—Sabes, en este momento podría besar a tus padres.

—No besaras a mis padres, Thomas.

—Pero debemos agradecerles. Nos estamos ahorrando demasiado dinero, amigo. ¿De verdad nos reembolsarán el dinero?

—Si, siempre viajamos en nuestro avión. Para ser honesto, tenia una corazonada sobre esto.

—Tú, mi querido amigo, que naciste en una cuna de oro como buen niño mimado que eres. Nosotros los simples mortales debemos pagar algo llamado boleto. Ya sabes, ese pedazo de papel que te permite conocer algún otro lugar en el mundo, y te cuesta un ojo de la cara, el cual parece que tu familia le da alergia.

—No soy un niño mimado.

—Eres un niño mimado, Theo. Hasta tienes nombre de osito de peluche, ¿o no Teddy?

—Cállate... —su risa se hizo más escandalosa. —Como sea, ¿a qué hora quieres irte?, el vuelo dura unas trece horas mas o menos.

—Vámonos en la mañana, no desperdiciemos tiempo, aprovechemos el hecho de no tener que llegar dos horas antes al aeropuerto. —dijo después de una risa. — ¿Al final, en donde nos hospedaremos?

—Mamá tiene un amigo de la universidad en donde fue a hacer su maestría en Inglaterra. Vive en un Penthouse en el centro de Manchester, lo cual es perfecto ya que nos queda muy cerca del lugar del festival. Estará fuera por un viaje de negocios durante un mes completo, así que nos ha prestado su casa.

— ¿Ves a lo que me refiero?, ¡por eso es que quiero besar a tus padres!

— ¿Quién me quiere besar? —dijo la voz de mi padre detrás de nosotros en la entrada de mi habitación.

—Señor Schlesinger, déjeme decirle con el mayor de los respetos, que es usted el ser más increíble que he conocido.

— ¿Y a qué debo semejante halago?

—Te quiere besar por dejarnos ir en el avión y conseguirnos donde dormir.

—Saben que pueden contar conmigo para lo que sea, Tom.

Dato curioso, por alguna razón mi padre ama, y digo ama a mis amigos. Siempre me pregunté el por qué de eso. Una tarde le pregunté a mamá a que se debía. Tom y Josh eran geniales y muy respetuosos con ellos, pero siempre tuve esa intriga. Cuando los traje por primera vez a casa, éramos solo unos niños, tal vez de ocho o nueve años. Los trató como si fueran hijos suyos también, nos compraba helados y pizza, nos llevaba al cine o a patinar, siempre ha sido muy atento con ellos, como si fuera muy importante para él, que yo tenga su amistad.

Cuando le pregunte a mamá, ella me dijo que él nunca había logrado tener amigos de verdad hasta que estuvo en la secundaria. Mi tío Andrew y él solo tienen un año y unos cuantos meses de diferencia, por lo que siempre lo hacían todo juntos. Luego en la universidad conoció a un tipo llamado Ned del que no le gusta hablar en lo absoluto, solo sabemos que fue un muy buen amigo suyo y después algo paso entre ellos que ahora se detestan.

—Señor Schlesinger, ¿le puedo hacer una pregunta?

—Dime —dijo mi padre tomando asiento sobre mi cama.

— ¿Como cuánto cuesta un avión privado?

—Depende del tipo de avión que compres. —responde él junto a una sonrisa.

A mis padres le suelen incomodar las preguntas relacionadas con el dinero. Lo sé porque cada vez que tienen alguna entrevista y preguntan sobre costos o cosas por el estilo, suelen ponerse nerviosos, pero solo alguien que los conozca a la perfección podría captarlo.

Schlesinger [Borrador]Where stories live. Discover now