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–¡Carterista espera!–gritó Mustang mi nombre desde la distancia. 

Suspiré ruidosamente, paré mi trayectoria y me di la vuelta. Mustang se acercó hacia mí con las manos en los bolsillos y un cigarro en la boca. 

–¿Qué?–dije. 

Estoy enfadada porque todo esto es una mierda bien grande. Empezó todo siendo un granito de arena y ahora tenemos una montaña enorme de problemas que no hace más que crecer y crecer. Pobre Jack, digo Alexander, joder; que ha sido torturado y amenazado. 

Lo que no entiendo es que si de verdad era un agente del FBI, aunque no estuviera yendo detrás de mí sabía que yo no era trigo limpio y sin embargo pasamos toda la noche juntos y sin ningún tipo de problemas, de hecho hasta él mismo quería adoptar mi forma de vida... pensándolo bien quizás solo quería hacerme sentir de confianza para poder abrirle las puertas de la organización. 

–¿Qué? Eso digo yo pequeña, que te has ido enfadada delante de Scottson y eso no va a hacerte ningún favor–dijo cuando mi jefe se acercó a mí. 

Antes me encantaba cuando Mustang usaba motes cariñosos conmigo, me hacían sentir especial, ahora me da repulsión después de ver la clase de persona que es Mustang. Y no olvidemos que ahora a ese tal John Scottson también le ha dado por llamarme por motes y me resulta nauseabundo. 

–Mustang, ¿me puedes explicar por qué narices estás haciendo esto? Has traído a tu antiguo jefe asesino a que resuelva algo que nosotros podemos resolver. –dije indignada. 

–Solo estoy haciendo lo que me dijiste, estoy tomándome el problema en serio y estoy intentando solucionarlo, intento hacerte ver que me importa la organización–tiró la colilla al suelo. 

Me reí sonoramente. 

–¿Hacerme ver?¿a mí? a mí no me tienes que demostrar nada, te lo tienes que demostrar a ti mismo y ni tú mismo te lo crees, no te importa una mierda nada, me lo dejaste bien claro. Ahora dime, ¿por qué has traído a John? ¿por qué yo no sabía de su existencia? ¿y qué ganas tú con todo esto? eres un cerdo egoísta si "te preocupas" por los estafadores es porque puedes sacar algo de todo esto–dije poniendo mucha acentuación a la última parte de la oración.

Mustang se quedó perplejo pero luego se dio cuenta de que lo había calado. 

–John Scottson se ha enterado de que la organización peligra y me tiene bien cogido de los huevos, o salvo la organización o me mata de la peor forma posible, además de que me ha quitado todo el poder, tampoco puedo huir porque me tiene bein controlado... confiaba en mí y lo he defraudado, ahora debo pagar por ello. –me dijo. 

En esos momentos sentí un poco de pena, luego recordé que es un cabrón y me he dado cuenta de que Mustang tiene lo que se merece. 

–¿Si tú no eres ahora el jefe, quién lo es?–pregunté. 

–Creo que está claro, vuelve a serlo él.

–Yo no pienso trabajar para ese desalmado–dije, Mustang expresó miedo. 

–Escúchame, no le caes muy bien, yo he tenido que jugarme el pellejo por ti, por favor compórtate por lo menos delante de él. Te he dado muchas cosas y te he protegido siempre que he podido pero ya no tengo el poder para poder seguir haciéndolo. No seas incauta, te he enseñado a saber cuidarte sola–me dijo serio. 

Me quedé callada mirándolo, por un momento me pareció volver al pasado, hace cinco años cuando él me enseñaba y me cuidaba. ¿Eso significa que de verdad le importo? ¿está preocupado por mí? quizás el antiguo Mustang no esté tan perdido como pensaba.

La CarteristaWhere stories live. Discover now