Entre amor y drabbles.

We got that power!

♡ 795 palabras.
♡ powers!au

♡ Hoy es mi cumpleaños, y decidí publicar para compartir mi felicidad. ♡

La primera vez que JiMin se presentó tenía trece años. Unas personas de su curso lo estaban molestando abusivamente por el hecho de ser homosexual; en el momento en que el más agresivo del grupo lo golpeó— haciéndole dar vuelta su cara por la fuerza— sintió como la sangre recorría furiosamente todo su cuerpo; su mirada se posó en el chico y apretó sus manos en un puño. Mordió su labio omitiendo comentarios y de pronto todos se alejaron de él como si tuviera peste.

—¿P-por qué tus ojos están rojos? —alguien le preguntó asustado.

Pero JiMin no podía escuchar, la rabia cegaba sus pensamientos, comenzó a sentir calor y cerró los ojos. Escuchó gritos y sonidos de sorpresa. Volvió a abrirlos y se encontró rodeado de fuego, una barrera lo protegía y de sus manos emanaba éste mismo.

Se asustó, ¿Qué estaba pasando? Todos los que estaban cerca corrieron lejos. JiMin quedó sin fuerzas de sostenerse cuando el fuego paró.

Respiró hondo mirando sus palmas, no entendía nada de la situación. Alguien posó una mano en su hombro haciéndolo asustarse y voltearse rápidamente.

—Hey.

—¿Quién eres? —preguntó temeroso.

—YoonGi. Ví lo que pasó...

—No me hagas nada. —sollozó abrazándose a si mismo.

El pálido miró a su alrededor y suspiró.

—Tengo algo que mostrarte. Prometo no hacerte daño.

YoonGi se sentó frente a él, JiMin miró curiosamente como con sus manos comenzó a hacer burbujas de agua y que sus ojos cambiaron a un azul fuerte. Las manejó con el simple movimiento de su mirada y algunas veces con sus dedos. La dirigió hacia las flores que había en un costado y la depositó ahí, regándolas.

—¿Cómo...?

—Desde que tengo uso de conciencia que tengo este poder, aún no puedo controlarlo de maravilla pero estoy trabajando en eso.

—¿Crees que podrías enseñarme?

Desde ese momento se convirtieron en los más fieles amigos. YoonGi le demostró que no eran los únicos en el mundo con poderes y que no había nada de malo en ello, JiMin también pudo contener los impulsos de enojo que producían el fuego descontrolado.

Habían pasado cinco años ya de eso, JiMin podía sentir la atracción que había entre él y YoonGi pero cada vez que algo está por pasar entre ellos y avanzar un paso en su relación, algo desde el fondo de su alma le produce una cierta repulsión —caso que igual le pasa al mayor— y terminan por alejarse.

Mientras fuese un acto amistoso el fuego se calmaba, aunque siempre estando receloso. JiMin deseaba poder estar libremente con el mayor, agarrar su mano sin sentir esa sensación de estar haciendo algo mal, besar sus labios sin temer que éste le hiciera daño al pálido. Le gustaría hacer tantas cosas, pero era cobarde, y se estaba hartando de eso.

—¿Será que no somos el uno para el otro? —preguntó un día al más sabio de sus amigos.

—Yo creo que es por los poderes. El fuego y el agua son totalmente opuestos, quizás es necesario que uno renuncie a su poder para poder complementarse.

—¿Renunciar?

—Eso o simplemente ignorar el rechazo y arriesgarse, ¿Qué es lo peor que podría pasar? —se encogió de hombros.

—¡Tienes razón! —se levantó de su asiento—¡Lo haré! Gracias NamJoon. —lo abrazó rápidamente y se fue corriendo.

Llegó agotado al hogar del mayor y tocó fuerte la puerta. YoonGi salió mirándolo extrañado pero JiMin no le dió el tiempo para preguntarle algo porque se encontraba besándolo.

Los labios de YoonGi eran suaves, como siempre lo había imaginado, se sentían perfectos contra los suyos; lo besó con desesperación, tal como si el tiempo se le pudiese terminar. Sintió la conocida sensación de su poder surgiendo pero lo empujó a lo más profundo de su mente cuando los brazos del mayor se encontraron sujetándolo firmemente contra su cuerpo, dándole seguridad, se separaron sin aliento pero con sus corazones latiendo a mil.

JiMin estaba literalmente en llamas y a YoonGi lo rodeaba un huracán de agua protegiéndolo del fuego, sus poderes se estaban complementando. Es conocido como ley natural que el agua repele al fuego, pero en este caso era como si estuvieran compenetrándose, tocándose sin consecuencias negativas, controlándose.

—¿Sabías que esto pasaría? —le preguntó el mayor sorprendido.

—No tenía ni idea, pero ya no podía aguantar lo que siento por tí y tener que alejarme.

—JiMin... Mi valiente JiMin. —lo miró con ojos de amor, regalándole besos por toda la cara.

—NamJoon me dijo que podría ser necesario que uno renuncie a sus poderes, pero al parecer somos especiales.

—Lo somos. —afirmó—Ahora no te dejaré ir de mi lado, Park JiMin. Estás obligado a permanecer de por vida conmigo. —rieron suavemente.

—Será un placer. —sintió de nuevo sus labios juntándose y se dejó llevar.