Capítulo 22.

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El Sol aún alcanzaba a acariciar su blanquecina piel pues lentamente el astro se iba escondiendo y con ello teñía el cielo con colores anaranjados

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El Sol aún alcanzaba a acariciar su blanquecina piel pues lentamente el astro se iba escondiendo y con ello teñía el cielo con colores anaranjados.  Cerca de Victor  algunas personas iban tomando sus cosas para retirarse a descansar, otras -como él y sus amigos- seguían disfrutando de la playa, gozando y divirtiéndose con las olas que iban y veían.

En cuanto el Sol comenzó a desaparecer, dando con ello sus últimos rayos de luz, fue a sentarse un tanto alejado de la orilla, deseaba ver ese místico momento.

Se perdió en el espectáculo de la naturaleza. Observó con atención como ese gigante cuerpo celeste se ocultó, como si se sumergiese dentro del agua. Pronto la Luna tomó posesión del cielo.

En ese momento, Yuri -con el traje de baño escurriendo- se acercó hasta donde él se encontraba y no dudó en sentarse a su lado, hombro con hombro. 

—¿Te cansaste?—preguntó el nipón

—No realmente. —respondió dejando de ver al satélite natural para prestarle atención a su estrella personal. —¿Crees que el Sol y la Luna sufren por no verse? —cuestionó de pronto.

El recién llegado guardó silencio por unos segundos, con su diestra peinó su cabello azabache, despejando los mechones que le caían en su frente. No obstante, hubo algunos rebeldes que volvieron a caer.

Victor alargó su mano para acomodarlos, no obstante, estos se negaban a quedarse en el lugar asignado, así que simplemente lo dejaron pasar.

—Creo que, —comenzó a hablar Yuri, viéndolo con sus sinceros ojos oscuros. Su voz suave arrullaba como si se tratase del calmante sonido de las olas del mar— es inevitable extrañar a alguien a quién amas si se encuentra lejos, aunque, el hecho de que no lo veas, que no lo puedas tocar, no significa que dejarás de quererle. Me gusta pensar que el amor es más fuerte que eso. —colocó una de sus manos sobre su rodilla, y el ruso no tardó en colocar la propia encima de ésta—. La Luna y el Sol siempre tendrán algo especial, pero creo que en cada ocasión que se encuentran, por muy poco que sean los segundos, son muy felices, sienten plenitud y olvidan la tristeza que llegan a sentir por la lejanía del otro. 

El de cabello platinado permaneció en silencio, meditando las palabras de Yuri.

Katsuki iría a la universidad muy lejos de él, probablemente sólo podrían llegar a verse en vacaciones de Navidad pues cada uno tomaría diferentes planes de estudios. Uno llevaría un sistema de semestres mientras que otro cuatrimestre, por lo que sus calendarios no coordinarían.

Lo extrañaría... Demasiado.

Le sería difícil no contar con la presencia de Yuri, llevaba muchos años viéndolo diario, riendo y conversando. No era nada sencillo; de igual  forma sabía que ambos se adaptarían rápidamente a los cambios.

¿Qué sucedería con su relación? ¿Su amistad se perdería? ¿El sentimiento que compartían se perdería? ¿Podrían soportar todo el paquete de distancia? ¿Olvidarían todo al dejar atrás sus hogares?

Esas eran tan sólo un par de preguntas que se hacía desde que Yuri le comentó sus planes.

Sin embargo, lo que Victor no conocía es que, las respuestas llegarían a su paso y tiempo. En el momento adecuado.

—Ellos deben quererse demasiado. —murmuró haciendo referencia a los amantes celestes.

—Tanto como tú y yo nos queremos, cariño.

Victor tenía muchas dudas, demasiadas, pero con la sonrisa de Yuri, con la calidez y seguridad que le daba, algunas innecesarias se esparcían, se disolvían con sencillez.

A la distancia sus amigos no dejaban de reír lanzándose agua entre ellos. Leo se dedicaba a empujar a Jean, pues este parecía que deseaba salir del mar para acercarse. Phichit, con su GoPro entraba y salía como si buscara la toma perfecta.

El platinado se levantó y sacudió su traje de baño, giró su cuerpo y estiró su mano hacia Yuri, en cuanto el azabache tomó su mano, hizo que se levantara para correr a la par hasta donde sus amigos se encontraban, reuniéndose con ellos para disfrutar la última noche de su retiro.

Bajo las estrellas y la majestuosa Luna, Victor, Yuri y sus amigos tomaron la toma perfecta de sus vidas. 

Estos niños me hacen llorar, ahre

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Estos niños me hacen llorar, ahre. 

Gracias por leer, muak muak a todes. <3

Long live! <3

Questions and Answers.  [Victuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora