—Solo puedo asumir que es cosa del NIS. Pronto nos encontraremos con nuestros contactos, supongo que ellos responderán a nuestras preguntas —contestó rodeando el escritorio muy despacio. Sus ojos escaneaban todo con avidez—. Como sea, no es algo de lo que quejarnos. Solo nos queda no estropear esta oportunidad.
—La computadora está encendida, ¿Debería...?
—No, dudo que consigas acceso mediante esta. Además Jeonghan debe estar regresando ya.
Unos segundos después, oyeron los pasos. Tras intercambiar una rápida mirada, se movieron lo más rápido pero silenciosamente posible de lo que fueron capaces para tomar asiento en los sillones que Aemin les había indicado. Cuando el CEO ingresó por la puerta, ambos pretendieron estar sumergidos en una conversación a baja voz.
Su novio se puso de pie en un movimiento y se acercó al hombre, haciendo por la espalda un gesto para que no se moviera de su lugar. Namjoon apretujó el maletín con su laptop sobre su regazo, un poco confundido por lo que debía o no hacer en esa situación.
—Así que, Song Junseo —Jeonghan volvió a estrechar una de sus manos—. He escuchado mucho sobre ti.
—Cosas buenas, espero —respondió Jin sonriendo con timidez fingida. Era convincente, pero no para Namjoon.
—Oh, he escuchado cosas excelentes. La verdad no pensé que fueras tan...
—¿Joven?
—Atractivo. Debes tener fama con las damas.
—No estoy precisamente interesado en ellas, pero supongo que sí.
De repente Jeonghan se fijó en Namjoon con los ojos bien abiertos por la sorpresa, pero unos instantes después recompuso su expresión con una sonrisa. Wow, no era homofóbico. O por lo menos lo disimulaba demasiado bien.
—Dicen por ahí que eres bueno en los negocios. Que has ayudado a otros empresarios a tener un aumento importante en sus ganancias con tus consejos —comentó Jeonghan rodeando su escritorio para tomar asiento. Jin permaneció de pie—. Es una habilidad que podría serme bastante útil. Aquí entre nos, mi vicepresidente es un idiota.
—Entiendo su situación —asintió Seokjin riendo un poco para demostrar simpatía—. De hecho es con deseos de trabajar con usted que mi compañero y yo hemos venido hoy. Espero no estar robándole tiempo valioso.
—Para nada, para nada. No te preocupes, Jun-ssi —el hombre hizo un gesto con la mano para restarle importancia a sus palabras—. Si has venido a verme es porque me conoces y porque sabes que no aceptaría a cualquiera en mis negocios.
—¿Es correcto asumir que desea una demostración?
—Eres rápido para comprender, eso es importante.
—Póngame un reto —desafió Seokjin sentándose sobre el escritorio del CEO como si fuera lo más normal del mundo. Cruzó las piernas para acomodarse y se fijó en el mayor de los tres con seguridad en los ojos.
—¿Ahora mismo? —el CEO estaba impresionado.
Seokjin, no, Junseo, asintió mostrándose de lo más divertido. Estaba tan despreocupado pero Namjoon sentía que el corazón le saldría por la boca en cualquier momento. Sabía lo bueno que era su novio para mentir y para mantener un papel mientras trabajaba de encubierto, pero no estaba seguro de que fuera un experto en asesoramiento o en negocios. Si fallaba no estaba seguro de que saldrían de ahí bien.
La ayuda del NIS era tanto algo bueno como un inconveniente. Poner a Seokjin en aquella posición en la que se esperaba tanto de él no era bueno, no le daba lugar a fallar.
Además el CEO de repente parecía demasiado emocionado.
—Bien. Llevamos intentando por semanas que un ex socio nos venda sus acciones en la empresa, pero hasta ahora solo hemos recibido horribles negativas —Jeonghan empezó a marcar un número en el teléfono fijo mientras hablaba—, lo hemos intentado de todo, pero no acepta vendérnoslas, ¿Qué me aconsejas?
La sonrisa de Seokjin se afiló.
—Le aconsejo que me dé el teléfono, señor Jeonghan.
Ahora era cuando las cosas se ponían tensas. De repente la gigantesca oficina se sentía minúscula y el aire no parecía ser suficiente, aunque el único afectado por ello parecía ser él mismo. Para su suerte, Jeonghan no se fijaba en él en lo absoluto, estaba demasiado ocupado observando a Seokjin con desmesurado interés. Cuando el teléfono estuvo en sus manos, Jin apartó la mirada del CEO y se lo mandó a la oreja.
—Buenos días, le hablo desde Importaciones Jeong —saludó Seokjin y Namjoon pudo saborear un poco de aquel tono autoritario que antaño utilizaba para darle órdenes a su escuadrón—. Tiene razón, es respecto a sus acciones, señor... pero no me cuelgue, escúcheme con atención.
Lo siguiente fue quizás la cosa más extraña pero fantástica que vio en su vida; el ex agente utilizó un lenguaje complicado e información no solo sobre la empresa, sino sobre otras cosas, con el hombre al otro lado. Le dio datos actuales del mercado, le habló de la inflación y del valor de las acciones, lo engañó diciéndole que si no las vendía ahora, luego no valdrían nada.
Al cabo de unos veinte minutos, Seokjin volvió a sonreír con tranquilidad.
—Excelente, señor Yoon. Le comunicaré al CEO de su decisión. Gracias por negociar conmigo —Seokjin colocó el tubo en su lugar y sin moverse de su posición sobre el escritorio, volvió a fijarse en el anonadado CEO—. Ha dicho que las venderá. Espera verlo para cerrar el trato en unos días, le comunicará a su secretaria sobre ello.
Jeonghan se puso de pie entonces, se movió alrededor del escritorio hasta estar parado frente a Seokjin y le puso una mano sobre el hombro. Los ojos del hombre centelleaban de emoción, como si estuvieran viendo a una mina de oro en lugar de a un muchacho de veintiséis años sentado sobre un mueble.
—Realmente eres tan mágico como los rumores cuentan —aceptó Jeonghan dándole algunas palmaditas—. Si lo que quieres es ser mi asesor, podemos-
—No creo que sea conveniente apresurar las cosas, señor Lee. Después de todo, esta es la primera vez que nos encontramos —interrumpió Junseo bajando del escritorio—. Mi objetivo al venir hoy fue nada más conocerlo y demostrarle de lo que soy capaz. Le dejaré mi tarjeta y usted decidirá cuándo quiere que hablemos de negocios.
—Eres un chico muy sensato, ¿No?
—Tengo veintiocho años, señor Lee. No me considero un chico.
—Tienes razón —Jeonghan era unos centímetros más bajo que Seokjin, pero la diferencia era minúscula—. Llámame Han, por favor. Señor Lee suena demasiado formal, ¿No te parece?
La secretaria llamó por el intercomunicador para informarle a Jeonghan que su junta con el comité ejecutivo comenzaba en unos minutos, por lo que tuvieron que despedirse por el momento. No era muy difícil darse cuenta de que Seokjin había dejado una buena impresión en el mayor, pero por alguna razón eso no le ayudaba en nada a sus nervios.
Salieron de las oficinas y subieron de nuevo al BMW, donde finalmente sintió que podía respirar. Jin no dijo nada cuando lo oyó suspirar sonoramente, solo le sonrió suavemente y condujo sin parar hasta el apartamento.
ESTÁS LEYENDO
OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}
RomanceDos años después de escapar de Noir y dedicarse a formar una vida normal y alejada de los riesgos del hacking y las misiones, la calma de Namjoon y Seokjin se ve interrumpida por lo que a simple vista parece ser un virus de computadora. || Segunda p...
Clave #5
Comenzar desde el principio
