En lo más profundo...

Errores

Pues si que me avergüenzan cosas de mí. Odio darme cuenta de que he dado un mal paso hacia lo que anhelo, tirando así por la borda todo lo hecho, todo el tiempo invertido... 

Pero lo peor de todo es que caigo una y otra vez. Constantemente mi corazón late con fuerza, para romperse, para reconstruirse y latir más fuerte que antes y nuevamente quebrarse. 

Ha ocurrido tantas veces que ya no duele, pues ha ocurrido lo peor que podría haber sucedido. Mi corazón se ha acostumbrado y creo que ha perdido la cuenta de las veces que lo he destrozado. Si tuviera consciencia propia, me abofetearía y me exigiría que parara, o se iría por su propio pie.

Pero peco siempre de lo mismo y aunque hay veces en las que la razón acude a mí y permanezco más apacible, resguardando a mi corazón de correr riesgos que tienen un final escrito de antemano, cuando aparece ante mí una posibilidad tentativa, no soy capaz de no lanzarme.

Aun sabiendo que la voy a fastidiar. Aun sabiendo que no estoy bien conmigo mismo.

Aunque todo tiene su lado bueno, y es que nunca me canso de romperme. Es raro, pero sigo pensando que de cada error y cada quebrado, se aprende y pienso no volver a comentar el mismo error. Y ciertamente, no lo hago, pero nunca cuento con que hay más de mil tipos de errores. 

Como si tengo que explorar y cometerlos todos antes de acertar, seguiré coleccionando errores y fracasos, todo si con ello me garantizo poder encontrarte y quererte tanto como deseo hacerlo.

Vamos a por otro error, uno que me acerque un poco más a ti.