su cintura con fuerza y él, con una sonrisa extendiéndose en su rostro, abrazó a Jimin en respuesta, sosteniéndolo contra su pecho de tal modo que el otro podía escuchar perfectamente los latidos desbocados de su corazón.
—Lo siento, es solo que me aterra que algo te suceda —murmuró Jimin y su voz sonó amortiguada contra su camiseta—. Eres muy importante para mí y no podría soportar perderte, ¿lo entiendes?
—No me vas a perder. He pasado por cosas peores, ¿sabes?
Pareció que esas cosas pasaron frente a los ojos de ambos como resplandores cegadores de recuerdos y mucho, mucho dolor. La primera vez que Taehyung tuvo una crisis y fue internado. Cuando su madre los abandonó. Cuando tuvo una recaída mientras Namjoon estaba en prisión. Al perder a la única enfermera que le había cuidado con cariño. El ataque al hospital. El matón golpeando a Jimin en la cabeza. El secuestro. Amarrado a los pies de Seokjin, amenazado por una bomba. Todo aquello le daba miedo, no llevar la cánula parecía un jueguito de niños.
—Tienes razón. Lo siento.
—Deja de disculparte y bésame, Jimin.
Un poco más avergonzado que antes pero visiblemente más cómodo, Jimin se levantó lo suficiente para cumplir con la petición de Taehyung hasta empujarlo y tumbarlo en la cama. Una vez lo tuvo a su merced, Park se apartó el cabello de la cara con los dedos y su gesto cambió totalmente: parecía capaz de arrancarle la cara de un zarpazo. Era extremadamente sexy.
—Acomódate en la cama y ubica las almohadas bajo tu espalda mientras yo me encargo del resto, ¿bien? —pidió Jimin acercándose de nuevo para robarle un beso corto y acariciar sus labios con la lengua rápidamente—. Si te portas bien, te premiaré.
No quería mostrarse más emocionado de lo que ya lo había hecho, pero ante la promesa sus ojos casi chispearon y su cuerpo se movió casi por instinto para hacerle caso. Se sentó casi contra la pared, colocando las tres almohadas disponibles detrás de él, a modo que le hicieran de soporte y probablemente le ayudaran a respirar mejor en lo que procedían.
Tener relaciones con Jimin casi siempre era lo mismo, pero eso no quería decir que era menos emocionante. Debido a la necesidad casi obsesiva del enfermero de causarle el menor estrés posible, realmente no variaban en posiciones ni tampoco se arriesgaban a hacer nada solo por intentar conseguir placer extra. Lo que hacían era más que suficiente y si era completamente honesto, no estaba seguro de que algún día se cansaría de ello, por más monótono que pareciera.
Además, tener a Jimin sentado en tus piernas, el sudor cayéndole desde la frente y el cuello, rodando por su pecho desnudo, viendo aquellos labios hinchados y rojos abrirse con cada sonido que salía de su garganta, acompañado a sus uñas que se clavaban entre sus nudillos o la piel de su cintura era simplemente arte. No podía quejarse de eso. La cantidad de sensaciones que compartían eran suficientes para hacer que le faltara el aire de mil formas agradables. Park lo volvía loco. Sacaba una parte de él que jamás creyó poseer.
Pero la mejor parte no era aquella, pero para nada. La mejor parte era cuando el silencio se había apoderado del cuarto, la única luz que iluminaba parte de la habitación siendo el farol del alumbrado público colándose por la ventana, Jimin asegurándose de que estuviera perfectamente acomodado y respirando con tranquilidad, ahora cánula puesta, para luego recostarse a su lado y ubicar su cabeza contra su pecho, ambos al abrigo de una manta.
—¿Sabes? Aún tengo miedo de lo que realmente quería Hoseok de nosotros.
—Jimin, ya no le des vueltas, solo quería una oportunidad para estar a solas con Yoongi. Demonios, seguro está haciéndole un show de striptease, o lo que sea —dijo Tae sin poder contener un risa—. Yo no cambiaría esto por nada.
El enfermero sonrió, extendiendo una mano para tomar la que Taehyung descansaba sobre su propio vientre. Entrelazó los dedos de ambos y observó, en silencio, la gran diferencia de tamaño en las manos de ambos. Era gracioso, como el más débil de los dos parecía tan grande, mientras que el más fuerte era pequeño y delgado.
—Yo tampoco —coincidió cerrando los ojos y suspirando contento.
Permanecieron así por unos largos minutos, sin decir nada ni moverse, solo disfrutando de la compañía y el calor del otro. Afuera llovía lo bastante fuerte para que el sonido interrumpiera a la nada, pero no lo suficiente para llamarse una tormenta. Casi estaba siendo acunado por el rítmico caer de las gotas, llevándolo a casi quedarse dormido, hasta que sonó el timbre. Jimin se sentó al instante, alerta.
—Esto es raro. Déjame ir a ver.
—Ten cuidado, por favor —rogó Taehyung recordando las veces que habían tenido que pasar por algo así en el pasado. Ahora asustado y preocupado, se levantó para estar listo para correr en caso de necesidad.
Park se vistió con unos pantalones de deporte que sacó de la mochila que trajeron del apartamento de Namjoon y Seokjin y caminó hasta la entrada muy despacio y cautelosamente, dejando a Taehyung solo en la habitación esperando por él. Aguzó el oído y cerró los ojos, intentando que todos sus sentidos se concentraran en lo que estaba ocurriendo fuera del cuarto.
Unos segundos después, Jimin volvió con un sobre blanco en la mano.
—¿Una carta? —preguntó Tae confundido. Jimin se encogió de hombros.
—Es para ti —aclaró girando el sobre para mirar quién la enviaba—. De una tal Jang Taehyun, ¿la conoces?
Se sintió palidecer. ¿Conocerla? Ja. Mucho más que eso.
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OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}
RomanceDos años después de escapar de Noir y dedicarse a formar una vida normal y alejada de los riesgos del hacking y las misiones, la calma de Namjoon y Seokjin se ve interrumpida por lo que a simple vista parece ser un virus de computadora. || Segunda p...
Cifrado #1
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