Entre amor y drabbles.

Lovers.

♡ No había tenido la oportunidad para agradecer, pero la historia ya llegó a 1K y estoy muy feliz, ¡Muchas gracias!

JiMin veía silenciosamente desde la cama como YoonGi se vestía, apretaba la sábana firmemente contra su cuerpo desnudo y el corazón hecho pedazos.

—¿No puedes quedarte un poco más?

—Sabes que no. Suran comienza a dudar.

—Puedes decirle que estás trabajando.

—He usado esa excusa muchas veces. —JiMin ve como se coloca el anillo de matrimonio y se le acerca.

Se sienta en la orilla de la cama y lo besa suavemente, tomando su mano en el acto; el menor siente el frío contacto del anillo contra su piel y lo odia, ¿Cómo algo tan minúsculo puede ser una barrera tan grande entre ellos? Se deja besar, no puede negarse a nada si se habla de Min YoonGi.

—Vendré a verte pronto.

—Sí. —susurra.

—No me llames, lo haré yo.

El pelinegro se levanta y tras darle una última mirada se va. JiMin sabe que esto es lo que le corresponde por ser el amante, es el precio por cometer una traición a una persona inocente. Por mucho que lo desee, YoonGi no abandonará su vida por él. Así no funciona.

Cuando conoció a Min sintió que se lanzaba a un abismo sin final. Era una fiesta importante, mucha gente adinerada asistiría y a JiMin le tocaba trabajar esa noche, pensó que sería como cualquier otra vez, sólo que unos oscuros ojos no se despegaban de él sin importar donde fuera. Lo hacía sentir ahogado esa constante presión. Se acercó hacia él para ofrecerle una copa.

—¿Gusta?

—Me gustaría más que un trago.

—¿Qué puedo ofrecerle? —se empezó a sentir tímido.

—A tí.

—Lo lamento. Estoy trabajando.

Sin más, hizo una reverencia y huyó rápidamente de ahí. Cuando el evento dió por terminado, salió por la puerta de empleados, cerró los ojos y suspiró cansado; deseó poder llegar rápidamente a su hogar. Abrió los ojos para encontrarse con un lujoso auto y un atractivo hombre recostado en él.

—Estaba esperando por tí.

—¿A mí? ¿Por qué sería?

—Dijiste que no te podía tener porque estabas trabajando, pero ya no lo estás haciendo.

El extraño caminó hasta estar frente a él, la tensión sexual entre ellos era notoria.

—¿Me dejarías llevarte a tu casa?

—No lo conozco.

—Soy Min YoonGi. Y realmente desearía llevarte donde ordenes.

Sólo pudo asentir, la presencia del hombre lo enloquecía y no lo dejaba pensar claramente, le abrió la puerta y desconfiado subió. Dió su dirección, luego de eso trató de mantener una conversación pero YoonGi era reservado y no dió muchos detalles de su vida.

—Es aquí. Gracias por traerme. —dió vuelta para abrir la puerta cuando una fuerte mano le tomó el brazo.

—JiMin. —suspiró —Cuando dije que quería tenerte hablaba en serio.

—Y yo le dije que no era posible.

—¿Crees que no noto la reacción de tu cuerpo al tenerme cerca? Me deseas, tanto como yo a tí.