Una noche de gala (Parte V)

Comenzar desde el principio
                                    

—Todo va a estar bien, ya lo verá. Nunca olvide que usted no está sola.

A pesar de la angustia que la embargaba, el cariño y las palabras del joven Silva llegaron al corazón de la mujer. Decidió girar su cabeza para mirarle el rostro. En los ojos del chico había cariño sincero y de su boca nació una sonrisa discreta que le infundió verdadera confianza, tanto en él como en sí misma. Cualquiera que fuese el resultado de la discusión que tendría lugar esa noche, por lo menos no estaría desamparada.

Rocío estaba enviándole un mensaje de texto a Mauricio cuando su esposo por fin se sentó. La dama tuvo un horrible presentimiento desde que observó a Matías de reojo. Él solía exhibir una mueca despreocupada, casi arrogante, en todos lados. Su gesto alegre permanente era parte del encanto que tanto éxito lo hacía tener en las relaciones y en los negocios. No obstante, la sonrisa que tenía en ese instante por primera vez se veía falsa.

La mujer se volteó hacia él para asegurarse de que su percepción anterior no había sido errada. El tono descolorido del rostro y la rigidez en los gestos del varón la dejaron perpleja. "¿Y a este qué le pasa? ¿Se va a desmayar? No me sorprendería que se haya puesto así por la misma razón de toda la vida: Matilde. Seguro se peleó con ella por teléfono antes de entrar al teatro. ¡No cambia más!" Aunque estaba a solo horas de pedirle el divorcio, aquel pensamiento la hizo enfadarse de todas maneras.

—¿Me podés decir por qué tenés esa cara, Matías? —inquirió ella, azotándolo con cada sílaba.

—¿Cuál cara? ¿De qué estás hablando? —dijo él, en tono vacilante.

—La verdad, no sé para qué te lo pregunto, si ya conozco la respuesta.

—Rocío, por favor, ¡no pasa nada! Y no quiero estar discutiendo por pavadas.

—Cualquier cosa que yo diga a vos te parece una pavada. ¡Sos un caradura!

—¡Mamá, cortala! ¡Ustedes no se pueden ni ver porque ya están peleando! ¡Me tienen podrido! —sentenció Alejandro, con las manos crispadas.

El altercado familiar se dio por finalizado cuando la suave música de fondo que amenizaba la espera cesó. La voz de uno de los encargados del evento inundó el recinto y los obligó a callar, para luego mirar hacia el frente.

—¡Buenas noches, damas y caballeros! Sean ustedes bienvenidos a este magno evento artístico. Esta noche, los violinistas más selectos de nuestra institución nos deleitarán con lo mejor de su repertorio...

El sonido de las palabras de recibimiento no estaba llegando a los oídos de Matilde. La pelea que había tenido la pareja había sido como un puñetazo en el estómago. Ahora comprendía a cabalidad lo que sucedería cuando Rocío se percatara de su presencia. Si el simple cambio en la expresión facial de Matías había desencadenado el enojo de la señora Escalante, su ira no tendría límites cuando supiera que la peor de todas las intrusas le respiraba en la nuca.

—La primera presentación de esta noche va a estar a cargo del joven Mauricio Escalante Peñaranda. La composición inédita que ejecutará a continuación se titula "Abismo". Contará con la colaboración de Anahí Suárez Cascante, una talentosa bailarina de ballet. El escenario queda ahora a su disposición.

El disgusto de Rocío se evaporó enseguida al escuchar el nombre de su hijo mayor. Ante todo, estaba allí para apoyar tanto a su retoño como a Maia, así que se enfocaría en disfrutar de la noche. Respiró hondo y centró toda su atención en el rostro de Mauricio. Los problemas pasaron a un segundo plano en cuanto la dama escuchó las primeras notas de la poderosa melodía creada por el chico.

Por otro lado, la madre del joven Pellegrini estaba hecha un manojo de sudor frío y palpitaciones. A esas alturas, era imposible retirarse del local sin llamar la atención de todos los presentes. Una fugitiva en silla de ruedas no pasaría desapercibida. Para colmo de males, estaba tan cerca de los Escalante que no podría ocultarse de ellos ni aunque lo intentara. Solo le quedaba esperar y rogar al cielo para que la disputa no fuera demasiado violenta.

Sonata de medianoche [De claroscuros y polifonías #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora