29. "Olvídate de él"

15.1K 905 45
                                    

Estaba totalmente perdida, no sabía de qué hablaba mí padre. ¿Contarme qué? Ahora mismo me estaba hablando de cosas que no sabía, como lo de su ‘nueva esposa’ a mí nadie me avisó de eso…

 -¡¿Hablarme de qué?! –Dije exasperada.

 El coche frenó en seco provocando que me tambalease a los lados casi golpeándome con el cristal.

<Esa zorra…> Le escuché murmurar. <Me deja a mí con todo…>

 -¿Acaso no te das cuenta de la cantidad de dinero que tenemos? –Comenzó a decir. –Somos los terceros más adineraros del mundo. –Eso también era nuevo para mí. –Tú estás destinada a casarte con uno de nosotros, con dinero.

 -No se te da bien eso de contar chistes… -Dije yo rodando los ojos.

 -No lo digo en broma. -Dijo apunto de estallar. -¿Por qué crees que me casé con tú madre? –Tragué saliva. –Suerte que encontré a otra con dinero y me pude librar de la pesadilla de la que es tú madre.

 -Pe-Pero… -Dije yo sin saber bien que decir. -¿Me estás diciendo que no puedo estar con quien yo quiera? –Dije perdiendo los nervios por completo.

 -Puedes… Pero cuando cumplas 21 olvídate de todo eso. Todo ya está planificado. –Puso cara de asco. –Tú madre te lo tendría que haber dicho hace tiempo, puesto que tienes 17…

 -Dieciocho. –Corregí. Mi padre se encogió de hombros.

 -Lo mismo da. –Dijo. Tenía ganas de estallar a lágrimas. Mi padre nunca, NUNCA, bromeaba.

 Tal vez no me haya mentido en la vida. Ni siquiera me ocultó lo de Santa Claus. Pero ya había oído hablar de este tipo de matrimonios antes...

 -Y… -Dije al borde de derramar lágrimas. -¿Quién es el supuesto chico con el que tendré que casarme? –Dije en un susurro apenas audible.

 -James Howard. –Asentí débilmente.

 -¿Qué ocurre si no me casara con ese tal James?

 -Serás desheredada. –Se me hizo un nudo en el estómago y le miré con horror.

 -¡No puedes hacer eso! –Grité. -¿¡Y que pasa con Harry!?

 ¿Acababa de nombrar a Harry?

Mi padre se encogió de hombros desinteresadamente con cada cosa que decía mientras yo, me estaba desmoronando. No podían hacerme esto… ¡Por amor de Dios! Son mis padres, no pueden obligarme a casarme con ese tal Jake Howard. Ni si quiera se si es Jake o James.

 -Pues ese Harry… Olvídate de él. –Pensó unos instantes. –O aprovecha tus últimos tres años con él.

 Me negaba a olvidarme de Harry, a pasar tres míseros años con él. A utilizarle y mentirle.

 -Él tiene dinero… -En parte no mentía, su padre trabajaba en la compañía de mi madre, aun que no se en que puesto. Y luego de su madre no se nada.

 -Oh vamos, ¿trabaja en la compañía de tú madre? –Asentí. Lanzó una risa irónica. –No ganará ni la mitad que ella. No me interesa.

 Varías lágrimas descontroladas comenzaron a caer por mis mejillas.

 -No pienso ir a ese estúpido bufete. –Dije agarrando con fuerza la manilla del coche.

 -De eso te puedes librar, pero no de tú futuro.

 No me dio tiempo a abrir la puerta, cuando el coche se había puesto en marcha a toda prisa. Aun que no me importó, sentí que el tiempo se detenía, que ahora no podía pensar en otra cosa que en la mi.erda que me venía…

  Me senté como siempre en una esquina del salón. Me ahogaba con aquel humo y no había patios traseros ni nada por el estilo. Me sentía horrible, con ganas de dejarlo todo. ¿Qué iba a hacer yo?

No podía ser desheredada, trabajaba en una maldita tienda de música donde mí sueldo era pésimo.

Noté como alguien caía pesadamente a mí lado. No le di importancia y seguí con mi mirada perdida en la gente que hablaba animadamente.

 -¿Te encuentras bien? –Escuché una voz masculina. Me giré a mirarle.

 Me topé con unos ojos azules como el mar. Su pelo rubio oscuro despeinado, alguna que otra peca en su rostro y las mejillas ligeramente sonrosadas. Me recordó a Niall, pero no se parecían en nada.

 -Si, tranquilo. –Intenté sonreír. El chico sonrió de lado… ¡Y qué sonrisa!

 -Estas reuniones son un verdadero asco. –Dijo mirando a la gente. Asentí haciendo una mueca. –Oh, por cierto, soy James Howard y la dama ¿es…?

 -Bo Smith… -Mi mirada se dirigió rápidamente a la de él igual que la de él hacia la mía al pronunciar mí nombre. –Tú… -Susurré con un nudo en el estómago.

 -De repente, ya no odio a mis padres por obligarme a casarme… 

Boo |h.s| «Acabada»Where stories live. Discover now