Capítulo 61: Una Boda Milagrosa (Parte 2)

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Edité el capítulo de último minuto. Por eso la doble notificación.

Marinette

(Horas antes de la boda)

Todas mis amigas me estaban ayudando mientras los Ancestros y los chicos terminaban de adornar la parte de afuera de la casa y de armar las carpas.

-No puedo creer que hiciste algo así en sólo una semana-Dice Violeta mientras examina el vestido.

-Y adivina quién tuvo que ser su maniquí de nuevo-Murmura Belle mientras señala un par de marcas de pinchazos.

-Y adivina a quién mandó a comprar la tela y los adornos-Dice Tiana señalándose a sí misma y a Minnie.

-Y si yo no me hubiera ido con Maui entonces yo hubiera tenido que ir a comprar los adornos del cabello-Dice Moana.

-¿Pueden dejar de quejarse tantito y  ayudarme? ¿Les recuerdo que tengo que estar lista en treinta minutos?-Grito yo y mis amigas finalmente me ayudan. 

Afuera de la casa, cerca de la casita del jardín, escuché una especie de explosión pequeña. Me asomé de inmediato y fruncí el ceño.

-¡Jumba! ¡No más explosivos en el laboratorio!-Exclamo enojada.

-¡Pero todos los científicos tienen derecho a hacer explosiones! ¡No es justo!-Exclama desde la casa.

-No importa. No queremos heridos ni nada por el estilo hasta después de la boda, ¿entendido?-Pregunta Lilo.

-Entendido-Responden al mismo tiempo Jumba y Pleakley.

Finalmente, cuando ya estaba peinada y vestida, ellas salieron del cuarto. Tenían que llegar antes a la iglesia por numerosas razones: Terminar de decorar, asegurarse de que Adrien escapara, y asegurarse de que Elsa y Jack no pelearan. Yo las alcanzaría después en el auto de Naveen, que me lo había prestado para hacer una entrada triunfal o algo así.

-¿Prometes que no vas a quedarte dormida?-Pregunta Alya antes de irse.

-¿Qué? Pfff. Me ofendes. Yo nunca haría algo así en el día de mi boda-Digo yo mientras ellos salen por la puerta.

Intenté encontrar las llaves del auto, pero no las encontré en ningún sitio. Busqué en todos lados, y aunque intenté llamar por teléfono a Naveen para preguntarle dónde estaban, mi teléfono también había desaparecido. No lo encontraba por ningún sitio.

Mientras buscaba por la sala, me di cuenta de que una de las ventanas de la sala estaba abierta de par en par, cosa rara, porque habíamos dejado todo perfectamente bien cerrado. Además, la mesita que estaba junto a la ventana estaba tirada, como si algo la hubiera tirado. O alguien...

Intenté abrir la puerta principal de la casa para poder huir y pedir ayuda, pero estaba bloqueada desde afuera. Lo mismo con la puerta trasera. Quise entonces salir por las ventanas, pero también habían sido bloqueadas en el corto tiempo que me tomó ir de la puerta principal a la trasera. Estaba encerrada en la casa.

-¡Oh, vamos!-Exclamo yo furiosa mientras golpeo el suelo con el pie.

No podía encontrar ningún teléfono en la casa y no sabía dónde estaba el mío. De pronto pude escuchar el timbre de mi teléfono sonando en alguna parte, y para mi sorpresa estaba afuera de la casa. Me asomé por la ventana del cuarto de Lilo, una de las que daba hacia la entrada de la casa, y pude ver mi teléfono tirado en el césped de la entrada junto a las llaves del coche de Naveen, mientras algunas personas vestidas de negro se alejaban corriendo.

-¡Maripososo!-Exclamo enfurecida mientras golpeo en mi ventana. Era el colmo. Incluso después de haberlos expulsado seguían molestándonos.

No tenía manera de abrir las puertas o las ventanas, y ya iba tarde a mi boda por unos treinta minutos. No tenía idea de qué hacer, y no tenía cómo comunicarme con nadie. Las casas de fraternidades estaban alejadas de los dormitorios y los centros comunes, por lo tanto nadie se acercaría para nada a la casa.

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