Capítulo 17.

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Desde hace bastante tiempo Victor había perdido la cuenta de cuantos escenarios imaginó con el tema "Mi primer beso con Yuri"; fantaseó desde unos roces rápidos y sencillos, lentos y románticos, desenfrenados y con vehemencia.

Su hipotética escena favorita era en la que ellos estaban en su habitación, disfrutando de la música sobre su cama mirando su grisáceo techo cuando el nipón de un momento a otro se erguía y tras susurrarle lo mucho que lo quería sellaba sus labios con suavidad. En su fantasía, Victor acariciaba sus cortas hebras oscuras y Yuri colocaba sus manos grandes por debajo de su playera.

A veces esa imagen llegaba a su mente y le era inevitable soltar un suspiro soñador, deseando que ocurriese. 

¡Gracias imaginación!

—¿Por qué suspiras? —inquirió Yuri desde su escritorio con voz monótona. Llevaban estudiando desde que llegaron del instituto.

Bueno, Victor se distrajo gracias a sus más profundos y deseados sueños. 

—Eh... Por nada

El nipón no respondió, Victor sólo escuchó un pequeño bufido, cosa que le hizo sonreír. A veces cuando Yuri se fastidiaba porque no sabía lo que sucedía solía hacer un adorable puchero y en esos momentos no podía verlo pero podía apostar que en esos momentos sus labios estaban fruncidos en ese característico gesto. 

Pudo concentrarse por unos minutos en el libro que tenía entre sus manos, sin embargo, su escena hipotética favorita atacó de nuevo.

¿Qué se sentiría acariciar los labios de Yuri con los suyos?

El mencionado se levantó de pronto -asustándolo un poco por el acto repentino-, el de hebras azabaches olvidó su libro de texto sobre el escritorio para acto seguido dejarse caer a su lado, retiró sus lentes y cubrió sus orbes otoñales con su antebrazo.

—¿Qué ocurre? —fue su turno de dejar el libro sobre su estómago.

—¿Planeas decirme que te aceptaron en la universidad pronto o lo harás justo cuando estés a punto de irte?

Yuri estaba molesto, su voz seria al hablar lo delataba además el hecho de que se giró quedando boca abajo recargando su mentón sobre el edredón para mirarlo, dejando ver su ceño fruncido.

Y sí, Victor no le había dicho nada respecto a ello porque... porque simplemente olvidó hacerlo.

—Yo... Uh.—dejó salir una risita nerviosa que pareció un suspiro. —Olvidé contarte.

—¡¿Qué?! —Yuri se irguió sin quitar su profundo ceño fruncido. —¿Cómo olvidas algo así de importante?

—Sólo lo olvidé hacerlo. Han pasado muchas cosas que me distrajeron, lo siento. —Utilizó su arma secreta -que siempre funcionaba-: una mueca que Phichit describía como adorable con una ligera inclinación de cabeza y un despacio encogimiento de hombros.

El nipón dejó salir otro bufido lleno de fastidio, escondió su rostro contra su cobertor blanco, murmurando un "eres un tonto" el cual estuvo amortiguado gracias al edredón... O al menos eso fue lo que entendió.

—También voy a extrañarte, Yuri.—palmeó esa cabecita que resaltaba contra la blanquecina tela de noche. 

Otros escenarios que aparecían constantemente en su mente y eran aquellos en los que le diría adiós a Yuri. ¿Qué pasaría cuando ambos se fueran lejos? ¿Cuándo no estuvieran cerca del otro? ¿Cuándo dejaran de verse por meses?

Él sabía a la perfección que añoraría la calidez de Yuri, sus risas y las palabras seguras que le otorgaba siempre que tenía bajones. Añoraría los brillantes colores que el nipón le brindaba.

¿Yuri lo extrañaría también?

Porque él lo haría cada segundo que no estuviera a su lado, cada momento en el que su vida se tiñera de colores opacos.  

¡Estoy de vuelta! Fueron (casi) dos semanas de descanso que necesitaba

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¡Estoy de vuelta! Fueron (casi) dos semanas de descanso que necesitaba. 

Espero que todes se encuentren bien. <3

Nos leemos prontito, xHaruKatsuki. 

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