Capítulo 02 | Enmascarado

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Gabriel no era un hombre que anduviera haciendo aquello en cualquier parte, hasta el mismo se sorprendió por la proposición. Ambos no se conocían y debían proteger sus identidades por el código de la subasta, pero ya era demasiado tarde para pedir una disculpa o retractarse. Lo peor de todo es que no se iría de allí sin al menos escuchar su voz de nuevo. Estaba ansioso por sentir si su piel era tan suave como se veía o si el olor que poseía lo haría deleitarse. Solo quería un momento.

-Y bien, señorita, ¿bailara conmigo? -pregunto, impaciente. Le extendió su mano a la altura de su pecho. Esa pregunta lucia más peligrosa en sus labios de lo que podría serlo.

Noelle, sin embargo, se quedó mirando su mano y maldijo para sus adentros. ¿Qué debía hacer? ¿Aceptar la propuesta de un desconocido? Sintió sus rodillas flaquear cuando la colonia varonil le invadió la nariz. Huele tan delicioso, pensó. Mas su presencia que era imponente y rebelde, pese a su elegancia. No podía pensar con claridad. Necesitaba a Cristal y urgente, sino tomaría una decisión equivocada.

Al final, tomo su mano, dubitativa.

Cristal se intentó entretener en la fiesta escuchando las historias de la tía Annie, esta alardeaba de su belleza de joven, algo que no dudo para nada, pero, si tan solo hablara poco... Sus ojos cafés fueron localizando alguna victima para largarse de la mesa, la pista la llamaba. ¿Dónde se metía, Noelle?

Una sonrisa casi involuntaria apareció en sus labios cuando la diviso bailando pegada a un hombre. Ambos bailaban en el ritmo de Wildest Dream tocada en piano. Ella se veía tan frágil entre sus brazos que le causó ternura. Cuando se dio cuenta se había alejado un poco de la mesa, por estar observando atentamente a su hermana. No podía negar que le daba una cierta inseguridad eso. No sabía quién era el y si... quizás, era su ex. Lo dudaba, sino tendría que lamentarlo.

-Se ven muy bien.

Escucho una voz detrás de ella, que la hizo sonreír.

-Sí, así es.

El chico se acercó lo bastante cerca de Cristal para que esta pudiera ver la sonrisa ladina que poseía en los labios. ¡Oh, vaya labios!

-Y eso, que lo estuve convenciendo durante todo un día para que viniera -explico con cierta diversión y ladeo el rostro para mirarla con un cierto escrutinio que a Cristal le agrado-. Apropósito, ¿qué hace una chica tan hermosa como tu sola?

Emitió una risa divertida. Los hombres en ocasiones eran tan torpes para dar un piropo, siempre lo mismo.

-No corro la misma suerte que mi hermana.

El miro sus zapatos unos instantes como si estuviera pensando algo para proponerle. Cristal noto su semblante, daría lo que fuera para quitarle esa mascara y ver lo que traía debajo.

Él estaba nervioso, hace muchísimo no se sentía así después de lo sucedido con Roxanne, jamás había sentido nervios. Menos al frente de una mujer.

Por lo que vio, era una chica que poseía libritas de mas, que le sentaban de maravilla. Traía un traje ceñido a ella y le provocaba ganas enormes de aventurarse por esas curvas canelas que poseía.

-¿No te parece cosa del destino? -murmuro, debía saber que decirle si deseaba volver a verle.

-¿Qué cosa? -rápido respondió.

Repaso lento sus respuestas, quería causar una buena impresión.

-Esto... -dijo esperando su reacción y continuo-, el habernos conocido por esos dos. Esto es algo que el destino tenía previsto.

Forbidden © ( En edición 2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora