Tan cerca y tan lejos

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—¿Volveré a verte? Bueno, lo que en realidad quiero decirte es esto: ¿me darías, por favor, tu número de teléfono o tu correo para ponernos de acuerdo y vernos de nuevo? —preguntó el muchacho en cuanto miró el reloj y ya daban las once de la noche

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—¿Volveré a verte? Bueno, lo que en realidad quiero decirte es esto: ¿me darías, por favor, tu número de teléfono o tu correo para ponernos de acuerdo y vernos de nuevo? —preguntó el muchacho en cuanto miró el reloj y ya daban las once de la noche.

Las alarmas internas de Maia que la animaban a huir se habían activado de inmediato ante aquella petición del varón. ¿Por qué desconfiaba tanto de todo el mundo? Darren había sido muy amable y lucía sincero hasta la médula. Incluso en algo tan sencillo como su manera de parpadear se notaba con claridad a un hombre de personalidad transparente. Sin embargo, la joven López era incapaz de permitir que se desarrollase en ella algún tipo de cercanía emocional con alguien que apenas venía conociendo. "¿Y si al final todo esto es solo una gran mentira? ¡Es demasiado bueno para ser real! Tiene que haber alguna segunda intención, no puedo arriesgarme", se dijo. Tras la llegada de aquel pensamiento pesimista, la sonrisa en su rostro se había apagado y su ánimo gris regresó para adueñarse de su corazón, lo cual la impulsó a dar una respuesta un tanto cortante.

—Disculpame, pero no me gusta darle mi información personal a gente que todavía no conozco bien... Yo te buscaría cuando tenga algo de tiempo para que nos veamos, porque siempre estoy súper ocupada... Muchas gracias por todo, la pasé genial, pero ya tengo que irme —contestó ella, al tiempo que se giraba para no mirar la posible cara de decepción del chaval.

—Uno, cinco, cinco, dos, cuatro, cinco, seis, tres, siete, ocho... Por si alguna vez te animás a hablarme al móvil, ese es mi número. ¡Tomá! —anunció él, mientras le ofrecía un papelito con la información.

—Dale, lo tendré en cuenta —afirmó la chica, tras lo cual se dio la vuelta para tomar el trozo de hoja que el joven le estaba ofreciendo.

Hizo el máximo esfuerzo para que su tono de voz y su expresión facial se mostraran indiferentes, pero su cerebro no se comportó tan desinteresadamente como ella pretendía que lo hiciera. Aquel conjunto numérico comenzó a danzar entre sus pensamientos sin cesar. Aunque no era a propósito, su buena memoria absorbió la combinación en instantes. Ahora la podría repetir con total exactitud en cualquier momento, sin necesidad de mirar el papel. Se negaba a aceptarlo de forma explícita, pero muy en el fondo estaba deseosa de ver a Darren otra vez. Él había logrado hacer que resurgiesen varios sentimientos que habían permanecido sepultados en el olvido para Maia. ¿Cómo podría ignorar a quien le había devuelto las ganas de reír? ¿Cómo podría permanecer impasible ante una persona que no la juzgaba ni la insultaba sin siquiera conocerla, sino que parecía interesarse por saber quién era ella en realidad?

Su mente no podía obviar los maravillosos hechos de aquella velada, pero tampoco podía permitirse confiar a ciegas. Le aterraba la idea de comenzar a apegarse a alguien y que luego esa persona resultase ser uno más de los muchos agresores que ya estaban presentes en su vida. No podría soportarlo. Necesitaba tiempo a solas para asimilarlo todo y decidir si estaba lista para ver a Darren de nuevo. La rosa blanca en el florero sobre su mesita de noche hacía una declaración en silencio a favor del muchacho. Las vívidas imágenes de las bombillas iluminando el camino de pétalos hacia la banca en donde él la esperaba con la cálida sonrisa de un chiquillo no la abandonarían con facilidad. Su rostro fulguraría con la misma intensidad que lo hacía el del chico cada vez que recordase la noche en la cual la dicha le acarició la superficie endurecida de su corazón casi marchito. Cual poderoso bálsamo, la bondad del joven Pellegrini había empezado a reconstruir las partes más lastimadas de su alma...

Sonata de medianoche [De claroscuros y polifonías #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora