1

4.4K 279 12
                                    

1

Rosalie

Si no fuera por Aspen, me quedaría a dormir en un hotel. Pero no dejarían que Aspen estuviera. Charlotthe me pasó una lista de unos hoteles de HBGH que podrían aceptarme a Aspen sin problemas, sin embargo, esperaba y confiaba llegar a Mayfair antes de que anocheciera.

Aspen dormía plácidamente en el asiento trasero del Audi A3 de Trey. Lo había tomado prestado para poder llegar a Mayfair. Y no pedir un taxi, o rentar un auto.

Ni siquiera tenía teléfono para comunicarme con Lottie y decirle que ya estaba en Londres.

Tanto tiempo en auto para alejarme de Andrew. Ni siquiera tenía lágrimas para soltarle ahora que estaba a solas.

Aunque Aspen no dejaría que derramara ni una lágrima más.

Ya estaba cansada de Andrew, cansada de vivir en esa casa llena de recuerdos y llena de tantas cosas feas. Cansada de su infidelidad, de su indiferencia. Supongo que su indiferencia y la decepción que sentía; mató cualquier sentimiento que tenía hacia él.

No sé en qué momento dejé de verlo como mi pareja, como mi futuro esposo, y comencé a aborrecerlo, a.... apartarlo de mí.

No sentía nada por Andrew, parecía que... de la noche a la mañana mi corazón despertó y mi cerebro se dio cuenta de que yo no quería a Andrew, de que todo era una falsedad.

Tenía miedo de dormir sola, pero tras estos últimos dos meses durmiendo sola con Aspen, aprendí demasiado.

Y aprendí a estar sola, a manejarme a mí misma. Y tenía el apoyo de una cosita que no me abandonaba. Mi Aspen.

El GPS se marcó nuevamente y vi que mi destino estaba a unas cuantas calles, gracias a Dios. Pero en ése momento, la foto de Charlotthe apareció en la pantalla del auto con el nombre de "mi cosita" y le di en el verde.

— ¿Dónde está tu teléfono? — Preguntó Charlotthe masticando algo.

—Supongo que lo dejé en casa — Suspiré — Estoy tan cansada, solo quiero llegar, poner la bañera a 80% de hielo y meterme ahí hasta que se caliente.

—Creo que el pent-house tiene una bañera hidromasaje — Dice como si nada.

Jamás le he preguntado a Charlotthe de dónde saca tanto dinero, y creo que tampoco me interesa saber cuánto hay disponible. La ropa, las viviendas y todo lo que me proporciona, no sé cuánto vale, no sé lo que es ir de compras, no se tampoco lo que es contar dinero. Charlotthe se encargaba de proporcionarme todo lo que necesitara. Cuando estábamos en New York no sabía por qué nos quedábamos en hoteles tan lujosos, por qué íbamos a pubs y restaurantes tan caros. Lo que sabía era que Charlotthe no sacaba ni una sola tarjeta para pagar, y tampoco, un billete.

Además de mi mejor amiga, Charlotthe era mi confidente, mi mano derecha, y mi manager.

Desde hacía dos años, ella se encargaba de programar entrevistas, aceptar invitaciones y cobrar las facturas.

Sabía la recepción que habían tenido mis libros, sabía la cantidad de personas que me seguían en redes sociales, y que ansiaban más y más.

Era una escritora muy prestigiosa a la vista del público. Tenía una vida demasiado fácil, disponía de autos, viviendas y ropa de diseñador. Tenía una riqueza que, aunque no estaba consciente de cuánto era o de por qué, la tenía a mi disposición.

—Lottie — Susurro —Sé que no es mi problema, pero... ¿De dónde sacaste dinero esta vez para esto?

—Mi esposo es un hombre con mucho dinero — Puedo escuchar como su voz pasa de seriedad a diversión en cuestión de segundos — Es archimillonario, super atractivo y me jode como...

Encuéntrame.Where stories live. Discover now