—¿Qué piensas hacer? —Namjoon no lo miraba, ocupado ingresando a su correo para buscar los archivos.
—De eso no te preocupes, yo me encargaré de la parte estresante.
El problema era que no había ninguna parte realmente relajante, todo lo que estaban haciendo lo estresaba, más considerando que tendría que ser él quien se infiltrara a una base de datos potencialmente ilegal. Pero no iba a decírselo, era imposible que Seokjin comprendiera las nimiedades del hacking y tampoco iba a intentar explicárselo, principalmente porque le daba algo de pena hablar sobre lo que hacía.
Una vez tuvo la información la cargó a una memoria USB y se la pasó, no esperando que al instante saliera corriendo a buscar donde imprimirla. Ahora que lo notaba, Seokjin era muy anticuado, prefería mil veces las hojas impresas a leerlas en su computadora o teléfono, siempre había sido así, incluso cuando pensaba que era un simple barista en un café.
Tenía buena caligrafía y era alguien que dejaba mensajes en papel en vez de enviarlos por teléfono. No buscaba recetas en internet, lo hacía en libros. Tenía el teléfono casi únicamente para llamadas y sospechaba que eso lo tenía solo porque la sociedad actual lo obligaba a ello. En ese sentido eran totalmente opuestos.
Namjoon amaba la tecnología y casi podía decir que no podía vivir sin ella, después de todo era el pilar de su trabajo y lo que mantuvo un techo encima de su cabeza y atención médica a su hermanito por mucho tiempo. Pero era bonito, porque de ninguna forma eso los hacía chocar, hasta le hacía apreciar más lo clásico.
Cuando Jin volvió tenía un montón de papeles en manos. Se preguntó cómo hacía para no tropezar, considerando que sus ojos estaban puestos en las hojas y no en el camino por el que pasaba. Estuvo leyendo atentamente por algunas horas, solo hablando para señalarle ciertos detalles a Namjoon.
Go Jiwoon era el presidente de una franquicia de restaurantes bastante famosa, en los últimos años habían buscado expandirse y ofrecer productos originales, pero aquello estaba mermando bastante los números de la empresa, probablemente el motivo por el que pensaba inmiscuirse en los negocios sucios de Jeonghan.
Tenía cuarenta y ocho años, tres hijas y una esposa. Si las redes sociales, artículos y apariciones en eventos no mentían, les tenía muchísimo cariño, el suficiente para sacrificar cosas por ellas. Básicamente un hombre de familia.
El que Jin haya señalado ese detalle en específico no le dio buena espina, pero no supo bien por qué.
Entre otras cosas lograron averiguar sobre su dirección, el tipo de automóvil que utilizaba y si contaba con seguridad personal. Realmente no había mucho más que hacer o averiguar, solo podían esperar al viernes para encontrar una oportunidad.
—Voy a decirte lo que vamos a hacer, ven un momento.
Namjoon terminó de servirse algo de café y se sentó junto al mayor en el sofá, ubicándose de costado y con un codo sobre el espaldero para poder mirarlo directamente a la cara. Jin lanzó los papeles sobre la mesa ya que no tenían más importancia para él y levantó ambos pies sobre el sofá para cruzar las piernas.
—Evidentemente voy a estar en la junta de Jeonghan, pero tú no tienes por qué hacerlo, así que puedes quedarte fuera y buscar al hacker —empezó Jin sin mover las manos ni nada, hablaba muy pausadamente—. Si tienes la oportunidad de acercarte o inmiscuirte, hazlo, pero no te arriesgues. Lo que quiero es que no pierdas a Jiwoon de vista una vez que salga de la reunión.
—¿Quieres que lo siga?
—Si es necesario, sí. En caso de que intente marcharse, necesito que lo retengas en el estacionamiento, distráelo hasta que yo pueda salir.
—¿Por qué Jiwoon es más importante que el hacker? —preguntó entonces, intentando darle sentido a todo en su cabeza.
Seokjin sonrió e movió la cabeza hacia un lado por un segundo, como si la pregunta le pareciera hasta tonta.
—El hacker no va a dejarte que te acerques a su sistema, lo más probable es que tenga formas de defenderse también, sin embargo —extendió un brazo para tomar uno de los papeles, que tenía la foto de Jiwoon, un hombre robusto y evidentemente no atlético—, el señor Go no. Es más vulnerable.
La implicación lo hizo estremecer.
—No vas a hacerle daño, ¿Cierto?
—No si no me obliga a hacerlo. Atacar a un civil del que no tengo pruebas de cometer algún crimen va en contra de la ley, ¿Sabes?
Era verdad que no necesariamente le haría daño físico, pero se preguntaba si no iba a hacerle algo incluso peor que romperle un hueso o dispararle. No conocía a Go Jiwoon, pero esperaba que colaborara con ellos... por su bien.
Quizás ese era el problema, lo que hacía que fuera inepto como agente encubierto o como cualquier ente del estado, porque tenía demasiada empatía y ni siquiera se sentía bien o correcto hacerle algo a alguien, por más criminal que fuera. Tal vez era porque a fin de cuentas Namjoon también había sido un "criminal".
Si bien nunca había hecho algo muy grande durante sus tiempos viviendo del hacking, no podía negar que más de una vez había hecho cosas obviamente consideradas ilegales. Muchas veces uno se ve obligado a ir en contra de la ley para poner un pan sobre la mesa y eso no lo entendían muchos.
Tampoco lo había hecho para su comodidad, incontables habían sido las veces que había preferido quedarse sin comer para pagar la hospitalización o medicamentos de Taehyung, la renta en vez de un vaso de ramen. Desde corta edad esa era la vida que llevaba y cuando tu hermano está muy enfermo y su vida depende de ti, de repente ir a prisión para conseguir algo de dinero no parecía tan malo.
No era un anarquista ni estaba a favor de ir en contra de la ley, pero consideraba que existía una diferencia entre cometer crímenes por codicia y parecidos, y hacerlo para sobrevivir en un mundo donde abandonar a tus hijos es hasta normal.
Pensar en todo eso no hizo más que ponerlo melancólico, así que una vez terminada la discusión, se levantó del sillón y fue a llamar a su hermano, quizás de esa forma podría distraerse y dejar de cuestionar cosas contra las que no podía hacer nada. Lo que fuera que Jin planeaba hacerle a Jiwoon, a fin de cuentas era lo que tenían que hacer.
Le recordaba a la primera vez que Jisoo se había acercado a él con su oferta de trabajo, cuando se había debatido entre lo correcto o lo necesario, pero mientras más analizaba, no podía catalogar ninguna así. Ambas le parecían tan incorrectas como innecesarias.
—Deja de pensar tanto, Namjoon, estamos haciendo lo correcto —dijo Seokjin de la nada. De nuevo estaba hojeando los archivos—. Casi puedo oír tus debates mentales, no es necesario que te compliques tanto.
—Es fácil para ti decirlo, estás acostumbrado a esto.
—Sé que fui una basura humana por mucho tiempo, gracias por recordármelo.
En sus palabras no había malicia ni nada, sonaba incluso realmente agradecido, pero Namjoon sabía que solo estaba pretendiendo.
—Jin, yo no quise-
—No pasa nada. Creo que mejor hoy dormimos en nuestras habitaciones.
Triste y solitario. Pero así fue.
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OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}
RomanceDos años después de escapar de Noir y dedicarse a formar una vida normal y alejada de los riesgos del hacking y las misiones, la calma de Namjoon y Seokjin se ve interrumpida por lo que a simple vista parece ser un virus de computadora. || Segunda p...
Clave #8
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