Save me.

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♡ 858 palabras.
omegaverse!au


sin comentarios no hay amor
sin amor no hay drabbles 😔💔

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Odiaba su naturaleza, aborrecía la idea de tener que demostrar sumisión; pero ahí estaba, con la cabeza gacha y sus orejitas hacia bajo con los ojos cristalizados.

—¡Eres un hombre! ¡No debes maquillarte! ¡Demuestra un poco de vergüenza!

Situaciones así le solían ocurrir a diario, siempre alguna persona que se creía superior encontraba divertido burlarse de él. JiMin podía apretar sus manos en puños de la rabia hasta hacerse daño con sus uñas, pero es débil, inseguro, ¿Cómo podría enfrentarse a alguien?

En esta ocasión había chocado con una Alfa por estar mirando el suelo, había pedido perdón pero ésta fue ignorada, comenzando a gritarle, insultándolo en el momento en que notó el maquillaje en su cara como si fuese un pecado.

—Así jamás alguien se fijará en tí, serías una deshonra para cualquier familia. —le dijo, palabras clavándose en su corazón como cuchillos.

La mujer se sentía furiosa por no causar ninguna reacción en el Omega. Se le acercó de forma intimidante y alzó la mano para golpearlo pero una voz la interrumpió.

—¿Qué está pasando aquí? —JiMin se encogió aún más en su lugar por estar frente a dos Alfas.

—Este mocoso es un irrespetuoso, estaba por enseñarle una lección.

—Si tiene algún problema con mi omega preferiría que me dijera las cosas directamente. Y jamás alzarle nada, nisiquiera la voz. —dijo de forma calmada pero con la mandíbula apretada.

—¿Tu omega? —rió burlona—El niño estaba solo.

—Me esperaba. Tuve cosas que hacer. —JiMin aún no emitía palabra—Nos vamos.

El aún desconocido hombre lo tomó de la mano hasta alejarse lo suficiente de la cabreada mirada de la mujer. El omega por fin sintió que podía respirar pero las piernas le temblaban.

—¿Estás bien?

—S-sí. Muchas gracias. —trató de caminar pero sus extremidades fallaron y por poco cae.

—Ven, siéntate un poco. —lo colocó en una banca.

JiMin después de unas respiraciones profundas, aspirando el olor del Alfa frente a él, se comenzó a sentir somnoliento, olía a limón y menta.

—¿Cómo te llamas?

—JiMin. —se sonrojó.

—Bonito nombre.

El menor tenía los ojos cerrados, su lobo lo iba acercando cada vez más al pálido cuello hasta que su cabeza quedó ahí, justo en la unión donde el aroma brotaba a montones.

—Me gusta tu olor.

YoonGi estaba sorprendido pero aún así se dejó, tras el miedo que debió haber tenido el omega lo más seguro es que ahora dejó a su lobo tomar el control. Acarició el suave cabello de hebras rosadas haciéndolo relajar.

—Gracias, también me gusta el tuyo a algodón de azúcar. Soy YoonGi, por cierto.

—Alfa... —susurró cerca del oído.

—¿Quieres ir a algún lado? —preguntó tratando de distraerlo.

—Helado. —se alejó de él mirándolo con ojitos brillantes.

—Lo que quieras.

Se dirigieron hacia la heladería más cercana, a YoonGi le gustó ver una sonrisa en la cara de JiMin y se golpeó mentalmente cuando el pensamiento de encargarse de mantenerlo feliz llegó a él. Mientras estuvieron ahí se dedicaron a conocerse, compartir sus gustos, miedos e inseguridades, era como si se conocieran hace mucho más tiempo. Se dieron sus números y prometieron volver a verse, despidiéndose en la entrada del hogar de JiMin porque desde ese momento, el pequeño jamás volvería a estar solo.

Pasaron dos semanas donde la atracción era más que notoria pero ninguno se atrevía a dar el gran paso en la relación; se habían besado, sí, muchísimas veces, besos saturados de sentimientos. Habían salido nuevamente, como ya era común entre ellos, pero en mitad de su cita YoonGi tuvo una llamada de emergencia.

—Puedes venir conmigo, si quieres, porque aún no deseo alejarme de tí. —le dijo tras tomarlo de la mano.

JiMin le sonrió apretando el agarre y asintió. Fueron a la oficina del mayor y ahí estaban unos señores de aspecto importante. Se sintió cohibido pero al lado del alfa estaba seguro.

—Disculpen la demora. Pueden pasar a la oficina. —hizo una inclinación sin soltar al omega.

—¿Nos presentarás al pequeño? —un hombre preguntó mirándolo cálidamente.

—Por supuesto... Él es... Eh... —dudó, porque no eran nada oficialmente.

—JiMin. Su pareja. —hizo una reverencia.

Las palabras habían salido sin pensarlo, su cara se pintó de un bonito color carmín y mordió su labio. Quizás eran personas conservadoras... ¡Quizás metió a su Alfa en problemas!

—YoonGi, tienes una pareja adorable. —todos coincidieron en la opinión—Nos apresuraremos para no hacerles perder más tiempo del necesario.

Cuando los mayores se retiraron YoonGi se volteó para admirar a JiMin, colocó sus grandes manos en las mejillas contrarias y le regaló un beso.

—Te quiero tanto, JiMin. No tienes ni idea.

—Yo también. Ve, no hay tiempo que perder. Mi omega necesita sentir a su Alfa.

Por los ojos de YoonGi cruzó el deseo y prácticamente corrió a su reunión, dejando al pequeño riendo. Sí, aún era pronto para considerarse muerto de amor pero sin duda hacia ese destino iba. En el último tiempo se había dado cuenta que no podía alejarse de YoonGi, era una constante necesidad. No importaban las piedras en el camino, jamás se alejaría del Alfa que lo rescató un día de tristeza.

 No importaban las piedras en el camino, jamás se alejaría del Alfa que lo rescató un día de tristeza

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Entre amor y drabbles.Where stories live. Discover now