Tras una misión que sería en completo sencilla, Sasuke, Sakura y Naruto terminan visitando una dimensión opuesta a lo que conocen con ciertos hechos singulares: al padre de Sakura fue el cuarto Hokage; Kakashi es más energético de lo usual; Tsunade...
Aviso: subí este capítulo junto el 13, ¡ya está lo que muchos esperaban!
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El equipo siete que estaba de visita, caminaba tranquilamente por las calles de Konoha buscando con la mirada a Menma, pues sería quien los guiará a la supuesta comida donde los nueve novatos de ese mundo se reunirán.
Esta demás mencionar que Sakura se hallaba nerviosa mientras avanzaban, recordaba con anterioridad que la convivencia entre ellos fue un poco más intensa que sus amigos. Todos eran totalmente opuestos a lo que estaba acostumbrada. Se le enchinaba la piel con tan solo el pensamiento.
A su lado, Sasuke tenía una cara de pocos amigos. Él no era fanático de ir a las reuniones sociales, pero hacía un enorme esfuerzo para encajar en el ambiente —y así no dejar sola a Sakura con el idiota sonriente—.
Se podría decir que la Haruno no estaba molesto con él pues ya le hablaba, pero con renuncia. Solo esperaba que la comida pasara rápido y así poder ir a comprar el regalo.
Y Naruto... Estaba ansioso. Quería ver las reacciones de los demás al verlos. Además de zamparse toda la comida que pudiese para relajarse. No había tensión, pero sentía ciertos escalofríos al estar entre Sasuke y Sakura, al parecer no arreglaban del todo sus indiferencias. Como buen amigo ya aconsejo a Sasuke, ahora a esperar el desenlace.
Entrecerró sus ojos azules cuando diviso a Menma esperando impacientemente fuera del local, con los brazos cruzados y los ojos cerrados cuales abrió al percibir su presencia. Juró por un momento ver irritación en sus ojos para después cambiar a indiferencia.
—Llegan tarde —espetó Menma una vez que estuvieron frente a él.
Naruto rio nervioso, Sakura bufo por debajo y Sasuke lo ignoró.
—Perdona Menma, es que Sakura-chan tardo un poco en la ducha —dijo Naruto e inmediatamente recibió un tremendo golpe por parte de la aludida.
—No tienes por qué dar detalles, idiota —rugió la joven tornándose los dedos de forma amenazante.
Mientras Naruto se frotaba la cabeza, Sasuke rodó los ojos murmurando que no entendía a las mujeres y su obsesión de tardar una eternidad en el baño, a lo que recibió una mirada fulminante por parte de Sakura. Por fortuna, el azabache se hizo a un lado porque juro ver intensiones en la doctora de golpearlo.
—Son unos desconsiderados —gruñó la pelirrosa, indignada.
—Como sea, adentrémonos —indicó Menma deteniendo toda pelea infantil y los guio por el restaurante hasta el fondo, donde se encontraba una enorme mesa que era acaparada por doce personas.
