CELEBRACIÓN 150K

Start from the beginning
                                    

Una vez finalizada la llamada, Mackenzie se tumba en la cama con el rostro contra el colchón. Yo que estoy echado a su lado la miro con curiosidad, no paso por alto el sonoro bufido que suelta.

Se ve irresistible, lleva puesto unos pantalones jean y solo el sostén cubre su torso, su cabello recogido deja expuesta la sensible piel de su nuca y está descalza. No puedo contenerme mucho más tiempo por lo que me ubico sobre ella, sin aplastarla, y comienzo a dejar lentos besos en sus hombros — ¿Por qué le mentiste?, nuestro vuelo no sale hasta dentro de cuatro horas.

Ella ladea su cabeza dándome mayor acceso a su cuello — Sí, pero eso ella no tiene que saberlo. Te juro que un día de estos esa mujer me matará de un infarto. Primero no paraba de molestarme con que quería que tuviera un novio y ahora que ya lo tengo me sale con que quiere nietos, ¿no estaría más feliz si le regalo un perrito?.

Detengo mis caricias y suelto una pequeña risa — Bueno, si nietos es lo que quiere, nietos hay que darle.

Siento como todo el cuerpo de Mackenzie se tensa debajo de mi y en un rápido movimiento se da la vuelta para encararme. Me mira como si acabara de decir una locura — ¿Hablas en serio?.

La seriedad con la que sale su pregunta me hace borrar mi sonrisa — Por supuesto que hablo en serio — respondo en el mismo tono mientras me quito de encima y me siento en el borde de la cama.

Mackenzie se pone de pie y se ubica a unos metros de mi, dándome la espalda — ¿Es que acaso tú quieres tener hijos? — siento que algo se estruja dentro de mi al notar el tono incrédulo que hay en su voz.

— ¿Qué tú no? — pregunto desilusionado.

Mackenzie se gira a verme y al parecer mi rostro refleja la mella que han causado sus palabras porque se apresura en acortar la distancia entre los dos. Ella se sienta a horcajadas sobre mi y casi de forma automática mis manos vuelan a su cintura.

Llevas sus manos a mis mejillas y me sonríe — Hey, no pongas esa cara, claro que quiero tener hijos. Es solo que... no pensé que ya estuviéramos en ese punto de nuestra relación — una punzada de decepción me golpea y sé que ella lo nota — es decir, solo han pasado cinco meses desde que decidimos retomar lo nuestro.

Asiento con la cabeza, entiendo cuan indecisa se debe sentir pero yo me siento más seguro que nunca — Kenzie, yo voy muy en serio con esto que tenemos, eres la mujer de mi vida. Puede que hayan pasado solo cinco meses desde que volvimos pero siendo honesto, yo te llevo amando desde hace más de siete años. Quiero recuperar el tiempo que perdí, quiero regresarte todo el amor que llevo guardando desde que te vi partir, quiero hacerte el doble de feliz — llevo una de mis manos a su rostro y acaricio su mejilla — cuando se ama intensamente, toda medida de tiempo se vuelve relativa. Cinco meses, siete años, dos horas, no importa cuanto tiempo pase, mis sentimientos no cambiarán. Lo único que yo quiero es pasar el resto de mis días a tu lado y eso incluye experimentar cada una de las etapas que conlleva el dedicarle tu vida a la persona que amas.

Los ojos de mi novia se cristalizan y siento como mi corazón se acelera — ¿Es ese el argumento que planeas usar para convencerme de tener hijos?.

Sonrío inocente — ¿Sí?.

— Ya veo.

— ¿Y funciona?.

Ella enrolla sus manos detrás de mi cuello y enarca una ceja de pronto divertida — ¿Tú qué crees?.

Y antes de poder si quiera reaccionar ya tengo sus labios aprisionando los míos con suavidad. Mackenzie Stuart es la única persona capaz de quitarme el aliento con un beso y no podría estar más feliz por ello. Si he de sucumbir a sus encantos por el resto de mis días lo haré con mucho gusto.

El rey de los idiotas  [EDITANDO]Where stories live. Discover now