Capitulo 28

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Soltó un suspiro abriendo sus ojos, estaba solo en la cama fría. Bostezo suavemente mientras se sentaba en la cama aún dormido, había pasado la noche trabajando en una nueva coreografía, lo cual era difícil con una pierna enyesada. Y ese día, por primera vez iba a volver a trabajar, estaba tan nervioso. Si bien no iba a poder bailar por mucho que quiera, al menos iba a poder ver a todos sus compañeros de nuevo. Había recibido flores y peluches a lo largo de su estadía en el hospital, eso le hacia más que feliz, le hacia sentir que era importante para aquellos que lo rodeaban.

Miro por la pequeña ventana de la cocina hacia afuera, donde las pequeñas gotas de lluvia mojaban el asfalto de las transitadas calles de New York, podía oír el sonido de las bocinas de los taxis por todo el lugar, los truenos abriendo las nubes. Deseo internamente que Louis este ahí.

Pero desde que comenzó como residente pocas veces se veían, aquello ocupaba todo su tiempo y estaba bien, era su sueño, su trabajo. Sabía que iban a haber noches donde no iba a llegar, y mañanas donde no se vean. Como esas. No quería admitirlo en voz alta pero era un poco triste y tonto a la vez, ni siquiera estaban en una relación, ni siquiera vivían juntos pero... se sentía de esa manera. Y despertarse solo de nuevo era decepcionante.  Como viajar años atrás.

No sabía como definir sus sentimientos, por un lado se sentía feliz por Louis, por todo. Pero por el otro lado... se sentía triste.

Dejo la taza vacía sobre el lavado junto al recipiente donde antes había avena y frutos para dirigirse a la habitación, miro su armario para sonreír de lado suavemente, tocando con la punta de sus dedos la tela de una remera blanca de Louis, había notado que cada día que pasaba la ropa del ojiazul comenzaba a colocarse en su armario, ya cuando hacia la lavandería pasaba de dársela para colgarla en el armario, hogareño. Esa era la palabra perfecta para describirlo.

Termino usándola, el suave aroma al perfume de Louis todavía impregnada en la tela a pesar del reciente lavado, y mientras caminaba bajo la lluvia con su paraguas blanco cubriéndolo de las frías y delgadas gotas de agua. La música sonaba en sus auriculares, se aseguro de saltar a la acera de al frente cuando tuvo que pasar por aquel callejón oscuro. No se dio cuenta hasta largos minutos más tardes que estaba cantando en voz alta, quizá era por eso las miradas y las pequeñas sonrisas que les daban, se sintió avergonzado, tuvo que morder su labio, agradecía ese día no haber usado maquillaje o este iba a quedarse pegado a su diente, había optado hasta por usar ropa casual, que podría o no ser de Louis en su mayoría, pero eso un secreto. 

Empujo la puerta de cristal para dirigirse a la sala, frunció el ceño observando la luz apagada, estiro su mano para prenderla, dando un salto hacia atrás al oír un fuerte grito, sus ojos verdes observaron la sala, habían globos, una pequeña mesa con comida y sobre todo, una enorme panfleto que decía "Bienvenido", comenzó a reír mientras sentía sus ojos inundarse de lágrimas. Aquel fuerte abrazo grupal fue todo lo que necesito para comenzar a llorar. Ni siquiera bailaron ese día, simplemente se sentaron en una enorme ronda, comiendo la comida que ellos trajeron y hablando, se sintió más que feliz. Se sintió como tener un segundo hogar repleto de amables personas que siendo sincero nunca noto que tanto los quería hasta ese momento.

Para cuando llego a casa se tiro en el sofá con un plato de pasta sobre sus muslos mientras miraba Gossip Girl por quinta vez cuando sintió la puerta ser abierta, se giro para ver a través de la oscuridad la sombra de Louis, sonrió, darle su llave extra si había sido una buena decisión.

-Hey-su voz sonaba tan cansada, lo vio arrastras sus pies hasta el sofá donde se dejo caer-¿Cómo te fue hoy, amor?-sonrió aún más, había vuelto de un largo día de trabajo, estaba cansado y agotado pero lo primero que preguntaba era como había sido su día re regreso al trabajo.

-Me fue bien, hicieron una fiesta sorpresa-estiro su mano para acariciar el cabello de Louis con cuidado, tan suave sobre la punta de sus dedos- ¿Cómo te fue a ti? no te veo hace unos cuantos días.

-Me esta matando, no se si esto sea para mi Hazz-su voz sonaba dolida y triste, quito el plato sobre sus muslos para dejarlo sobre la mesa de café y tirarse sobre el otro lado del sofá, con su rostro frente al de Louis.

-¿Por qué crees eso?-la luz del televisión iluminaba el rostro de Louis.

-No siento la misma emoción que el resto, no puedo mantenerme despierto y ciertamente no me gusta estar lejos de casa por días, extraño mi hogar todo el tiempo y solo quiero volver a casa. Me gusta trabajar ahí, hablar con los pacientes, jugar a las cartas con la señora Luttielo pero después de eso no estoy seguro de que me guste estar ahí.

-Lo siento Lou, se cuan duro trabajaste para llegar ahí, quizá solo debas acostumbrarte.

-Quizá...

-Se que puede ayudarte a sentirte mejor-dejo un suave beso sobre los labios de Louis para levantarse del sofá y sonreirle.

-¿Harry?

-Tu solo siéntate ahí ¿si?-sonrió mirándolo para correr a la cocina y comenzar a sacar cosas, fueron solo quince minutos más tarde que volvió con dos tazas y muchas golosinas- chocolate caliente y tus favoritos, solo para ti-sonrió emocionado, el ojiazul lo miro con sus ojos azules brillando, se sentó a su lado para colocar una película de Adam Sandler en la televisión, acurrucándose contra el mayor mientras lo veía dar un sorbo al chocolate caliente.

-Dios, eres el mejor Haz-coloco su brazo sobre su cintura mientras miraban la película.

-Solo quiero que te sientas bien.

-Lo lograste amor, estoy feliz de volver a casa.

-Estoy feliz de que hayas vuelto a casa Lou-sonrió con hoyuelos mirándolo. 

The Apartment / Larry Stylinson /Where stories live. Discover now