Capítulo 17 | Amor infinito

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Lucas está muerto.

Aquello retumbaba en su cabeza una y otra vez. No sabía si era cierto, pero de ser así, su negocio se venia abajo. Se giro para ver la sonrisa de Cristal y maldijo, no podía dañarle su noche. No esa noche.

Dio su palabra y cumplirla era su obligación. Desbloqueo el teléfono y tomo una bocanada de aire: "La policía puede estar detrás de todo esto". Restregó sus cienes un momento, debía acomodar sus pensamientos, no crear sospechas. Si Lucas ya no estaba, no dejaría que todo fuera en vano.

Comenzó a escribir un mensaje lo más rápido que pudo, Cristal no podía esperar demasiado.

Mañana a la misma hora. Avisa a los chicos.

Metió el teléfono en su bolsillo y regreso a la mesa en donde la morena, le sonreía ampliamente. Lucia hermosa, mucho mas de lo que tenia previsto. Contuvo el aire.

—¡Joder, estas tan hermosa!

Ella rio.

—No exageres... —recostó su barbilla de su mano y lo miro con una media sonrisa—, ¿todo esta bien?

¿Cómo se daba cuenta?

Asintió.

—Asuntos del trabajo...

—Espero que todo ande bien y...

La interrumpió siseándola.

—Y vamos a disfrutar esta noche, olvidémonos de lo demás. —dijo el castaño en dirección a Cristal quien asintió sonriendo ampliamente. Se encontraba a gusto con él, después de lo que le paso con aquel idiota y no podía pensar en algo mas que no fuera pasar el rato con Alexander, disfrutar el momento y volver a empezar de nuevo.

La noche transcurrió como se debía, comida italiana y vino tinto era lo que endulzaba la noche a cada instante. No podía pedir algo más. Eran felices en su pequeña burbuja, aunque Alexander debía ocuparse de sus problemas personales y su negocio, no podía dejar de pensar en la sonrisa hermosa de Cristal. Volverla a tener en la ducha y soñar con abrazarla toda la noche en su apartamento.

Deseo que todo se detuviera en el instante, que siguieran siendo ellos dos nada más en la eternidad, pero estaba seguro de que así no funcionarían las cosas por el momento y eso lo inquietaba de forma desmesurada. Se estaba enamorada perdidamente de Cristal y debía sostenerse porque sino se ahogaría. De nuevo.



Gabriel estaba sentando de espaldas a la puerta. El estudio era grande, pero tener a los tres asociados sentados allí hacia que sintiera pequeño. Le esperaban mas de dos horas de discusión sobre el nuevo contrato que la empresa había firmado; mas bien que el mismo firmo semanas antes. La sombra de Andreatos le hacia estragos en los mismos, el millonario de Manhattan lo tenían los Belanger. Le correspondía conseguir una competencia, aunque no quisiera.

—¿Por qué no hacemos negocios con Tiffany antes del viernes? —pregunto Thomas—. Según tengo entendido que ha adquirido la herencia multimillonaria de su familia y está a punto de contraer matrimonio con el soltero más codiciado.

Chace acaricio su barbilla. Él era el más mayor de todos.

—Puede ser una buena idea...

Gabriel aclaro su garganta, necesitaba cerrar el negocio Ainsworth con un contrato millonario antes del viernes porque su empresa vería las consecuencias de la competencia de los Belanger. Adoraba a Noelle, pero si eso implicaba una guerra constante debía hacerlo, la pelirroja era muy buena en los negocios y cuando se llevo a Andreatos a su compañía fue como un golpe bajo para la competencia. No podía dejar que su familia perdiera tanto dinero a causa de la competencia. Su padre debía encontrarse muy disgustado por eso... ¿Cómo una mujer te puede quitar un negocio que podías cerrar en tampoco tiempo? ¿Cómo dejaste que una Belanger se riera en tu cara? La única razón viable es que se estaba enamorando de ella y todo iba muy rápido entre ambos. Las cosas rápidas siempre venían con algo de consecuencias y debía pensarlo antes de que todos se volviera complicado. Debía pensarlo todo. Estaba enamorado, pero debía frenar antes de que ambas partes salieran lastimadas y perdieran en los negocios por estar enganchados el uno por el otro.

Forbidden © ( En edición 2023)Where stories live. Discover now