—Cuando Jisoo me comentó de las habilidades de este chico, pensé en utilizarlo para derrumbar a Jeonghan y quedarme con su imperio, pero la suerte no estuvo de mi lado, ya estaba encantado por 092 —el hombre hablaba como si no estuviera fijándose en él, pero lo ignoró—. No sé qué te hayan dicho estos hijos de puta, pero el negocio en el que están por meterte te matará. Lee Jeonghan no-
—Puedes llevártelo —murmuró Daeil callando a Jaeha de un manotazo a la mesa para luego mirar al oficial junto a Michaels—. Ya nos ha dicho lo suficiente.
En completo silencio, el oficial levantó a Jaeha de su silla y empezó a empujarlo hacia la puerta, aunque no era necesario, ya que el mafioso parecía estar cooperando sin chistar. Al pasar junto a ellos, Kang les lanzó una última mirada que era una obvia advertencia de que si no corrían ahora, no lo harían nunca. Sin embargo ya era demasiado tarde.
Como sintiendo su repentina inquietud, Seokjin levantó una de sus manos para cubrir los dedos de Namjoon que apretaban su hombro. El toque era mínimo, pero de alguna forma ayudaba a que no perdiera la calma. Todo iba a estar bien. Seokjin estaba allí con él y el NIS los protegería.
Eso habían prometido, de todas formas.
—Bien, ahora que el señor Kang fue tan amable de ponernos al día, podemos informarles sobre su misión —como si hablara de un juego o algo trivial, Daeil volvió a su típico humor despreocupado—. Como ya escucharon, su objetivo es Lee Jeonghan, CEO y fundador de Importaciones Jeong. Llevamos siguiendo la huella de sus actividades por años, pero nunca conseguimos identificarlo como el culpable.
—Según lo que comentan algunos de sus ex empleados y socios, todos sus negocios y las pruebas de sus actos ilegales se encuentran en una especie de sistema de códigos —David se acercó a la mesa y posó en ella una carpeta con el perfil del hombre. En sus manos llevaba otros archivos, posiblemente de otros candidatos, por si Jaeha decía otro nombre—. Solo alguien experimentado en decodificación puede ver la información y no cualquiera tiene acceso a esta red.
En la carpeta observaron un montón de datos del CEO, una ficha común y corriente con sus datos personales y un antecedente policial más limpio que el de Namjoon. Literalmente estaba libre de cualquier acusación, como si nunca hubiera hecho nada malo en su vida. En las observaciones de sus antecedentes alguien había escrito con tinta roja: dudoso aumento de ingresos.
Entonces el hombre tenía una subida de capital que no se explicaba completamente con sus negocios. O por lo menos eso entendía. Cuando miraba su fotografía, la imagen de un hombre cincuentón con algunas canas a los lados de las sienes, no veía a un criminal en lo absoluto, solo a un tipo que incluso parecía agradable a la mirada.
—¿Esconde sus rastros dentro de una especie de código? —inquirió Namjoon intentando que la emoción no se le notara. Antes tenía miedo, ahora solo ansias.
—Aparentemente ese es el caso. Es por ello que precisamos de tu ayuda —Daeil hojeó la carpeta hasta encontrar una fotografía de un edificio enorme sobre una calle principal. A un lado ponía una dirección y unos horarios—. Necesitamos que se infiltren en la oficina principal en Gangnam y consigan acceso a esta red.
—¿Y eso es todo? —interrogó Seokjin enarcando una ceja. Su tono de incredulidad demostraba que no estaba convencido de que nada más los necesitaran para eso.
—No, obviamente. Es menester que Namjoon decodifique este sistema para obtener las pruebas y la información, pero tampoco podemos arrestar a Jeonghan solo con eso.
—Requerimos alguna confesión o prueba irrefutable de que él es el cabecilla de todos los crímenes de los que se le acusa —explicó David acercándose a dejar unos papeles sobre la carpeta: en ellos se describían a fondo los crímenes de los que le acusaban—, para ello tendrán que congraciarse con él y sacarle la información o atraparlo en medio de alguno de sus negocios.
—¿Si con la confesión o atrapándolo in fraganti es suficiente, para qué acceder a su sistema? —Seokjin arrancó la pregunta de su boca, pero la había expresado mucho mejor que él—. Siento que están arriesgando a Namjoon por nada.
Daeil suspiró. Seokjin estaba de un humor de perros, así que más le valía responder con calma y no tratar de burlarse de él por hacer aquella pregunta válida. No tenían mucha información sobre todo lo que estaba ocurriendo, así que era natural que tuvieran sus dudas; además estaba el hecho de que Jin no confiaba para nada en ellos, por lo que no le extrañaba que los cuestionara.
—Pues porque algunos de sus negocios, como ya dije, implican personas que necesitan ser rescatadas. Necesitamos coordenadas para encontrarlas —respondió Daeil respondiendo con más calma de la que pensó que lo haría—. También nos ayudará a confiscar cualquier cosa ilegal y a atrapar a algunos de sus clientes o socios.
—¿Está seguro de que no hay alguien mejor que yo para hacer esto? —cuestionó Namjoon volviendo de nuevo a tierra. Ni las ansias podrían mantenerlo dispuesto a todo por mucho tiempo—, ¿Siquiera saben a qué se enfrentan?
—Jaeha nos dijo en un interrogatorio que contrató a un black hat para intentar decodificar el sistema, pero que no lo consiguió —informó Michaels acabándose su café y dejando el vaso vacío sobre la mesa—. Tú sin embargo pudiste acceder a los archivos de un operativo de Noir, lo que no es poca cosa. Confiamos en tu éxito.
No era precisamente confianza de la buena, pero no podía quejarse. No tenían ni idea de a qué iban a enfrentarse, pero ya no podían echarse para atrás. Fuera lo que fuera, Namjoon estaba obligado a decodificar ese sistema, si quería volver a vivir en paz, al menos por un tiempo. El NIS quizás volviera para molestarlo luego de todo, pero ya encontraría la forma de solucionarlo.
—Creo que es suficiente por hoy. Michaels y yo tenemos que ir a devolver a Kang a su celda, así que los vemos mañana a la misma hora —puntualizó Daeil levantándose de su silla y estirándose; algunos de sus huesos hicieron un sonido algo molesto—. Estaremos ajustando detalles y otras cosas. Pueden llevarse estos archivos para leerlos con tranquilidad y si tienen preguntas, las responderemos mañana.
—Si lo consideran necesario, pueden comunicarse conmigo a este número —Michaels le pasó a Seokjin una tarjeta completamente blanca con un número en negro—. En verdad apreciamos la colaboración de ambos.
Ante eso, el agente Daeil no hizo comentario, solo asintió con la cabeza ausentemente en lo que se acercaba a abrir la puerta para ellos.
Tras estrechar las manos con ambos, la pareja volvió al hotel, ambos pensando profundamente en todo lo que les esperaba, incluso si realmente no tenían una sola idea de lo que les venía encima.
Durante la noche, Namjoon encontró bastante difícil conciliar el sueño y no fue hasta que Seokjin lo jaló para que se volteara hacia él que se dio cuenta de que ambos estaban en la misma situación. Por largo rato no se dijeron absolutamente nada, solo se miraron a los ojos en medio de la oscuridad absoluta del cuarto y solo logró dormirse una vez que el mayor le juró que en ninguna circunstancia lo dejaría ir.
Sabía que por su culpa Jin estaba reviviendo muchos recuerdos y experiencias de las que ya había tenido que escapar, pero era demasiado débil y cobarde para pedirle que no se involucrara. Lo necesitaba allí para no sentir que se ahogaba. Sin él Namjoon no era más que un estúpido hacker indefenso.
Indefenso no porque fuera más débil físicamente hablando, indefenso porque Seokjin lo ayudaba sin darse cuenta a adquirir valor y a lanzarse del risco incluso cuando todo parecía perdido. Le recordaba la razón por la que seguía adelante.
Sintió sus labios acariciar su frente y entre sueños logró sonreírle a las sombras.
Pasara lo que pasara, estaban juntos hasta el final.
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OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}
RomanceDos años después de escapar de Noir y dedicarse a formar una vida normal y alejada de los riesgos del hacking y las misiones, la calma de Namjoon y Seokjin se ve interrumpida por lo que a simple vista parece ser un virus de computadora. || Segunda p...
Clave #2
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