Hilo rojo.

2.6K 260 58
                                    

赤い糸.

♡ 844 palabras.
♡ Estuve de vacaciones, pero he vuelto y con más ideas para drabbles. Espero que les guste.


De acuerdo a la leyenda, las dos personas conectadas por este hilo tendrán una historia importante, sin importar el lugar, el tiempo o las circunstancias. El hilo rojo se puede enredar, contraer y estirar, como seguramente a menudo ocurre, pero nunca se puede romper.

JiMin amaba esa historia —lo había leído en su adolescencia y desde ese momento se había dedicado a aprender todo sobre el tema— lamentablemente, todas sus relaciones terminaban.

Ahora, con veinticinco años cumplidos había decidido dejar de apresurar las cosas y darse un tiempo para enfocarse en otras áreas de su vida.

Manejaba por las calles de Seoul cantando canciones que sonaban por la radio, justo en medio de su canción favorita siente las sirenas de un auto policial señalándole que se detenga en un costado.

Inmediatamente hizo lo pedido y con un suspiro bajó la ventana.

—¿Algún problema, oficial? —dijo sin mirarlo.

—Identificación y licencia.

—Claro. —le pasó lo pedido y por fin lo miró.

Ambos se quedaron con la mirada fija en el otro y con ojos bien abiertos.

—¿Park JiMin?

—Hola, YoonGi.

—Ha pasado un tiempo. —sonrió levemente y el menor sintió su corazón acelerarse.

—Muchos años.

Ellos habían mantenido una relación cuando aún estaban estudiando, habían sido dos largos años de amor puro, pero cuando a JiMin se le abrió la oportunidad una beca en la Universidad de Seoul en danza YoonGi le había dicho que no creería soportar una relación a larga distancia y terminó con él. Varias veces se le cruzó por la mente rechazar y estudiar en Daegu, sin tener que abandonar a su familia, amigos y especialmente a YoonGi pero no era lo que profundamente quería.

—¿Pasó algo? Hiciste que me detuviera. —se empezó a sentir incómodo.

—Estabas con las luces apagadas, ya es tarde y es peligroso.

—¿Tendré una infracción? —preguntó temeroso, pero el oficial sólo le entregó una cálida sonrisa.

—No, JiMin. Pero ten cuidado. —le pasó sus documentos.

—Gracias.

—¿Te gustaría tomar algo? Quisiera hablar contigo. —dijo tras un silencio.

—¿Qué pretendes, YoonGi? Nuestra relación terminó y me costó muchísimo tener que dejar de pensar en tí. Por favor, no lo hagas más difícil.

Cerró la ventana y prendió nuevamente el motor, empezó a conducir sintiendo un dolor en el pecho por dejar atrás a esa persona que había sido tan importante para él, pero jamás olvidaría la forma tan fría con la que se deshizo de él, como si nunca lo hubiese amado.

Pasaron unos días y recibió una llamada de su mejor amigo invitándolo a una fiesta, resaltando que no aceptaría un "no" por respuesta. Como consecuencia, JiMin estaba un viernes por la noche sentado solo con un vaso de alcohol en la mano. Taehyung había sido sacado a bailar y como buen amigo le dijo que no se preocupara y disfrutara, no le molestaba un poco de soledad.

Era tanto el ruido que su cabeza empezó a doler y salió aprovechando que todos se encontraban bailando dentro. Respiró hondo y se sentó.

—¿Puedo sentarme aquí? —una voz lo hizo saltar en su lugar.

—Me asustaste. —colocó su mano en la zona del corazón.

—No era mi intención. —se sentó a su lado —Quería disculparme por lo del otro día, no quería hacerte sentir incómodo.

—No importa.

—Claro que sí. Quiero empezar de cero, JiMin.

—N-no creo que eso sea posible.

—Lo intentaré cueste lo que cueste. Cometí muchos errores en el pasado. —lo miró. —Cuando me dijiste que te irías de Daegu sentí pánico, no te quería lejos de mí, pero tampoco podía ser un egoísta.

—El estar lejos no iba a ser un impedimento en nuestra relación, YoonGi. Te amaba tanto que nos podíamos organizar para vernos.

—Lo comprendí muy tarde. Fui a verte ese día... y ya te habías ido.

—¿Fuiste? —los ojos de JiMin brillaban.

—Sí. Tu hermano me recibió y me hizo entender lo que había hecho, y luego me golpeó.

—¿¡ChanYeol te golpeó!?

—Lo merecía. —se encogió de hombros. —Luego de eso fue imposible localizarte. Recién este año me transfirieron a Seoul y tenía la esperanza de encontrarte.

—¿Después de todos estos años aún pensabas en mí?

—Fuiste la primera persona de la que me enamoré. —levantó una mano y acarició suavemente la mejilla contraria.

—YoonGi... —dijo y comenzaron a caer lágrimas de sus ojos.

—¿Recuerdas cuando me contaste sobre esa leyenda japonesa que amas?

—Sí. —soltó una pequeña risita. —Dijiste que era absurda. —YoonGi también se rió.

—Después de verte me di cuenta que es verdad. —tomó su mano y acarició el meñique. —Nuestro hilo solo se estiró, pero no está roto.

JiMin sonrió entre las lágrimas, YoonGi las limpió y entrelazó sus meñiques.

—Prometo no volver a decepcionarte.

—No puedes, estamos predestinados. —rodó sus ojos.

—¿Podrías darme una segunda oportunidad?

—Sí, YoonGi.

El mayor se acercó hasta que pudo juntar los labios, le fue imposible no suspirar entre el beso; había esperado mucho para poder volver a hacerlo.

—Vuelves a hacer algo así y te demandaré, Min YoonGi.

—Me parece bien. —rió para volver a unir sus labios.

Entre amor y drabbles.Where stories live. Discover now