—Entonces le conoces porque trabajan juntos.
—Mi madre y el son socios y bueno… nos gustamos. —digo bebiendo un poco de mi agua.
— ¿tu madre lo tomo bien? —pregunta.
—Pensé que no lo haría pero fue más fácil de lo que creí. —asiento.
—Eso es bueno. —asiento y ella me sonríe.
La imagen del rostro de Clara con indignación viaja por mi mente y me debato entre preguntarle a Marie o no.
—Marie… —atraigo su atención—. ¿Conoces a Clara Porter?
—Ay Dios. —Pone los ojos en blanco—. Bueno, gracias a Dios personalmente no. —eso me hace sonreír—. Por lo que supongo tu si y que feo que tengas que conocerla.
—Bueno. —me encojo de hombros.
—Es como un chicle. —Hace una mueca—. Pretendo saber lo más pronto posible cuando va a ser que por fin deje a Harry en paz.
—Pero Harry no parece querer apartarla. —intento sonreír.
—No le importa. —niega—. Tengo mucho tiempo observándole de cerca y he notado que está bien contigo. —asiente—. Sin mencionar que es la primera chica que trae a casa. Como su novia o su cita.
—Me hace sentir mejor. —asiento agradecida.
—He escuchado su discusión un poco y lo lamento. —dice con una sonrisa de disculpa.
—No hay problema. —Niego—. Es solo que Harry… está bien que algunas veces este celoso pero debe entender que no quiero estar con nadie más que con él. Quiero tener amigos y ser social y que él esté involucrado con mis amigos pero a veces es imposible. —Suspiro—. Le quiero, Marie. Le quiero y después de tres meses hoy se lo he dicho y el también me lo ha dicho haciéndome sentir la mujer más agradecida por tenerlo a él. Y quizá el no lo sepa pero estoy profundamente enamorada de él, me preocupo por él, lo quiero solo para mí. Y aceptaría a Clara en nuestro círculo de amistades si no supiera su pasado y todo lo que la gente piensa de ella. Podría aceptar a cualquier mujer que sea su amiga y que sea la mía también por supuesto pero a Clara no. —Recuesto mi rostro sobre mis manos y la miro fijamente—. Y aunque me ha dicho todas esas idioteces hace unos minutos no me he ido porque has hecho nuestro almuerzo y tampoco me quiero ir porque quiero estar aquí, con él. —Marie me sonríe ampliamente—. Lo sé, estoy perdidamente enamorada de él. —sonrío apenada.
Marie suelta un suspiro largo, mira por encima de mi hombro y asiente sonriendo. Siento el calor subir rápidamente a mis mejillas y por un momento siento que me falta la respiración. Cuando puedo permitírmelo asomo la cabeza por el hombro hacia atrás. Está recostado a la puerta con los brazos cruzados y una sonrisa en su rostro.
— ¿Hace cuanto estas ahí? —pregunto sin mirarle.
—Hace… —pausa supongo que mirando su reloj—. Unos 5 minutos. —Cierro los ojos con fuerza. Ha escuchado todo lo que le he dicho a Marie sobre él. Le miro otra vez haciendo una pequeña mueca y se separa de la puerta—. Sube a la habitación. —dice antes de darse la vuelta y marcharse.
Miro a Marie por un segundo y ella me asiente indicándome que haga lo que él pide. Y lo hago.
