En lo más profundo...

Un dolor des-CONOCIDO #3

Desde el principio sabía que la respuesta estaba en mí, pero no la encuentro, o no la quiero ver. 

Mil veces he buscado, pensando que con simplemente vislumbrarlo valía, que podía ser algo como una llave, una manera de huir de este lugar, de estas paredes que se alzan ante mí y me impiden poder salir, poder vivir.

A veces, por mi cabeza ha rondado la idea de rendirme... He llegado a un punto en el que lo veo hasta la vía más lógica, la única manera de dejar de hacer sufrir a todo mi cuerpo, y dejar que mi alma se nuble. 

Pero este dolor que se instaló en mí, antes desconocido, ahora es conocido, pues he aprendido a vivir con él, me ha acompañado mucho tiempo, forma casi parte de mí.

...

Parece que estuve ciego. Que me quería auto infligir daño. Ahora, desde fuera, una vez destrozados los muros, lo veo. Lo tenía delante de mí, pero el dolor me cegaba, no me dejaba ver lo más obvio.

Aquellas paredes, no eran más que yo mismo.

Sí, he podido salir y te cuento a ti, lector, lo que pasé.

No, aún no estoy curado, el dolor sigue ahí, pero ahora lo conozco y puedo controlarlo un poco, y espero poder controlarlo cada vez más. Lo que deseo, es que nunca más me controle él a mí, lo que deseo, es que nunca más me nuble la vista de aquella manera tan dolorosa.

Exactamente, no estoy curado, sigo teniendo una inseguridad a veces algo absurda, sigo teniendo miedo, sigo llorando. Pero ahora tengo algo que no tenía antes.

Seguridad. 

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No estoy totalmente convencido con este fragmento final, porque he cambiado varias veces la manera en la que lo explicaría, y finalmente este ha sido el que más me ha dejado contento, pero no sé si de verdad se entenderá lo que quiero decir.

Un abrazo.