Capitulo Cuarenta y Tres. "Marie"

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No sé cuánto tiempo estuvimos en la cama. Harry estaba dormido mientras acariciaba la pequeña “g” en su hombro intentando descifrar su significado. Probablemente ya había anochecido y aun estábamos juntos. Me descuelgo de su brazo sin querer despertarlo y me levanto en dirección a la cocina. De las prendas de ropa en el suelo, coloco nuevamente mis bragas y tomo su camisa blanca para ponérmela. Huele tan bien, tan él. Sonrío antes de salir de la habitación escaleras abajo y entro a la cocina. De la alacena tomo un vaso de cristal fino y precioso y tomo un poco de agua del grifo. Dejo el vaso en la mesa y me recuesto para observar el jardín por la ventana de la cocina.

—Buenas noches. —si ni hubiera sido porque había dejado el vaso en la mesa ya estaría en el suelo hecho pedacitos. Me giro avergonzada y sonrío.

—Hola. —frunzo el ceño. Es una mujer bajita y bastante mayor, lo sé porque a pesar de su tinte salen pequeñas canas de su cabello.

—Nunca te había visto antes. —Frunce el  ceño con una sonrisa—. ¿Eres familia Styles o Cox?

—Bueno… yo soy Madison Brown. —Digo tendiéndole mi mano—. No soy familia. —ella abre los ojos sorprendida y toma mi mano.

—Bueno yo soy Marie. —asiente. Y recuerdo que Harry me hablo de ella, es la señora que se encarga de todo en esta casa y me ha encontrado en la cocina a medio vestir. Mis mejillas toman color enseguida—. Entonces… ¿tú eres…?

—Mi novia. —Ambas volteamos en dirección a la puerta. Ahí está, cruzado de brazos sin camisa y haciéndonos visible su tatuaje. Marie se vuelve hacia mí y su sonrisa se ensancha.

— ¡Oh mi Dios! —exclama—. ¡No puede ser! Espere tanto por este tiempo. —asiente emocionada. Sonrío.

—No la asustes tanto, Marie. —dice entrando a la cocina. Se acerca y deposita un beso en la sien de la señora con una sonrisa.

—Estoy tan contenta. —dice—. Nunca había conocido formalmente a una novia de Harry.

—Marie… —advierte.

—Es un placer ser la primera. —sonrío

— ¡Dios, Harry! —exclama—. ¡Esta chica es preciosa! —sonrío agradecida.

—No tienes que decírmelo, Marie. —Miro en su dirección—. Se cuan preciosa es. —dice mirándome fijamente a los ojos. Me sonrojo al instante y me maldigo porque aun sus comentarios me hacen sentir así.

— ¿Anne lo sabe? —pregunta.

—Se lo diré pronto. —asiente—. ¿Quieres que te lleve a casa o cenamos fuera?

—Ya he tenido un día muy regalado.

—En los cumpleaños se dan regalos ¿o no?

— ¿Estas de cumpleaños? —pregunta. Asiento tímida—. ¡Feliz cumpleaños, preciosa! Déjame prepararte una cena. Quizá algo de pasta. —no podía negarme aunque quisiera ¡Eran pastas!

—Seria un pecado no probarlas pastas de Marie. —dice Harry riendo.

—No es para tanto. —niega sonriente.

—Pues no pecare porque aunque quisiera no desaprovecharía la oportunidad.

—Eres un encanto, Madison. —sonríe.

—Puede llamarme Maddie si quiere. —imito su gesto y me acerco a Harry.

Let's Play (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora